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Una sociedad a la que hay
que aleccionar, o que se puede, o se deja aleccionar, tiene muchas
posibilidades de poder ser mangoneada al antojo de quienes saben que
esa carencia es de una vulnerabilidad digna de aprovechar, para poder
manejar a las personas que se prestan con su actitud pasiva a ser
manipulados. Se llama adoctrinamiento, y es muy fácil de llevar a
cabo, sobre todo si el colectivo social tiene fisuras por donde
penetrar.
Una sociedad a la que les
detectan carencias mentales, es una sociedad que es fácil para los
que saben que así es mejor para poder conducirlos y manipularlos.
Imaginemos por un
instante que una sociedad no cumple ciertas reglas básicas de
convivencia. Esta sociedad está tan embrutecida, que para quienes
quieren tenerla de mano, les resultará muy sencillo el adoctrinarla
y el sujetarla para llevar a cabo todos sus antojos.
Por ejemplo, el hecho de
hacer campañas para mentalizar a la gente del cuidado del medio
ambiente. ¿Otro ejemplo? La micro corrupción social. ¿Qué
autoridad moral tiene una sociedad que ni siquiera evita la
corrupción a pequeña escala? ¿Cómo puede exigir una sociedad
corrupta tener unas políticos limpios, si los políticos pueden usar
esa corrupción que practica la sociedad, para justificar la suya?
Inconscientemente, a la sociedad les viene a la cabeza su propia
corrupción, por lo que se ve impotente e insolvente para demandar a
los corruptos que no practiquen la suya.
¿Si, o no?
Me imagino a una sociedad
limpia. Íntegra, que sepa cuales son son límites y cuales sus
obligaciones, cuales son sus derechos, …..........
Una sociedad que se
muestre con una actitud proactiva, que sea crítica desde la
construcción de valores y del respeto, que sea asertiva, positiva y
que engendre creatividad y contribuya a un progreso equitativo, está
y tiene autoridad para hacerse valer y hacerse respetar. Una sociedad
que conozca sus derechos y que los haga respetar, y que a la vez sepa
cuales son sus obligaciones y las cumpla, está moral y legalmente
autorizada para exigir también que se respete y se siga la línea de
responsabilidad que muestra, y el sentido de organización que posee.
De esta manera, una
sociedad está moralmente autorizada para exigir que los políticos
también cumplan con sus obligaciones. De lo contrario, ¿quién
puede exigir a la clase política, seriedad, responsabilidad y
coherencia, si la propia sociedad carece de esos principios?
En toda colectividad se
exige organización, y esta organización pasa por comenzar desde las
bases, desde los cimientos, y esos pilares son nada más y nada
menos, que la propia sociedad, en una estructura de Estado o Nación.
Si los pilares tienen consistencia y se refuerzan con sus propias
acciones, todo el resto viene dado con facilidad y por inercia. Todo
el resto viene solo, y si no fuera así, y se desviara de la praxis
que la sociedad propone, entonces es cuando ese colectivo social se
puede erigir, desde un punto de vista de autoridad moral, y legal, en
ejecutor y demandante de conductas acordes a la dirección que marcan
desde los propios comportamientos sociales.
Crear una sociedad que
parta desde la seriedad, la coherencia y la responsabilidad, le da a
una Estado o una Nación, mucha más estabilidad y mayor progreso,
que aquella sociedad que se mueve por infravalores que promueven a su
vez que otros infravalores de mayor tamaño, trascendencia,
importancia y enjundia. Y de ahí surgen aquellos entramados que
corrompen y que se dejan corromper, creando así unas estructuras que
en el medio y corto plazo, son indestructibles, ya que además de
sostenerse en el tiempo, van adquiriendo mayor poder y mayor peso,
porque se van haciendo poco a poco con más adeptos y más acólitos,
pues las telarañas de esos entramados se van extendiendo y van
copando más lugares de poder, a causa de la poca o nula oposición
social, ya que esta no se encuentra en situación de igualdad, tanto
a nivel moral como a nivel jurídico/legal, ante el poderío de
aquellas tramas que supieron aprovechar las carencias del colectivo
social, para instalarse y perdurar en el tiempo con sólidas
garantías en cuanto a su durabilidad y su consistencia y robustez.
Es por esto que hay que
apelar a colectivizar valores, a hacer más grande el poder de la
sociedad, y a consolidar el peso que esta tiene en un Estado o en una
Nación. Y lo que más cercano está a esas aspiraciones, es la
socialdemocracia. Socialdemocracia que se debe empezar a construir
desde las asambleas ciudadanas, desde los barrios y los pueblos, para
llegar a los Consejos de Estado, a la clase política de mayor nivel,
con directrices marcadas y con decisiones que partan desde las
bases, que esas se deberán respetar.
Apelar a la armonía
entre el poder del pueblo, el otro poder de los trabajadores, con el
sistema económico que en estos instantes impera, no es descabellado
ni es ninguna utopía. Tan solo es necesario que el pueblo tenga la
suficiente autoridad moral y legal, para que este pueda exigir a la
clase política el que las cosas se hagan por el interés común, que
se hagan desde un punto de vista de respeto por la igualdad, por el
reparto justo de la riqueza, y por el respeto por los derechos, la
libertad, la libertad de expresión y el reparto de la justicia en
equidad y equilibrio.
Y si no es así, que no
nos vamos a tomar decisiones, entonces el otro lugar al que podemos
ir,será el que en estos momentos todos y todas tenéis en mente. Y
por si no se os ocurre algo, os lo digo.
Puede ser que si no nos
vamos a tomar decisiones, nos vayamos un poquito a la mierda, y otro
poquito a tomar por el culo.
Y entre tanto, ahí
estarán ellos esperando, con vaselina en mano, y la cama puesta.
Vamos, que o nos ponemos
a defender lo que nos corresponde por derecho, y lo hacemos desde una
postura de autoridad moral y legal, o lo que se nos va a venir encima
no somos capaces de imaginarlo, aunque estoy seguro de que algo ya
sospechamos. ¿O no?
Tititokokoki