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Como todos sabemos, cuando las pelotas están en el tejado, no se puede jugar mientras no se bajen. Y en el PSOE, las pelotas las tienen en su tejado. Todas. El PSOE no puede jugar porque no tiene pelotas, pues estas se encuentran en donde todos ya sabemos, y cómo ya sabemos.
Unas pelotas las tienen agarradas, bien agarradas, y las pocas que tenía para jugar, se las pusieron en su propio tejado. O sea, que entre que el PSOE está agarrado por las pelotas, que el PSOE no tiene pelotas, y que otras las tiene en su tejado, podemos concluir en que el PSOE no tiene pelotas para jugar. Es decir, que el panorama se le presenta al PSOE de Pedro, muy mal. Pésimamente mal.
Y que conste que me gustaría que les fuera bien, aún a pesar de que los antecedentes de ese partido, no acompañen bien al deseo. Pero lo cierto es que es mejor tener esta situación, que seguir manteniendo la anterior.
Al PSOE de Pedro le está saliendo todo mal. Y no es tanto porque carece de pelotas, o que estas las tenga que bajar del tejado, si no que, aunque las consiguiera bajar, estas están pinchadas. Y no sé si eso lo sabrán en el PSOE de Pedro. ¡Ay, Pedro!, de una parte, ni te puedes mover, pues el hecho de tener las pelotas agarradas por quienes te pusieron ahí de un lado, y por quienes te dijeron que adelante dentro de tu propio partido, pero sin soltarte las pelotas ninguno de las dos partes, te veo que se te empieza a poner la tez morada y que los movimientos no son precisamente la mejor esperanza que tienes a futuro. En cuanto intentas moverte, te sacuden un buen tirón y te recuerdan que las tienes secuestradas y bien agarradas. Es para que no se te olvide, Pedro.
Mira sino, Pedro. Sales con derogaciones, y te dicen que nones. Dices que vas a hacer y te pegan otro tirón que se te hace subir los colores. ¿No lo ves con el asunto del Valle de los Caídos? ¿No lo ves con la Ley Mordaza o con la Reforma laboral? Y cada vez que sales tu o sale alguien de los tuyos a dar explicaciones, vacías estas de contenido porque no se sostienen, se os nota la voz entrecortada, a causa de la enorme cogida de pelotas que tenéis. Y es una pena, pues casi nos duele más a los demás, (porque algunos teníamos depositadas grandes esperanzas, sobre todo en lo que se refiere a deshacer todo lo que hicieron los del PP), que el dolor que puedas sentir tu cuando te aprietan las pelotas, o cuando intentas subir al tejado a coger las otras. Porque, ¿como puedes subirte a un tejado estando agarrado por las pelotas, Pedro? ¿Y cuando consigues alcanzar la primera, y te das cuenta de que está pinchada, cómo te sientes, Pedro? Así no se puede jugar.
En mi opinión, creo que debes echarle pelotas al asunto, Pedro. Debes cambiar la ubicación de las pelotas, y colocarlas en el tejado del otro. Es así de sencillo, es así de natural. ¿Y cómo se hace eso, Pedro? Pues también es sencillo. Se trata de alertar permanentemente a la sociedad sobre la malignidad de aquellas retrógradas leyes creadas por el PP, recordando el mal que han hecho, recordando el mal que están haciendo, y recordando que has prometido que las ibas a derogar, porque eran malas para España y para los españoles. Solo así conseguirás que la sociedad se despierte y se posicione de tu lado, Pedro. Y si la sociedad se posiciona de tu lado, no habrá nadie más que sea capaz de seguir agarrándote por las pelotas, ni habrá nadie más que tenga pelotas a poner otras en tu tejado, y encima pincharlas para que no puedas, ni podamos, jugar. Una sociedad unida frente a las injusticias y en defensa de sus derechos, es imparable, y además de eso, tiene unas pelotas que nadie, nadie, absolutamente nadie, puede impedir que juguemos. Y será entonces cuando entre todos conseguiremos poner las pelotas en el tejado de ellos.
Y además, pinchadas, para que se jodan. Porque donde las dan, las toman, Pedro. Y los españoles estamos ansiosos de devolver pelotas pinchadas y colocarlas en el tejado de los otros, de ellos, para que sufran en sus propias carnes lo que hemos sufrido los demás mientras ellos no hacían más que echar pelotas a nuestros tejados, no hacían más que pincharlas, y encima de todo, pretendían seguir agarrándonos por las pelotas, transmitiendo el miedo y reprimiendo como nunca nadie lo hizo en el terreno de juego de una Democracia.
Y si no, fíjate que ellos, ahora ellas, quieren echarle ovarios y pretenden defender que lo que hizo Rajoy, M. Rajoy, Mariano Rajoy, estuvo bien y fue lo mejor que se pudo hacer en Democracia.
¿No tiene pelotas el asunto, Pedro? ¿No es acicate suficiente como para echar balones a sus tejados, Pedro? O sea, que siguen empecinados, siguen igual de fanáticos, continúan igual de bocachanclas y de bocazas, haciéndonos creer que todo lo que hicieron lo hicieron bien, y anunciándonos que van a continuar haciendo lo mismo si tienen la oportunidad de alcanzar de nuevo el poder, echándole ovarios, en esta ocasión, lo que tiene aún más delito, si cabe.
Vamos a ver, Pedro. ¿Acaso no es el momento para echarle pelotas al asunto, de dejarlos quedar en evidencia ante la opinión pública, y de hacer leña del árbol caído, para que la sociedad española tenga motivos para confiar y para daros el apoyo con sus pelotas?
¿A qué esperas, Pedro, a qué esperas? Échale pelotas. Y ya que tienes un Gobierno en el que también hay ovarios, pues entonces es para demostrarles a aquellos, que para pelotas tu, y para ovarios, el PSOE. Y esta vez con más y mayor razón, ¿no te parece, Pedro?
Si tu le echas pelotas, cuenta también con las nuestras. Vamos a llenar de pelotas sus tejados, mientras bajamos las nuestras, y nos ponemos a jugar en el campo de juego de la Democracia.
Y estoy seguro de que les ganaremos por goleada, porque tenemos más pelotas que ellos y ellas.
Con pelotas, y con ovarios.
Con ovarios, y con pelotas.
Tititokokoki