jueves, 28 de junio de 2018

AL FIN SOLOS. AHORA, HAGAMOS COSAS


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Echar al PP del Gobierno, ha sido todo un éxito, y es ahora cuando mucha gente de este país se da cuenta de que eso se debió producir mucho antes, y que no debieron haber durado tanto en el poder y en el Gobierno. Algo podrían decir al respecto tanto Ciudadanos, principal valedor del PP, como el PSOE que negó la mayor en la moción que presentó Unidos Podemos.

Y es mayor el triunfo ver que se quedan solos en las bancadas y que quedan al descubierto sus andanzas franquistas y rayanas en el fascismo más rancio y caduco de toda Europa. Es un placer verlos ahora mismo intentando remar sin remeros, o hurgando entre sus afiliados a ver cuántos consiguen que vayan a votar para elegir a su nuevo, o nueva, Presi.

También se siente que la desaparición de M. Rajoy, Mariano Rajoy, Rajoy, es motivo de gozo por parte de mucho/as españoles. Al mismo tiempo que extraña tanto silencio por su parte. Silencio que debería romper pidiendo perdón y mostrando su arrepentimiento.

Y aún queda lo mejor/peor, que son todos aquellos casos pendientes de resolver en los juzgados. Y eso hará que ese partido que ahora agoniza, acabe por casi desaparecer. O no, vaya usted a saber.
Pero no todo es gozo y disfrute, porque ver que ese partido es incapaz de regenerarse, apunta a mayores males y a más preocupaciones para este país.

Ahora que todo eso se consiguió, habrá que ver si se consiguen muchas más cosas. Cosas a las que Pedro Sánchez y su Gobierno de 84 Diputados apuntan, pero otra cosa bien distinta es que lo consigan. Este Gobierno del PSOE tiene más trazas de ser un escaparate que un Gobierno con ganas de hacer cosas útiles para España, y lo más importante es que, aparte de que sean útiles, sirvan también para erradicar de un plumazo otras cosas que hicieron los del PP mientras gobernaron.
Ciertamente que tienen por delante enormes retos, y la dificultad que esos retos entrañan, hacen pensar en que nos estamos enfrentando a un nuevo y renovado estilo de hacer promesas para después incumplirlas. Y yo creo que el PSOE basa toda la andadura que le queda en esta legislatura, en un mero márketing político con el fin de alcanzar metas mayores a nivel, simplemente, electoral.
Y eso no sirve a los españoles, no arregla nada en España. Tan solo beneficia a un partido político y a las aspiraciones personales, y de partido, de algunos de sus máximos dirigentes. Y dirigentas.

España va a asistir a nuevas maneras de mentir. En esta ocasión no es en un atril electoral, ni es al uso de los mítines de arengas y de muestras de haber aprendido bien las clases de coaching al que asistieron los oradores. No, esta vez el asunto va de parecer que hacen, pero sin hacer nada.
Además, el corto espacio de tiempo del que disponen va a facilitar el que puedan sostener ese nuevo estilo sin que se vean mermadas sus aspiraciones políticas. Ellos saben de la paciencia y de la pasividad de los españoles, además de que también son conocedores de lo fácil que resulta conformar a los españoles y de lo fácil que también resulta aprovecharse de la ingenuidad de las personas que poblamos este país. Saben que no somos muy exigentes a la hora de hacer cumplir lo que se promete, por lo que lo tendrán más sencillo de ejecutar. Y si ven que la cosa se les desmadra y se empieza a poner en pie la ciudadanía, tranquilizarán el ambiente con cuatro pinceladas sobre las promesas proferidas con anterioridad, y lo acompañarán con otras promesas sobre otras cosas que harán a futuro. Y con esa brocha fina, tranquilizarán de nuevo a las masas, y el redil volverá a estar pleno.
Y estamos ante una excelente oportunidad para cambiar muchas cosas en este país. Un ejemplo lo tenemos en ese nuevo escenario de promesas que no se cumplirán. ¿Por qué no se ataja ahora el camino y se legisla para evitar que los políticos mientan y para que no se hagan promesas para atraer la atención de la gente, para a continuación incumplirlas descaradamente?

Otro aspecto es la corrupción. No basta con expulsar del partido a aquellos políticos que se le pilló con las manos en la masa. Si de verdad quieren hacer cosas útiles, lo que deberán hacer será proponer que sea el propio partido el que se presente como acusación particular contra ese desgraciado que manchó y ensució al propio partido, a todos sus miembros y miembras, e incluso emborronó al Gobierno de la nación, en el caso de que ese partido esté en esa posición, además de haber faltado al respeto de los ciudadanos, hayan sido votantes o no de ese partido. Y más allá aún, ha mancillado a la Democracia, y eso junto con todo lo anterior, es de un daño de incalculables consecuencias, sobre todo a nivel mental y emocional. No vale con borrón y cuenta nueva. Se necesita de escarmientos definitivos, para que los que tengan la tentación a futuro, se lo piensen dos veces antes de hacer nada parecido. Y los que aspiramos a vivir en ambientes limpios, también.

Por otro lado, y siguiendo con el asunto de la corrupción, decir que en muchos casos, la corrupción no es tanto culpa del político de turno, sino que este se ve extorsionado, y en la práctica obligado,  por esferas empresariales o por lobbies de presión financiera, mediática o de vínculos económicos y empresariales, a delinquir. Pues bien, ¿por qué no se establecen los mecanismos necesarios para facilitar que cuando un político denuncie chantajes, extorsiones o presión de cualquier tipo, pueda denunciarlo, acusando con el dedo a aquellas facciones de presión hacia los políticos que le pretenden obligar a corromper o a corromperse, y que sean estas las que reciban las correspondientes investigaciones para comprobar que realmente existió presión para delinquir?

¿Por qué la clase política no denuncia estos casos? Y si algunos lo hacen, ¿por qué no se les oye?
En efecto, por fin solos. Ahora hagamos cosas. Es el momento de coger a este toro por los cuernos y comenzar a recorrer caminos que hasta ahora no habíamos conocido. De nada valen las cosas a toro pasado. Es el momento de progresar en Democracia, de recuperar derechos, de restablecer la libertad que necesitamos y que nos corresponde, de repartir la riqueza de manera equitativa, de hacer lazos con la justicia para que esta esté a la altura de las circunstancias y que sea igualitaria, de establecer las bases para eliminar desigualdades, erradicar la pobreza y el hambre de muchos, de llegar a actualizar leyes que vienen con fecha de caducidad desde el siglo pasado, e incluso, ¿por qué no?, de darle el vuelco necesario a la Constitución, actualizándola y adaptándola a la nueva idiosincrasia de este país.

¡Buf, lo que nos queda por delante!
Pues ahora que estamos solos, vamos a dejar de contar mentiras, ¿vale?

Tititokokoki