miércoles, 27 de junio de 2018

NOS VAMOS A TOMAR,...........¡¡DECISIONES!!



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Una sociedad a la que hay que aleccionar, o que se puede, o se deja aleccionar, tiene muchas posibilidades de poder ser mangoneada al antojo de quienes saben que esa carencia es de una vulnerabilidad digna de aprovechar, para poder manejar a las personas que se prestan con su actitud pasiva a ser manipulados. Se llama adoctrinamiento, y es muy fácil de llevar a cabo, sobre todo si el colectivo social tiene fisuras por donde penetrar.

Una sociedad a la que les detectan carencias mentales, es una sociedad que es fácil para los que saben que así es mejor para poder conducirlos y manipularlos.

Imaginemos por un instante que una sociedad no cumple ciertas reglas básicas de convivencia. Esta sociedad está tan embrutecida, que para quienes quieren tenerla de mano, les resultará muy sencillo el adoctrinarla y el sujetarla para llevar a cabo todos sus antojos.

Por ejemplo, el hecho de hacer campañas para mentalizar a la gente del cuidado del medio ambiente. ¿Otro ejemplo? La micro corrupción social. ¿Qué autoridad moral tiene una sociedad que ni siquiera evita la corrupción a pequeña escala? ¿Cómo puede exigir una sociedad corrupta tener unas políticos limpios, si los políticos pueden usar esa corrupción que practica la sociedad, para justificar la suya? Inconscientemente, a la sociedad les viene a la cabeza su propia corrupción, por lo que se ve impotente e insolvente para demandar a los corruptos que no practiquen la suya.
¿Si, o no?

Me imagino a una sociedad limpia. Íntegra, que sepa cuales son son límites y cuales sus obligaciones, cuales son sus derechos, …..........
Una sociedad que se muestre con una actitud proactiva, que sea crítica desde la construcción de valores y del respeto, que sea asertiva, positiva y que engendre creatividad y contribuya a un progreso equitativo, está y tiene autoridad para hacerse valer y hacerse respetar. Una sociedad que conozca sus derechos y que los haga respetar, y que a la vez sepa cuales son sus obligaciones y las cumpla, está moral y legalmente autorizada para exigir también que se respete y se siga la línea de responsabilidad que muestra, y el sentido de organización que posee.

De esta manera, una sociedad está moralmente autorizada para exigir que los políticos también cumplan con sus obligaciones. De lo contrario, ¿quién puede exigir a la clase política, seriedad, responsabilidad y coherencia, si la propia sociedad carece de esos principios?

En toda colectividad se exige organización, y esta organización pasa por comenzar desde las bases, desde los cimientos, y esos pilares son nada más y nada menos, que la propia sociedad, en una estructura de Estado o Nación. Si los pilares tienen consistencia y se refuerzan con sus propias acciones, todo el resto viene dado con facilidad y por inercia. Todo el resto viene solo, y si no fuera así, y se desviara de la praxis que la sociedad propone, entonces es cuando ese colectivo social se puede erigir, desde un punto de vista de autoridad moral, y legal, en ejecutor y demandante de conductas acordes a la dirección que marcan desde los propios comportamientos sociales.

Crear una sociedad que parta desde la seriedad, la coherencia y la responsabilidad, le da a una Estado o una Nación, mucha más estabilidad y mayor progreso, que aquella sociedad que se mueve por infravalores que promueven a su vez que otros infravalores de mayor tamaño, trascendencia, importancia y enjundia. Y de ahí surgen aquellos entramados que corrompen y que se dejan corromper, creando así unas estructuras que en el medio y corto plazo, son indestructibles, ya que además de sostenerse en el tiempo, van adquiriendo mayor poder y mayor peso, porque se van haciendo poco a poco con más adeptos y más acólitos, pues las telarañas de esos entramados se van extendiendo y van copando más lugares de poder, a causa de la poca o nula oposición social, ya que esta no se encuentra en situación de igualdad, tanto a nivel moral como a nivel jurídico/legal, ante el poderío de aquellas tramas que supieron aprovechar las carencias del colectivo social, para instalarse y perdurar en el tiempo con sólidas garantías en cuanto a su durabilidad y su consistencia y robustez.

Es por esto que hay que apelar a colectivizar valores, a hacer más grande el poder de la sociedad, y a consolidar el peso que esta tiene en un Estado o en una Nación. Y lo que más cercano está a esas aspiraciones, es la socialdemocracia. Socialdemocracia que se debe empezar a construir desde las asambleas ciudadanas, desde los barrios y los pueblos, para llegar a los Consejos de Estado, a la clase política de mayor nivel, con directrices marcadas y con decisiones que partan desde las bases, que esas se deberán respetar.

Apelar a la armonía entre el poder del pueblo, el otro poder de los trabajadores, con el sistema económico que en estos instantes impera, no es descabellado ni es ninguna utopía. Tan solo es necesario que el pueblo tenga la suficiente autoridad moral y legal, para que este pueda exigir a la clase política el que las cosas se hagan por el interés común, que se hagan desde un punto de vista de respeto por la igualdad, por el reparto justo de la riqueza, y por el respeto por los derechos, la libertad, la libertad de expresión y el reparto de la justicia en equidad y equilibrio.
Y si no es así, que no nos vamos a tomar decisiones, entonces el otro lugar al que podemos ir,será el que en estos momentos todos y todas tenéis en mente. Y por si no se os ocurre algo, os lo digo.
Puede ser que si no nos vamos a tomar decisiones, nos vayamos un poquito a la mierda, y otro poquito a tomar por el culo.

Y entre tanto, ahí estarán ellos esperando, con vaselina en mano, y la cama puesta.
Vamos, que o nos ponemos a defender lo que nos corresponde por derecho, y lo hacemos desde una postura de autoridad moral y legal, o lo que se nos va a venir encima no somos capaces de imaginarlo, aunque estoy seguro de que algo ya sospechamos. ¿O no?


Tititokokoki