sábado, 9 de junio de 2018

ACUMULACIÓN

Me replicó una vez el comentarista “Pobrecito Hablador”:

“¿Sabes lo que sucede en el capitalismo cuando no hay un sistema de reciclaje de excedentes?... pues que todo el circulante monetario se acumula en un sitio y no circula. Y cuando la moneda no circula por acumulación el sistema se paraliza”.

Al capitalismo se le ha acusado por parte de las corrientes críticas provenientes del marxismo, de ser un proceso de acumulación cada vez en menos manos, hasta su implosión final. Es verdad que la competencia tiende a favorecer una fase de acumulación, históricamente siempre ha sido así: ocurre que a esta fase de acumulación también le sucedía una de quiebras.

Las quiebras en el sistema hacen la función de “reseteo” de la fase acumulativa. Los flujos de inversión descubren una oportunidad de beneficio diferente y cambian de dirección, provocando la crisis en esos sectores y grupos de empresas que, hasta ese momento fatal para ellas, parecían esas pocas manos en las que se acumularía toda la riqueza del mundo llevando a la implosión del sistema. Esto es un modelo teórico, claro. Pero es que el modelo de acumulación en bucle también lo es. Si hablamos de teoría, hay que hablar de acumulación y quiebras; si hablamos de realidad, habrá que decir que en efecto no se producen tantas quiebras del capital como deberían, pero también que la fase acumulativa no ha llevado, ni tiene pinta de llevar a medio plazo, a ninguna implosión final.

La acumulación de capital a salvo de quiebras se produce mediante el favor político, Panamá como paradigma. Hagan la prueba, revisen la información sobre esos papeles, y verán que detrás  -o delante- siempre está de una forma u otra el elemento político. Un mecanismo de marañas de empresas, sí, pero al que sólo se puede acceder por activa o pasiva a través de aquel elemento; capitales amasados en “virtud” de la relación clientelar entre élites que recorren un camino impune al margen de las leyes y la vigilancia fiscal que sí tenemos el resto de mortales, capitalistas normales incluidos. Capitales amasados al margen de las leyes de mercado porque siguen otra ley que no es ley, la del abuso de Poder; capitales reunidos al margen de la libre e igual competencia dentro del marco de una normativa legal que sí rige inflexible para aquel resto de mortales. Capital que no merece el nombre de acumulación de capital.

Sin el favor político, ninguna acumulación es permanente ni está a resguardo de un cambio repentino en el mercado. Bezos es el paradigma de esto otro. La obscena riqueza de Bezos se puede evaporar en muy poco tiempo, tan rápidamente como se ha formado. No hace falta siquiera una quiebra traumática, basta con que un competidor le gane el terreno, que la masa de consumidores le dé la espalda, que otro modelo de negocio más innovador atraiga la inversión de ese sector de mercado, que una nueva tecnología ponga patas arriba ese mismo sector, etc. Hay cien razones diferentes por las que la acumulación legal por el capitalismo puro y duro puede diluirse y entrar en fase de reseteo, si se deja al mercado actuar.

La riqueza que no quiebra es la que tiene que ver con la Política o el abuso de Poder. Puede que los Bezos del mundo busquen recovecos legales para hacer elusión fiscal, las “trampillas” para contribuir lo menos posible, pero no pueden hacer evasión si no tienen un amigo político: es la connivencia del político y su Poder lo que permite acumular ilegal e ilegítimamente. Demasiada casualidad que las acumulaciones fruto de la relación ilegítima entre élites, que son las que más evaden, sean las que se acumulan a resguardo de las quiebras, inmunes de estar expuestas a las cien razones que pueden dar al traste con la fortuna de un Bezos cualquiera. Y esta “feliz” coincidencia en el origen y naturaleza de las acumulaciones de riqueza, un Observador Galáctico no lo puede pasar por alto.


Mickdos