Se dice que la experiencia es una asignatura que, por desgracia, todos aprendemos tarde.
Sin embargo, ese dicho es de difícil o dudosa aplicación aquí, en España, pues de lo que padecemos/padecen, los españoles en gran mayoría, es el de cometer el grave error de tropezar dos, tres, cuatro o hasta cinco veces con la misma piedra. Incluso somos/son capaces de llegar hasta la enésima, y seguir tropezando. Quizá sea un exceso de confianza, quizá pensamos/piensan que con los nuevos todo va a cambiar, o quizá somos/son tan pobres de mente que nos apoyamos/apoyan en la más mínima y endeble base de arena, pensando que de un momento a otro surgirá el milagro que llevamos/llevan esperando desde hace años, y que se arreglarán todos nuestros problemas en un pis pas, porque así nos lo han asegurado aquellos que cogieron el poder en la última ocasión en la que contaron con nosotros para algo. Por otro lado, también puede suceder que los españoles seamos/sean algo perezosos para esto de la Democracia, o también puede ser que aún no hayamos/hayan entendido en qué consiste esto de la Democracia.
No obstante, una vez hemos aprendido ciertas lecciones, no nos debe suceder que esas mismas asignaturas las volvamos a repetir a causa de no haber sabido aplicar el conocimiento que ya hemos adquirido en anteriores aulas o con anteriores maestros. Quizá ellos nos nos hayan dado el aprobado y nos sometan de nuevo a prueba, pero nosotros sabemos que la lección la tenemos más que aprendida, y tendremos/tendrán que demostrarle al tutor, que sabemos bien de qué nos pregunta, dando las respuestas adecuadas para cada ocasión. O así deberíamos pensar y aplicar en consecuencia lo aprendido. Ellos tienen que saber que tenemos bien aprendida la lección, porque solo eso hará que estén más atentos en la próxima ocasión, y nos aprueben, sin tener más excusas.
Porque, a día de hoy, y una vez pasado el toro, muchos han llegado a una conclusión que muchos otros ya habíamos sacado mucho antes. Hoy día, muchas personas de este país concluyen en que el PP ha vivido y gobernado muy, pero que muy por encima de sus posibilidades. Hoy día, hay mucha gente que cree fehacientemente, que el PP se ha pasado trece pueblos y que lo han hecho por el forro de los cojones, que todo lo que han hecho a sido porque sí, por sus atributos. Con chulería, con prepotencia, con soberbia y con cinismo, además de haber sido hipócritas como nadie en este país, y de haber hecho un daño casi irreparable a la población, tanto en el daño mental, como en cuanto a la cantidad de dinero que jamás recuperaremos. A esa conclusión han llegado muchas personas en este país. Y habrá más que vayan llegando en los próximos días.
Pues bien, ¿sería lógico, entraría dentro de la razón, el que volviéramos/volvieran, a cometer el mismo error ahora con estos que pasaron a gobernar, o vamos sufrir en nuestras carnes las mismas consecuencias de los anteriores, a causa de una bajada de brazos irresponsable, y de un exceso de confianza con cargo a la ingenuidad? ¿O va a resultar que ya tenemos/tienen la lección bien aprendida, y la aplicaremos/aplicarán?
En base a lo conocido, cabe pensar en que hemos/han aprendido, y el PSOE no debería suponer para nosotros un problema. No se debería consentir que nos vuelvan a engañar o que gobiernen de nuevo por encima de sus posibilidades. No, rotundamente, no. ¡BASTA YA!
Porque, sí así fuera, que estos nuevos nos vuelven a torear, a mentir o a incumplir sus promesas electorales, además de no eliminar todas aquellas leyes que tanto nos hicieron sufrir, no nos debería extrañar que volvieran por sus fueros y en la más mínima oportunidad que tengan, nos vuelvan a repetir lo que otros antes dijeron. Y no es aquello de “que se jodan”, que podría ser, y además bien merecido. No. Tampoco será lo otro de “a tomar por culo”, que también haríamos méritos. No. Tampoco será, tal como podamos pensar, que nos digan de nuevo que estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades. No.
Lo que puede suceder, es que acaben por decirnos lo que realmente piensan de nosotros, y en un alarde de sinceridad, nos digan que somos tontos de capirote, que nuestra estupidez no tiene más cota, o que somos idiotas a más no poder.
Y al ver que tampoco así reaccionamos, pues en la próxima que se atrevan a decirnos algo, lo que nos digan aún no está, de momento, en el diccionario español de la lengua.
Tititokokoki