sábado, 30 de junio de 2018

“AL BUEN PERIODISMO LE HACE FALTA SOCIEDAD QUE LO ACOMPAÑE”


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Eso reza en un mural en homenaje a Javier Valdez en la ciudad de Mazatlán, México.
Javier Valdez era un periodista que había publicado varios libros sobre el narcotráfico en México, concretamente en Sinaloa, y que había recibido diversos premios por ellos. Y junto con otros seis periodistas que también fallecieron a manos de los sicarios de los diferentes cárteles de la droga, forma parte de una ya larga lista de personas que perdieron sus vidas por diversas causas relacionadas con el periodismo y la lucha y denuncia de la lacra que asola a aquella parte de México.

Y no solo sucede eso en México, sino que en diversas partes del mundo, sea este latinoamericano, europeo, asiático, norteamericano, o africano, también existen muertes de periodistas que reclamaron con sus plumas más medios y mayor contundencia con esas tramas corruptas que no solo afecta a personas anónimas, sino que pringa y ensucia a políticos, empresarios, jueces, fiscales y diversas personas o Instituciones Públicas de carácter mundial o de estados o naciones concretas y muy extendidas y numerosas.

Y es bien cierto. Al buen periodismo la hace falta que le acompañe la sociedad, en lugar de hacer más compañía al periodismo zafio, al que engorda la enfermedad mental de las personas, o al que alimenta la mediocridad de sociedades enteras que caen en las redes del sensacionalismo barato, zafio, criminal e incluso cómplice de criminales. Si la sociedad en su mayoría, es capaz de denunciar y de aislar a quienes pretenden hacer del periodismo un modo de vida grosero engañando y mintiendo, tergiversando y manipulando, e incluso censurando o aceptando la censura que les imponen, o por la que les pagan bien y estos aceptan, estoy seguro de que muchos periodistas que ahora engordan sus cuentas colaborando y contribuyendo a este caos profesional, formarían parte de las listas de las oficinas de empleo y serían objetivo de reciclaje a través de cursos de formación, para que volvieran a recorrer los caminos de la deontología que afecta a su profesión, y de que acataran el código de buenas prácticas con las que certificaron su diplomatura o con la que recogieron su titulación. Si fuera así, que la sociedad repudiara y rechazara, además de despreciar, a ese periodismo canalla que solo sabe vivir del cuento y de la porquería informativa, entonces podríamos afirmar que el ambiente estaría limpio e incluso se podría respirar.

Pero en estos instantes la realidad es otra, y el periodismo actual deja mucho que desear. No obstante, las televisiones siguen emitiendo basura, los periódicos siguen mintiendo en sus titulares, la censura está al orden del día en cuanto a su vigencia y su maltrato con las personas, y las radios siguen escupiendo mierda a través de ondas contaminantes. Y ya no digamos nada sobre la mierda que hay en internet, de la otra porquería que desprenden las redes sociales, y de la cantidad de inmundicia que aparece a modo de noticias falsas, de fake news, o de bulos que aparecen todos los días y por todas partes.

Esta contaminación atroz la vamos a pagar tanto o más cara que la otra que también consentimos irresponsablemente con el medio ambiente. No sé si será peor una que la otra, ni tampoco sé cual de ellas será la causa del final de la humanidad, pero lo que sí sé y estoy seguro, es de que el ser humano enfermo acabará consigo mismo, tal como tiene encomendado hacerlo desde que las personas de este planeta hemos iniciado el camino de la autodestrucción, asumiendo mierda como modo de vida, mentira como forma de ser, mediocridad por bandera, estupidez como meta que nunca alcanzamos, pero que seguimos obstinados en acumular estupidez encima de más estupidez, y vendas en los ojos como manera de eludir o de evitar que la realidad nos aplaste de una vez por todas, que nos deje quedar en las más absoluta y vergonzante evidencia, o que directamente terminemos con todo por voluntad propia a causa de que nos sintamos realmente bobos por haber aguantado tanta barbaridad junta, y una detrás de otra, en una cadena sin fin y sin retorno al bien hacer y al mejor pensar.

Y para poner ejemplos podríamos acudir a cualquier tipo de noticia o a cualquier evento que se produce a diario en el mundo. Pero hay algo que si se analiza en consecuencia y en rigor, ya hará pensar en la cantidad de mierda que nos echan encima todos los días. Es el caso Maradona y su principal aval, la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación). Dicen que a partir de la gran pillada de estos mundiales, en los que Maradona aparecía haciendo de las suyas, lo mejor es que no se enfoque a Maradona. Esa es la solución que dan para evitar más escándalos de ese personaje que debería estar en las colas del paro en lugar de representar a semejante organización mundial y cobrando un pastizal por no hacer nada, o sencillamente por hacer el ridículo más espantoso jamás conocido por un personaje público.

Es por esto que cabe preguntarse a qué viene tanta protección con semejante energúmeno. ¿Qué sabrá Maradona de esta organización para que lo protejan tanto? ¿No sería más razonable que lo expulsaran y le retiraran tanto privilegio y tanta notoriedad inmerecidas?
Pues no, la única solución la problema, es decir que no se le enfoque. O sea, censura a cara descubierta. Y ya lo anuncian sin el más mínimo pudor ni la más mínima vergüenza.
Y ahora viene la pregunta: ¿cuántas otras muchas cosas se hacen por este estilo, en la que la prensa echa una mano, y a través de la cual no nos enteramos de nada, o sencillamente nos manipulan hasta la médula espinal?

Recuerdo: AL BUEN PERIODISMO LE HACE FALTA SOCIEDAD QUE LE ACOMPAÑE.
Y matizo: A LA SOCIEDAD LE HACE FALTA UN BUEN PERIODISMO.

Pero creo que el buen periodismo escasea, y sociedad que reclame buen periodismo, también.
Pues vaya futuro que nos espera. Creo que solo hace falta que a algún periodista se le ocurra empezar a escribir sobre ello. Y ya verás que tampoco tiene futuro ese periodista. Sin embargo la sociedad actual seguirá su camino sin importarle qué le pasó a ese periodista y qué intentaba decir.

Tititokokoki

viernes, 29 de junio de 2018

¿POR QUÉ EXISTE EL MIEDO A LA VERDAD?


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Intentamos escabullirnos cuando la verdad nos acosa. Buscamos excusas, y en la mayor parte de los casos nos da de bruces la realidad. Hay muy pocos que escapen a los efectos de la verdad. Y esos pocos, en la mayor parte de las ocasiones, sucumben con el paso del tiempo, pues el tiempo pone a cada uno en su lugar. Y hay muchos casos que ni con esas. Siguen terqueando con la realidad, siguen porfiando con la verdad. Defienden su mentira con una naturalidad pasmosa, argumentando lo que aún no estaba, hasta ese momento, en los escritos.

Y es que hay más de indiferencia que de empatía. Los egos están por encima. La antipatía supera a la empatia, y la apatía es un modo de vida normalizado. Existe más de hipocresía que de sinceridad o de claridad y transparencia. El cinismo supera con creces a la nobleza y a la lealtad.
Hay más de traición que de fidelidad. La mentira fluye con cierta normalidad y el engaño es más común de lo que creemos o de lo que sentimos en nuestras propias carnes.

Valores como la franqueza o la honestidad están casi desaparecidos, y enfrente tienen a una muchedumbre que apuesta más por la felonía, la trapacería o la deslealtad o la falsedad.
Ya no digamos nada sobre el sentido de la amistad que está machacada por los egos, los intereses o el ya naturalizado antagonismo reinante.

El afán por destacar, los egoísmos exacerbados, el otro afán por el protagonismo por encima incluso de los tuyos, son actitudes muy de moda. Ya no hay el compañerismo, y el sentido de la solidaridad solo sale en pequeñas proporciones cuando se invita o se incita hacia causas menores o hacia el sensacionalismo que solo trata de recaudar, gracias a la ingenuidad de muchos y a la buena voluntad de otros tantos.

Es tanto lo que se ha ido perdiendo, que estamos a la espera de ver lo que aún nos queda por perder. Y no será del agrado de muchos, cuando se vean las consecuencias de haber abandonado actitudes humanas de valor añadido enorme, que sirven para ayudar a una convivencia pacífica y a la buena marcha de la humanidad.

Llevamos una velocidad que asusta, vamos con unas prisas que acojonan, y la dirección que llevamos no nos conducirá a otro lugar que al desastre, a la tragedia y a la desgracia.
¿Pesimista? Mira a tu alrededor, mira después dentro de ti, y dime cuántos defectos te encuentras y cuántos otros defectos encuentras en los que te rodean. Haz un breve pero concienzudo análisis de todo, desde tu entorno hasta tu ombligo, a ver qué te encuentras. Y si después de haber hecho eso, y de haber encontrado carencias en ti mismo, y de haber observado cuánto de falsedad hay a tu alrededor, eres capaz de abrirte y de decir con total sinceridad todo lo que piensas y crees, entonces habrás encontrado una vía de salvación y una vía de recuperación. Para ti, y para tu entorno.

Ábrete, dí lo que piensas, dí lo que observas, sin miedo al qué dirán, y sin temor a que la reacción del oponente sea violenta o no sea de tu agrado. Quizá ahí hayas completado el análisis, pues estoy seguro de que enfrente te encontrarás, como mínimo, excusas, pretextos, justificaciones, evasivas, subterfugios, coartadas e incluso disculpas zafias y baratas. Incluso puede ser que surjan actos violentos o de desprecio, o puede ser que observes posturas furiosas, actitudes crueles, agresión, ensañamiento o brusquedad o crudeza. Y fruto de todo esto, también te encontrarás que aquel que tenías por amigo o por persona de confianza, lo pierdas ante esa muestra de sinceridad con que les has atacado, o con las que se han sentido atacados. Esa agresión que un amigo admitiría, pero que un falso o ficticio amigo rechazará, incluso con otra agresión de mayores consecuencias físicas o emocionales.

Entonces, ¿hasta qué grado podemos ser sinceros? Vamos más allá, ¿somos sinceros, decimos la verdad? ¿Somos capaces de soportar que nos la digan?
Llegados a este punto, podemos confirmar que la hipocresía y el cinismo reinantes son pilares de endeblez visible, pero sobre los cuales soportamos la mayor parte de nuestras vidas.
El miedo a la verdad nos impide reflexionar, nos obstruye la autocrítica, y no nos deja avanzar. Sería interesante que fuéramos más humildes y sinceros, que fuéramos más tolerantes con quienes intentan ayudarnos diciéndonos la verdad sobre lo que piensan que estamos haciendo mal. Solo así podríamos avanzar y consolidar la búsqueda de un mundo mejor. Solo así seríamos capaces de enfrentarnos a quienes intentan, y lo consiguen, sobreponerse con su prepotencia y su soberbia, desde los poderes y las altas esferas. Poderes y altas esferas que son los auténtico creadores de este clima tan irrespirable para conseguir con ello tenernos más atados y sujetos y para poder así manipularnos mejor y conseguir espurios objetivos que después acaban rebotando en nosotros mismos, usurpándonos todo aquello que por derecho, y por ley, nos pertenece.

Seamos sinceros. Le tenemos miedo a la verdad, y todo lo que en estos instantes creemos que es la verdad, no es más que una gran mentira que nos absorbe día a día y que nos obnubila para no dejarnos ver lo que en realidad es la auténtica verdad. Es algo así como un disfraz que acabamos poniéndonos todos para intentar evadirnos y para intentar eludir la verdad que nos aplastaría si la conociéramos de verdad. Lobos con piel de cordero. Y cada vez hay más en el redil.

Tititokokoki

jueves, 28 de junio de 2018

AL FIN SOLOS. AHORA, HAGAMOS COSAS


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Echar al PP del Gobierno, ha sido todo un éxito, y es ahora cuando mucha gente de este país se da cuenta de que eso se debió producir mucho antes, y que no debieron haber durado tanto en el poder y en el Gobierno. Algo podrían decir al respecto tanto Ciudadanos, principal valedor del PP, como el PSOE que negó la mayor en la moción que presentó Unidos Podemos.

Y es mayor el triunfo ver que se quedan solos en las bancadas y que quedan al descubierto sus andanzas franquistas y rayanas en el fascismo más rancio y caduco de toda Europa. Es un placer verlos ahora mismo intentando remar sin remeros, o hurgando entre sus afiliados a ver cuántos consiguen que vayan a votar para elegir a su nuevo, o nueva, Presi.

También se siente que la desaparición de M. Rajoy, Mariano Rajoy, Rajoy, es motivo de gozo por parte de mucho/as españoles. Al mismo tiempo que extraña tanto silencio por su parte. Silencio que debería romper pidiendo perdón y mostrando su arrepentimiento.

Y aún queda lo mejor/peor, que son todos aquellos casos pendientes de resolver en los juzgados. Y eso hará que ese partido que ahora agoniza, acabe por casi desaparecer. O no, vaya usted a saber.
Pero no todo es gozo y disfrute, porque ver que ese partido es incapaz de regenerarse, apunta a mayores males y a más preocupaciones para este país.

Ahora que todo eso se consiguió, habrá que ver si se consiguen muchas más cosas. Cosas a las que Pedro Sánchez y su Gobierno de 84 Diputados apuntan, pero otra cosa bien distinta es que lo consigan. Este Gobierno del PSOE tiene más trazas de ser un escaparate que un Gobierno con ganas de hacer cosas útiles para España, y lo más importante es que, aparte de que sean útiles, sirvan también para erradicar de un plumazo otras cosas que hicieron los del PP mientras gobernaron.
Ciertamente que tienen por delante enormes retos, y la dificultad que esos retos entrañan, hacen pensar en que nos estamos enfrentando a un nuevo y renovado estilo de hacer promesas para después incumplirlas. Y yo creo que el PSOE basa toda la andadura que le queda en esta legislatura, en un mero márketing político con el fin de alcanzar metas mayores a nivel, simplemente, electoral.
Y eso no sirve a los españoles, no arregla nada en España. Tan solo beneficia a un partido político y a las aspiraciones personales, y de partido, de algunos de sus máximos dirigentes. Y dirigentas.

España va a asistir a nuevas maneras de mentir. En esta ocasión no es en un atril electoral, ni es al uso de los mítines de arengas y de muestras de haber aprendido bien las clases de coaching al que asistieron los oradores. No, esta vez el asunto va de parecer que hacen, pero sin hacer nada.
Además, el corto espacio de tiempo del que disponen va a facilitar el que puedan sostener ese nuevo estilo sin que se vean mermadas sus aspiraciones políticas. Ellos saben de la paciencia y de la pasividad de los españoles, además de que también son conocedores de lo fácil que resulta conformar a los españoles y de lo fácil que también resulta aprovecharse de la ingenuidad de las personas que poblamos este país. Saben que no somos muy exigentes a la hora de hacer cumplir lo que se promete, por lo que lo tendrán más sencillo de ejecutar. Y si ven que la cosa se les desmadra y se empieza a poner en pie la ciudadanía, tranquilizarán el ambiente con cuatro pinceladas sobre las promesas proferidas con anterioridad, y lo acompañarán con otras promesas sobre otras cosas que harán a futuro. Y con esa brocha fina, tranquilizarán de nuevo a las masas, y el redil volverá a estar pleno.
Y estamos ante una excelente oportunidad para cambiar muchas cosas en este país. Un ejemplo lo tenemos en ese nuevo escenario de promesas que no se cumplirán. ¿Por qué no se ataja ahora el camino y se legisla para evitar que los políticos mientan y para que no se hagan promesas para atraer la atención de la gente, para a continuación incumplirlas descaradamente?

Otro aspecto es la corrupción. No basta con expulsar del partido a aquellos políticos que se le pilló con las manos en la masa. Si de verdad quieren hacer cosas útiles, lo que deberán hacer será proponer que sea el propio partido el que se presente como acusación particular contra ese desgraciado que manchó y ensució al propio partido, a todos sus miembros y miembras, e incluso emborronó al Gobierno de la nación, en el caso de que ese partido esté en esa posición, además de haber faltado al respeto de los ciudadanos, hayan sido votantes o no de ese partido. Y más allá aún, ha mancillado a la Democracia, y eso junto con todo lo anterior, es de un daño de incalculables consecuencias, sobre todo a nivel mental y emocional. No vale con borrón y cuenta nueva. Se necesita de escarmientos definitivos, para que los que tengan la tentación a futuro, se lo piensen dos veces antes de hacer nada parecido. Y los que aspiramos a vivir en ambientes limpios, también.

Por otro lado, y siguiendo con el asunto de la corrupción, decir que en muchos casos, la corrupción no es tanto culpa del político de turno, sino que este se ve extorsionado, y en la práctica obligado,  por esferas empresariales o por lobbies de presión financiera, mediática o de vínculos económicos y empresariales, a delinquir. Pues bien, ¿por qué no se establecen los mecanismos necesarios para facilitar que cuando un político denuncie chantajes, extorsiones o presión de cualquier tipo, pueda denunciarlo, acusando con el dedo a aquellas facciones de presión hacia los políticos que le pretenden obligar a corromper o a corromperse, y que sean estas las que reciban las correspondientes investigaciones para comprobar que realmente existió presión para delinquir?

¿Por qué la clase política no denuncia estos casos? Y si algunos lo hacen, ¿por qué no se les oye?
En efecto, por fin solos. Ahora hagamos cosas. Es el momento de coger a este toro por los cuernos y comenzar a recorrer caminos que hasta ahora no habíamos conocido. De nada valen las cosas a toro pasado. Es el momento de progresar en Democracia, de recuperar derechos, de restablecer la libertad que necesitamos y que nos corresponde, de repartir la riqueza de manera equitativa, de hacer lazos con la justicia para que esta esté a la altura de las circunstancias y que sea igualitaria, de establecer las bases para eliminar desigualdades, erradicar la pobreza y el hambre de muchos, de llegar a actualizar leyes que vienen con fecha de caducidad desde el siglo pasado, e incluso, ¿por qué no?, de darle el vuelco necesario a la Constitución, actualizándola y adaptándola a la nueva idiosincrasia de este país.

¡Buf, lo que nos queda por delante!
Pues ahora que estamos solos, vamos a dejar de contar mentiras, ¿vale?

Tititokokoki

miércoles, 27 de junio de 2018

NOS VAMOS A TOMAR,...........¡¡DECISIONES!!



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Una sociedad a la que hay que aleccionar, o que se puede, o se deja aleccionar, tiene muchas posibilidades de poder ser mangoneada al antojo de quienes saben que esa carencia es de una vulnerabilidad digna de aprovechar, para poder manejar a las personas que se prestan con su actitud pasiva a ser manipulados. Se llama adoctrinamiento, y es muy fácil de llevar a cabo, sobre todo si el colectivo social tiene fisuras por donde penetrar.

Una sociedad a la que les detectan carencias mentales, es una sociedad que es fácil para los que saben que así es mejor para poder conducirlos y manipularlos.

Imaginemos por un instante que una sociedad no cumple ciertas reglas básicas de convivencia. Esta sociedad está tan embrutecida, que para quienes quieren tenerla de mano, les resultará muy sencillo el adoctrinarla y el sujetarla para llevar a cabo todos sus antojos.

Por ejemplo, el hecho de hacer campañas para mentalizar a la gente del cuidado del medio ambiente. ¿Otro ejemplo? La micro corrupción social. ¿Qué autoridad moral tiene una sociedad que ni siquiera evita la corrupción a pequeña escala? ¿Cómo puede exigir una sociedad corrupta tener unas políticos limpios, si los políticos pueden usar esa corrupción que practica la sociedad, para justificar la suya? Inconscientemente, a la sociedad les viene a la cabeza su propia corrupción, por lo que se ve impotente e insolvente para demandar a los corruptos que no practiquen la suya.
¿Si, o no?

Me imagino a una sociedad limpia. Íntegra, que sepa cuales son son límites y cuales sus obligaciones, cuales son sus derechos, …..........
Una sociedad que se muestre con una actitud proactiva, que sea crítica desde la construcción de valores y del respeto, que sea asertiva, positiva y que engendre creatividad y contribuya a un progreso equitativo, está y tiene autoridad para hacerse valer y hacerse respetar. Una sociedad que conozca sus derechos y que los haga respetar, y que a la vez sepa cuales son sus obligaciones y las cumpla, está moral y legalmente autorizada para exigir también que se respete y se siga la línea de responsabilidad que muestra, y el sentido de organización que posee.

De esta manera, una sociedad está moralmente autorizada para exigir que los políticos también cumplan con sus obligaciones. De lo contrario, ¿quién puede exigir a la clase política, seriedad, responsabilidad y coherencia, si la propia sociedad carece de esos principios?

En toda colectividad se exige organización, y esta organización pasa por comenzar desde las bases, desde los cimientos, y esos pilares son nada más y nada menos, que la propia sociedad, en una estructura de Estado o Nación. Si los pilares tienen consistencia y se refuerzan con sus propias acciones, todo el resto viene dado con facilidad y por inercia. Todo el resto viene solo, y si no fuera así, y se desviara de la praxis que la sociedad propone, entonces es cuando ese colectivo social se puede erigir, desde un punto de vista de autoridad moral, y legal, en ejecutor y demandante de conductas acordes a la dirección que marcan desde los propios comportamientos sociales.

Crear una sociedad que parta desde la seriedad, la coherencia y la responsabilidad, le da a una Estado o una Nación, mucha más estabilidad y mayor progreso, que aquella sociedad que se mueve por infravalores que promueven a su vez que otros infravalores de mayor tamaño, trascendencia, importancia y enjundia. Y de ahí surgen aquellos entramados que corrompen y que se dejan corromper, creando así unas estructuras que en el medio y corto plazo, son indestructibles, ya que además de sostenerse en el tiempo, van adquiriendo mayor poder y mayor peso, porque se van haciendo poco a poco con más adeptos y más acólitos, pues las telarañas de esos entramados se van extendiendo y van copando más lugares de poder, a causa de la poca o nula oposición social, ya que esta no se encuentra en situación de igualdad, tanto a nivel moral como a nivel jurídico/legal, ante el poderío de aquellas tramas que supieron aprovechar las carencias del colectivo social, para instalarse y perdurar en el tiempo con sólidas garantías en cuanto a su durabilidad y su consistencia y robustez.

Es por esto que hay que apelar a colectivizar valores, a hacer más grande el poder de la sociedad, y a consolidar el peso que esta tiene en un Estado o en una Nación. Y lo que más cercano está a esas aspiraciones, es la socialdemocracia. Socialdemocracia que se debe empezar a construir desde las asambleas ciudadanas, desde los barrios y los pueblos, para llegar a los Consejos de Estado, a la clase política de mayor nivel, con directrices marcadas y con decisiones que partan desde las bases, que esas se deberán respetar.

Apelar a la armonía entre el poder del pueblo, el otro poder de los trabajadores, con el sistema económico que en estos instantes impera, no es descabellado ni es ninguna utopía. Tan solo es necesario que el pueblo tenga la suficiente autoridad moral y legal, para que este pueda exigir a la clase política el que las cosas se hagan por el interés común, que se hagan desde un punto de vista de respeto por la igualdad, por el reparto justo de la riqueza, y por el respeto por los derechos, la libertad, la libertad de expresión y el reparto de la justicia en equidad y equilibrio.
Y si no es así, que no nos vamos a tomar decisiones, entonces el otro lugar al que podemos ir,será el que en estos momentos todos y todas tenéis en mente. Y por si no se os ocurre algo, os lo digo.
Puede ser que si no nos vamos a tomar decisiones, nos vayamos un poquito a la mierda, y otro poquito a tomar por el culo.

Y entre tanto, ahí estarán ellos esperando, con vaselina en mano, y la cama puesta.
Vamos, que o nos ponemos a defender lo que nos corresponde por derecho, y lo hacemos desde una postura de autoridad moral y legal, o lo que se nos va a venir encima no somos capaces de imaginarlo, aunque estoy seguro de que algo ya sospechamos. ¿O no?


Tititokokoki

martes, 26 de junio de 2018

Y EL SER HUMANO ESPAÑOL, ESPAÑOL, ESPAÑOL, ES EL MÁS ENFERMO DEL PLANETA


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Se han pasado toda la época de los mayores recortes jamás conocidos, la más salvaje e injustificada austeridad para la ciudadanía, gritando la consigna con la que tapaban sus carencias mentales, gracias a que hubo algunos que supieron inculcarles en sus pobres y miserables cerebros la ponzoña adecuada. Eran la gente de banderita y la gente del “a por ellos, oé”, que no tenían, ni tienen todavía, más que serrín por neuronas y basura imposible de reciclar como masa cerebral. Y lo demuestran con que son españoles, españoles, españoles, y mucho españoles.

En la fatal era de expulsar a la gente de la Sanidad Pública, en la era en la que la Educación se había vuelto totalmente sectaria y deficiente, además de excluyente, y a estos no se les ocurría otra cosa que no fuera enarbolar la bandera del país que les estaba jodiendo, la bandera del país que les estaba porculando sin misericordia ni compasión alguna. Son aquellos que engordaban las audiencias de la televisión basura, o se pasaban el día de cachondeo en las redes sociales, fanatizando e ironizando sobre las gracias que los políticos que les robaban, les sabían inocular en vena y en sus pobres y miserables mentes, la cizaña con la que algunos era felices con su dosis diaria de gilipolleces y de imbecilidades.

En la era de los desahucios, muchos se dedicaban a alabar a los chorizos, a votar a los mentirosos y a apoyar a los que quitarían vidas humanas, censuraban la información, y se dedicaban a proteger a los delincuentes que tenían en sus filas, o que sin estar en sus filas, les untaban con 3 por cientos, con volquetes de putas, con caviar y fariña, con paraísos fiscales o con amnistías fiscales para los que callaban porque sabían más de la cuenta, y que era importante callarlos y tenerlos contentos.

En la era en el que el principal partido del ranking electoral se financiaba de manera irregular e ilegal, algunos se dedicaban a promocionar la Marca España y a chillar otra vez la consigna de, soy español, español, español. En la era en la que la mentira se había enquistado, en el que la hipocresía de algunos era la dosis diaria de muchos, el cinismo era motivo de cachondeo, de sarcasmo y de ironía mediática para otros más.

España va bien, pero han vivido por encima de sus posibilidades. España es el ejemplo de crecimiento y de recuperación. España era el no va más en turismo y en calor diario, de playas y de riadas de visitantes Ramblas arriba, o Castellana abajo, sin dejar de hacer ver que las terrazas eran el símbolo de riqueza y de prosperidad, mientras en esas mismas terrazas se producían las mayores y más crueles prácticas de esclavitud y de miseria laboral, a la par de la indecencia empresarial.

Era la era de la precariedad, de la Reforma Laboral o de la Ley Mordaza. Ambas impuestas a golpe de mayorías absolutas abusonas que se sostenían sobre los que votaban, aplaudían y victoreaban a quienes les estaban usurpando vilmente el Estado de Bienestar. Estado de Bienestar que tantos esfuerzos les habían costado a sus predecesores, a sus ancestros, a sus abuelos y a sus propios padres y madres, y que además les correspondía por derecho y por Constitución. Y en un desprecio sin precedentes en la historia de la humanidad, los españoles, españoles, españoles, se dedicaban a menospreciar y a tirar por los suelos todo el mérito de quienes lucharon para que ellos tuvieran algo, y que ellos tiraron por la borda a golpe de bandera o de Marca España, promocionada de manera inconsciente e irresponsable, de manera mediocre y estúpida.

Y mientras la era del alborozo futbolístico o de la España de fiesta en fiesta, mucha gente se moría de hambre, otros de frío, y los que más, de desesperación. Incluso hubo muertos de miedo. Pero ellos seguían ahí, españoles, españoles, españoles de banderita al viento, de carcajadas y de cachondeo soez, canalla, y de idiotas ignorantes ciegos y estultos a más no poder.

Los especialistas en mover masas se forraban ante la gran picada de anzuelos por cientos que lanzaban al aire y que eran cogidos al vuelo con ansias y con grado de fruición descontrolada. Los otros especialistas, los de lavado de imagen lo tenían más fácil aún, pues con cuatro pinceladas pagadas con cargo al bolsillo de todos, eran capaces de lavar más blanco que el mejor quitamanchas del mercado, y además contaban con el silencio de los medios y la complicidad de los idiotas que ayudaban a distraer con sus soflamas para desviar la atención  y para ayudar a limpiar el mal olor reinante, tapando con sus sucias columnas y sus indecentes editoriales todo aquello que venía con vergüenza e indecencia adheridas.

Era la era de las series creadas para conquistar a los imbéciles, para crear a más tontos y para embrutecer a todos los que pudieran. Era la era de la mediocridad informativa, de la censura programada, de la desinformación sutil y fina. La era de la programación basura, de cuanta más mejor, y de cuanto peor, mejor también.

La era de M. Rajoy hizo estragos, hizo trizas con sus mentiras y sus gilipolleces impropias de un Presidente de un Gobierno. La era de Bárcenas  y sus excells que hoy eran ciertos, y mañana casi ni existían o ya no contenía ciertos nombres y cantidades indecentes de dinero negro adherida a esos nombres. La era de las promesas fáciles que convencieron a los ingenuos y a los gilipollas, y que luego no se cumplieron, pero que los ingenuos y los gilipollas tampoco se preocuparon.
Fue la era en el que se crearon más enfermos que quedarán ahí para los anales de la historia de este país, pero que no tendrán jamás sanación posible, pues el daño que se auto infligieron no tiene curación posible ni remedio mejor a enfermedad que padecerán de por vida.

La era de los discos duros que tan solo hubiera sido mejor insulto si los hubieran destrozado a martillazos en la Plaza Mayor con café con leche incluido o con másteres y enchufismos varios, con convocatoria previa y con billete de entrada al espectáculo incluido en el paquete promocional.
La era de las puertas giratorias delante de las narices de todos, la era de la prepotencia y la soberbia de quienes habían hecho el mayor abuso y la mayor violación de las urnas con sus patrañas y sus indecencias. La era en la que el cadáver de la Democracia sufrió la mayor violación y la mayor vejación en manada que jamás se conoció en la historia de ningún otro país del planeta.

La era en la que las manadas judiciales demostraron que pertenecían a otras manadas que jodían y violaban a todos los que se les ponían por delante y quedaban impunes ante la injusticia reinante, moderada esta por la otra injusticia institucional en manos de quienes supieron desprestigiar hasta los límites a las instituciones españolas y a la Democracia en general, y que incluso osaron desobedecer a la Constitución que ellos mismos defendían. Y nada que decir del daño que le hicieron a quienes llevaban años esperando a una Democracia, que todavía hoy día aún no llegó, y lo que llegó de ella está cadáver.

¡Malditos sean, carallo!

Me alegra que os hayáis ido, desgraciados. Y no volváis, imbéciles, no volváis.

Y nosotros no deberemos olvidar, pues hacerlo sería volver a cometer los mismos errores del pasado. Y no creo que estemos para eso, pues la enfermedad para entonces será incurable.

Tititokokoki

lunes, 25 de junio de 2018

NO LO NEGUEMOS: EL SER HUMANO ESTÁ ENFERMO


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Parece mentira, pero cuando se instaló en nuestras vidas un sistema de convivencia llamado Democracia, de la cual entendíamos que podíamos decir realmente lo que pensábamos, abiertamente, resulta que esa convicción o creencia se nos vino encima y a la hora de decir o de dar nuestras opiniones, no tenemos la libertad que nos dijeron, tanto a la hora de expresarnos, como a la hora de escuchar a quien se expresa. O sea, que ni libertad de expresión, ni tolerancia con los demás.

No sé si nos habremos dado cuenta, pero a estas alturas de tercer milenio, hemos retrocedido en términos democráticos, de derechos, de libertad o de tolerancia. De un lado la leyes represoras que nos tratan de imponer, o que directamente nos imponen. Del otro, nuestra propia actitud, la cual nos la auto imponemos, o que se ve cohibida ante la intolerancia de los demás. Y viceversa,
El ser humano está enfermo. Reconozcámoslo.

Enfermo de hipocresía, de cinismo. De estulticia y de soberbia, de ignorancia y de prepotencia. Estamos ciertamente acomplejados, nos sentimos distintos a lo que esperábamos sentirnos cuando nos dijeron que la Democracia nos iba a servir para ser distintos. Estamos enfermos de corrupción.
¿Acaso nos creíamos que esas actitudes eran más propias de gente que ostenta el poder, de empresarios depredadores y salvajes, o de políticos mentirosos? Pues nada de eso concuerda con la realidad. Desde abajo hasta arriba, la hipocresía es un denominador común, el cinismo es parte de nuestra vida diaria, y la mentira está impresa en nuestras vidas.

Todo se mueve bajo unos cánones. Cánones estos que son impuestos por las élites que deciden de qué se puede hablar, y de qué no se puede hablar. Si te sales del guión, o bien eres un inadaptado, bien un extremista, o sencillamente eres repudiado o considerado un descerebrado radical. Se impone un puritanismo atroz, y hay que seguir los dictados de ese puritanismo, o de lo contrario estás fuera de onda o simplemente no has entendido nada y deberás adaptarte al sistema.

Semovientes, ignorantes, estúpidos apesebrados o gente sencilla de manejar, es lo que al sistema le conviene, y de esos fabrica todos los días por millones. Unos por unas causas, otros por otras, la lista de adeptos y de alienados va creciendo a pasos agigantados. Y a medida que salen como chorizos de la tolva, van señalando a los que están por entrar pero aún se resisten, o van indicando con el dedo aquellos otros que el sistema aún no detectó, para que de esta manera su papel de chivatos incondicionales surta su efecto y el sistema sepa identificar a quienes aún les falta por reconocer y por llevar al redil. Y ante la evidencia, muchos van cayendo al sentirse aislados, o sencillamente porque se ven raros y se siente incómodos ante la llamada de los que les señalan con dedo acusador y vejatorio. Acomplejan, desprecian o sencillamente ningunean o ignoran para atraer más adeptos al sistema, hacen que se sientan fuera del sistema, y con esa sensación de incomodidad van surtiendo al sistema de más acólitos y de más adictos.

Se imponen las formas al dictado. El sistema quiere tenerlo todo controlado. Difunden los modos, las palabras, y hasta los gestos. Y por ahí deben ir todos, y quienes no se muevan en los parámetros que están marcados, sencillamente queda fuera, es señalado y marginado.
Es la moda, es lo que hay, es mejor malo conocido, o es el menor de los males. Y todo el mundo se conforma, todo el mundo se resigna, simplemente se adaptan porque es la última tendencia, es de lo que todo el mundo habla, y hay que hablar de lo que todo el mundo habla. No está bien hablar sobre lo que todo el mundo calla. Está fuera de lugar, no es lo que se lleva.
Desde la forma de vestir, la forma de ser o de estar. Todo está condicionado por un sistema que necesita tenerlo todo bajo control.

Es tal el control sobre las personas, que hasta han conseguido hacer olvidar ciertos valores. Valores como la defensa de derechos humanos o la libertad de expresión. Y a partir de cercenar estos valores, el resto está mascado, es fácil de eliminar. Esa condición supone que se aplauda a delincuentes, que se siga y vote a corruptos, o que se victoree a mentirosos. Esa condición supone sostener, queriendo, o sin querer, las desigualdades, la pobreza o la esclavitud. Es resignación acompañada de estulticia y de ceguera, y llevada de la mano por la estupidez, la mediocridad e incluso estamos llegando a la homofobia, la racismo o a la xenofobia.

Sin darnos cuenta, nos han dividido en bandos enfrentados. Ellos en su pirámide que lo controla todo, nosotros alrededor corriendo como patos asustados, pisándonos entre nosotros, haciéndonos zancadillas, soltando codazos, e incluso, en algunos casos, hasta matando o incitando al suicidio. Estamos fomentando el odio, estamos alimentando la división y el enfrentamiento que ellos, los poderes, han iniciado premeditadamente.

Y los problemas de la humanidad abandonados, olvidados a causa de unas prisas que no llevan a ninguna parte. Porque alrededor de todo esto, están quienes se alimentan de nuestras desdichas y de nuestras desgracias. ONG´s fraudulentas, partidos políticos que más que formaciones políticas son empresas al servicio de otras empresas, organizaciones humanitarias que tienen de todo menos humanidad, sobre todo dinero, empresas que controlan todo poniendo ahí a políticos que sigan sus dictados y enormes estructuras que manejan todo para que los patronos sepan que está todo bajo un control que tiene a otros controles que los fiscalizan.

¿Y a dónde llegó todo esto que ahora tenemos como modo de vida? Pues a eso, a la hipocresía generalizada, al cinismo extendido, a la mentira como forma de estar y de ser, y a una estulticia de dimensiones colosales que hacen que la vida sea de una carga de mediocridad que acojona.
Echemos un vistazo atrás y veamos la cantidad de valores que nos hemos ido dejando por el camino. Camino que nos lleva enfermos hacia otras enfermedades que ahora mismo ni sospechamos. Y serán enfermedades que, aparte de acabar con el ser humano como tal, lo harán con seres humanos mentalmente enfermos. Triste final. Patético final.

O nos desprendemos de tanto puritanismo inservible, o acabaremos siendo la especie más gilipollas que jamás a conocido la propia humanidad. Y no será tanto por los gilipollas que todo lo manejan y todo lo controlan, sino que la culpa residirá siempre en los gilipollas que se dejan ser controlados y manipulados. O sea,..........

Tititokokoki

domingo, 24 de junio de 2018

PARA CUANDO EL SER HUMANO CAMBIE, SERÁ TARDE


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Sí, reaccionamos tarde en casi todas las ocasiones, y eso no puede ser bueno bajo ningún concepto para el propio ser humano. Quizá nos dispersamos demasiado en dimes y diretes, nos desviamos de más de la dirección correcta, y cometemos el error de entretenernos en banalidades y en ligerezas que están muy lejos del foco de atención que deberíamos tener más presente.

Nos lo han puesto ahí a huevo. Entre programación basura que nada aporta en el día a día, más allá de mero entretenimiento y contaminación mental, y la promoción de fiestas locales o internacionales que el único fin que perseguían era desviar la atención de las personas y mantenerlas alejadas de los problemas de Estado que más deberían preocuparles, han conseguido que se nos colaran muchas normas y muchas leyes que en otros tiempos alborotarían el gallinero y pondrían al zorro de patitas en la calle y con el rabo entre las piernas, corriendo como si no hubiera para él un mañana.
Con el paso del tiempo se van descubriendo muchas de sus artimañas.

Pero es más curioso comprobar que aquellas otras que eran más que evidentes, sean ahora motivo de discusión en diversos foros, porque ha sido un descubrimiento que acaban de hacer algunos.

 ¿Es que no era evidente? ¿Por qué se negaba la mayor antaño, hasta hace unos días, y por qué ahora la gente no se esconde y exhibe de nuevo su capacidad para albergar grandes dosis de ignorancia y poco o ningún rincón para el rubor y la autocrítica? Hay gente que antes pasaban de puntillas sobre la realidad y ahora se cuelgan medallitas porque han descubierto, poco menos, que la pólvora o la penicilina. Así se deben de sentir aquellos y aquellas que ahora dicen ver con claridad que aquello que ocurrió antes de ahora, era maligno para España, era una plaga para los españoles, y que nunca debimos haber consentido aquello.

No hay más que verlos. Antes escribían columnas a favor de viento, hacían debates en la línea que proponía el sistema, entrevistaban a personajes públicos según rezaba el argumentario que les habían puesto delante para seguir el guión marcado, nos contaban en telediarios todas las mentiras que les apetecía. Y ahora que el aire está más calmado, soplan para que las velas les sigan llevando por donde el horizonte parece más claro y abierto. Y son los mismos, y quizá les lea la misma gente, quizá la misma gente que antes pulsaba el botón en el mando y sintonizaba la cadena, ahora sean los mismos, estén en el mismo sofá, y oigan al mismo presentador o lean al mismo columnista, sin inmutarse y sin decir ni pío sobre el cambio que experimentaron.
Curioso lo de este país.

Nos han tenido que poner delante de nuestras narices el caso de RTVE. Han tenido que coger el toro por los cuernos y decir ¡BASTA!. Aquello olía fatal, desprendía un olor nauseabundo, pero nadie reaccionaba.¡Y eso que se trataba de dinero público!

¡¡Y se trataba del mayor insulto a la inteligencia de las personas habido en la historia!!
Ahora es la hora de ir a por las privadas, sobre todo aquellas que supieron bailar al son que les marcaban quienes les pagaban para adoctrinar, confundir, dividir, e incluso censurar.

Vale que se escriban columnas todos los días, vale que se atosigue a los corruptos en titulares, vale que se hagan multitud de debates, de noticieros y de entrevistas. Vale que nos pasemos el día discutiendo y haciendo llegar nuestras voces a las redes sociales. Vale que mostremos indignación, cabreo, crispación y enfado. Vale también que hagamos reclamaciones, que exijamos y que nos hagamos notar a través de encuestas o de foros de opinión. Vale, pero no es suficiente.
No vale con solo conocer el problema.

También hay que darle solución, y esa solución debe ser más rápida que la velocidad que usó el problema para intentar instaurarse e incluso enquistarse.
Hay que resolver el problema antes de que este consiga conquistarnos terreno, y peor aún, que pueda llegar a formar parte de nuestras vidas y que lo lleguemos a asumir como normal o cotidiano, que lleguemos a tener la creencia absoluta de que es absolutamente necesario, o que es imposible su erradicación, pues cuando hemos llegado a ese punto, el problema se habrá instalado para no moverse de ahí, ni irse, jamás, por lo que acabaremos por aceptar que lo que cuando llegó era un problema, ahora sea un modo de vida normalizado y casi rutinario, con lo de sufrimiento permanente puede llegar a suponer para las personas que, antes de haber llegado la maldición, eran gente de bien.
Tenemos la fuerza, somos mayoría, y tenemos la obligación de hacernos oír. Y si no es así, acumularemos tal cantidad de problemas, que la vuelta atrás será imposible, debido a que la salida a nuestros problemas, estará saturada.

Recomencemos. Reiniciemos. O mañana será, probablemente, tarde. El cambio no espera.
Pensiones, parados, hambre, miseria, pobreza, precarios, esclavos, inmigración y emigración, libertad de expresión, derecho a la vida, a una vivienda, feminismo, igualdad,............muchos son los derechos por conquistar en pleno Siglo XXI. Derechos que fueron usurpados y que ahora el conquistarlos de nuevo va a costar el doble de esfuerzo para alcanzarlos. Les hemos cedido demasiado terreno, y ahora recuperarlo va a costar mucho más que la lucha que tendríamos que haber tenido para que no nos fueran robados esos derechos fundamentales. Aquel fue el momento, ahora quizá sea ligeramente tarde, pero habrá que hacer el esfuerzo necesario para recuperar derechos que nunca debieron haber sido eliminados. ¡Y todo esto en el Siglo XXI!

Es algo así como increíble, ¿verdad? Pues ya estamos en tardanza.

Tititokokoki

viernes, 22 de junio de 2018

BATIBURRILLO, MEZCOLANZA, EMBROLLO, POPURRÍ, AMASIJO, FRANGOLLO,..........


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Un guirigay hecho adrede. Y picamos.

No hay nada más que hacer que leer alguna prensa un día cualquiera, para certificar que el lío está montado, y que además está montado adrede. La información está en exceso, pero no es a causa del ejercicio del periodismo, como es el caso de algunos medios, sino que de lo que se trata es de desviar la atención, en unos casos, de dividir en otros, o de tratar de confundir en otros más.

Y la cosa va por barrios, en unas ocasiones, mientras que en otras afecta al conjunto de la ciudadanía, que es cuando se sube abruptamente el volumen con un noticia sorprendente o escandalosa y se crispa a la mayoría de la población. Esa gestión de los surtidores de noticias para con los medios, es la que hace el verdadero daño a la sociedad. Y la sociedad harta de tanta morralla informativa, no está para ponerse a gestionar cada noticia que recibe, y mucho menos para tratar de contrastar la información que recoge todos los días y a todas horas.

El periodismo debería intentar moderarse, y si bien tiene la obligación de dar todas las noticias, e incluso el derecho de dar su particular versión, si que podría hacer el colectivo algo más de rigor y de buena praxis con las noticias que recibe y lanza todos los días y a todas horas, tratando de eliminar determinadas técnicas como la manipulación, la tergiversación o el vulgar y simplón sensacionalismo con que se mueve buena parte de la prensa de este país. En cualquier caso, esto es con lo que tendremos que lidiar, a poco que nos queramos sentir mínimamente informados y que nos sintamos plenos a la hora de poder dar un opinión con base y argumento.

Controvertidas decisiones judiciales, polémicas declaraciones de un político, alarmantes decisiones del poder, o manifestaciones de tal o cual colectivo, hacen que todos los días se tenga que oír y leer innumerables controversias sobre si aquello estuvo bien, lo otro que está mal, e incluso ambas cosas a la vez, o sea, que está mal, pero que es bueno, o que está bien pero que es malo.
Y un ejemplo lo tenemos ahora mismo con el controvertido tema del feminismo. ¿Qué es ser feminista, y para qué sirve ser feminista? ¿Quién es feminista? ¿Da igual que se sea hombre que mujer, o es un título exclusivo de las mujeres? ¿Puede ser un hombre feminista? ¿Por qué?
En mi opinión, no hay que ser feminista, de la misma manera que tampoco hay que ser machista.

De lo que se trata aquí, es de que las mujeres alcancen los mismos derechos que el hombre. Y esa meta no está en manos de los hombres, los cuales sí que pueden ayudar a las mujeres en su lucha, pero no son los hombres los que deben darle a las mujeres los derechos sobre igualdad, sino que son las mujeres las que deben conquistar esos derechos. No se trata de que el hombre conceda, sino que sea la mujer la que consiga, y si para eso es preciso y necesario contar con la colaboración de los hombres, pues que cuenten, aunque considero que las mujeres son lo suficientemente válidas y capaces de conseguir lo que les pertenece. Por Ley y por Justicia. Por naturaleza. Por lógica. Razón.

Pero que nadie se vaya por otros derroteros, porque eso es una lacra que solo llegará para sustituir a otra lacra. Es decir, que si de lo que se trata, es de cambiar machismo por feminismo, entonces vamos mal. Ahora bien, si de lo que se trata, es de igualar y de ser iguales, entonces sí que estaremos en el buen camino. Lo otro, o sea, imperar un matriarcado sobre un patriarcado, es cometer el mismo error, solo que esta vez pintado de color rosa. Pero es la misma desgracia.

Porque, cabe hacerse varias preguntas al respecto. Una de ellas saber es si todas las mujeres quieren ser feministas, o si todas las mujeres están dispuestas a luchar por la igualdad con los hombres.
La otra, es saber si todos los hombres quieren la igualdad con las mujeres, o cuántos hombres están dispuestos, y quieren, la igualdad de género. Y para ambas, la respuesta es la misma. La mujeres son las únicas que pueden alcanzar sus derechos, y no debe importarle si son los hombres quienes les conceden esos derechos. Faltaría más.

Ahora bien, si las mujeres pretenden sustituir machismo por feminismo, entonces que no se quejen de que se vayan a encontrar oposición, pues quizá sean los hombres los que desean que la igualdad sea y esté vigente, y ante la amenaza de que se vaya a instaurar un matriarcado, para relegar o para destituir al patriarcado, pues puede ser que lo hombres, desencantados, e incluso temerosos, decidan que por ahí no, pues sería un simple cambio de roles sin finalidad alguna, más que la de imperar y de dominar. Y de eso, creo que, algunos hombres, muchos hombres, nos podamos sentir ciertamente avergonzados al haber tenido durante tanto tiempo instaurado un patriarcado demencial, y queramos que la balanza se equilibre. Pero si vemos que tan solo se trata de cambiar el bastón de mando de unas manos a otras, y que lo que se busca realmente no es la igualdad, sino que se persigue la predominancia, entonces no es de extrañar que hasta los propios hombres que queremos la igualdad y que defendemos a las mujeres que quieren igualdad, nos presentemos como oposición, porque no queremos que nadie predomine sobre nadie, sino que lo que queremos es que las mujeres estén en igualdad de condiciones a los hombres en todos los aspectos de la vida, y que no tengan nada que reclamar, pues las condiciones serán exactamente iguales. Pero ahí viene la cuestión: mujeres del mundo, luchad.

Mujeres del mundo, pelead. Mujeres del mundo, estáis en vuestro derecho de reclamar lo que es vuestro y os pertenece. Pero no intentéis cambiar machismo por feminismo, pues si hasta ahora los hombres no estábamos en derecho y justicia, tampoco queremos que ahora vayáis a ser vosotras las que volváis a cometer los mismos errores que hemos cometido los hombres durante tanto tiempo.

No sirve la revancha, no hay lugar a la humillación, tampoco es momento de reproches ni de rencores. No es el momento de decidir que ahora vais a ser vosotras las que imperéis y dominéis por unos cuantos siglos más. No. Nuevas generaciones, y otras no tan nuevas, que nunca hemos visto con buenos ojos el machismo, no tenemos la culpa de que ciertos privilegiados con poder sigan manteniendo este estado de cosas, y lo único que queremos es que vosotras seáis igual que nosotros, y viceversa también. Que no os confundan quienes quieren crear en vosotras esa confusión.
Que no os enfrenten quienes quieren enfrentaros a nosotros. Estamos en el mismo frente, tenemos las mismas motivaciones, pero no intentéis bajo ningún concepto, erradicar el machismo para imponer vuestro feminismo, porque entonces la solución al problema no llegará nunca, sino que más bien se enquistará y nos traerá más problemas.

Luego ya veremos quién tiene mejores capacidades a la hora de hacer unas cosas u otras, y quién tiene más y mejores habilidades para desempeñar un papel u otro. Y en eso, también deberemos estar juntos, pues valorar a las personas por su valía y su compromiso, serán los únicos baremos por lo que nos tengamos que medir, muy por encima de sexos o de apariencias físicas, muy por encima de bemoles o de ovarios, y muy por encima de testosteronas o de estrógenos, o muy por encima de “por mis cojones”, y también de “por mis ovarios”. Seamos iguales, en cuanto a derechos, justicia, libertad o reparto de la riqueza, y olvidémonos de que “sin tetas no hay paraíso” o de que salís de la costilla de Adán. Estereotipos que ya vienen de antaño y que conviene empezar a olvidar si lo que queremos de verdad es que seamos iguales ante todo. Ni machismo ni hostias, pero tampoco feminismo ni pollas. Hagamos las cosas bien. Hagamos una sola manada, sin líderes ni lideresas.

Cada uno y cada una, en su papel, en lo que es capaz de hacer, y que eso que uno o una es capaz de hacer, sea el ingrediente preciso, el elemento necesario, para compensar lo que el otro también sabe hacer, pero que ambos no saben hacer lo que el otro o la otra sabe. Y si sabemos ensamblar conocimientos, habilidades y técnicas, entonces la humanidad será imparable. Ellas y nosotros. Nosotros y ellas. Sin diferencias y sin predominancias. Salvo aquellas atribuciones que la naturaleza nos dio a cada uno, y las habilidades que hemos aprendido a lo largo de nuestras vidas.

Sin más, pero también sin menos. Para ambos. Hombres y mujeres, mujeres y hombres, no temáis. El temor de unos puede ser el infierno de otras, y el temor de otras se puede convertir en el averno de unos. Sepamos distinguir y no caigamos en la confusión. No cometamos otros errores.

Tititokokoki

jueves, 21 de junio de 2018

EL AIRE QUE RESPIRAMOS, LA ALIMENTACIÓN QUE TENEMOS, LOS POLÍTICOS QUE GOBIERNAN, LAS FINANZAS ORDENAN...................¡¡¡LA VORÁGINE ESTÁ SERVIDA!!!


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El desorden, la barahúnda, el vórtice y la tolvanera. El mogollón, el caos, la turbulencia............
¡Y la gente tan feliz con este sistema!

Las élites mandan. Pocos, pero mandan. Es el sistema, es el mercado.
La justicia que no existe, los derechos vapuleados, la libertad cohibida, las Democracias inexistentes, y el reparto de la riqueza que brilla por su ausencia favoreciendo solo a unos pocos.
Las desigualdades in crescendo, los privilegios para unos pocos, en aumento, el silencio de muchos que se dispara, y el miedo impuesto que atenaza. La incertidumbre que bloquea, y las únicas vías de escape que atrapan más a quienes caen en las redes de la manipulación descarada del sistema.

El aborregamiento es atroz, la gente se dispersa, busca entretenerse porque la impotencia les puede ante la velocidad que lleva este sistema con el que nos hacen vivir. Televisión, drogadicción, alimentación basura que juega una partida a ganador con la adicción sobre la comida basura, prensa escrita maloliente, radios que emiten ondas contaminantes, alienación y adoctrinamiento, y desprecio hacia las personas a través de una manipulación salvaje en la que casi todo el mundo traga. Publicidad engañosa, publicidad que ayuda a engañar y que engaña para que no te sientas engañado.

No te deja opción.

Es una globalización que todo lo engulle, que todo lo atrapa. Es un terrible globo en el que meten a todos con dirección cierta pero futuro incierto. Y al mismo tiempo que navegan sin rumbo, la gente compagina sus angustiadas vidas con algo que llevarse al cerebro para mitigar los efectos que conocen, y para intentar conocer los que aún no conocen, pero que saben que vendrán peores.

La gente tiene sensaciones encontradas, en ocasiones paralelas e imposibles de unir, pues circulan justo al lado sin ser capaces de unirlas. En el horizonte se ven posibilidades, pero a medida que el horizonte se va acercando, va revelando que hay más horizonte con las mismas sensaciones que el horizonte encontrado en el que no fueron capaces de unir ambas líneas que circulan en paralelo. Es un continuo desgaste, es la desesperación de que todo sigue igual, es la impotencia de no poder hacer nada, y es la ansiedad permanente contemplando lo imposible de una solución o un acercamiento. Mientras, todo sigue la misma dirección y lleva adjunto más y mayores sorpresas sobre cómo adocenar mejor.

Las líneas del sistema están marcadas, sus cartas escondidas. Desde los despachos se despachan a gusto contemplando lo fácil que les resulta conducir, manipular, tergiversar o sencillamente confundir, dividir o aislar. Ellos se sienten poderosos al ver lo sencillo que resulta reunir al rebaño en el redil, lo fácil que les es el adoctrinar y el aleccionar a las personas. Y cuando comprueban que sus artimañas dan el resultado que tenían garantizado, entonces se anotan otro tanto y se embolsan más divisas en sus cuentas. Cuando ven que aquellos que defienden esto, porque ya cayeron en las redes, aplauden y victorean sus logros, y se ufanan en pergeñar nuevos proyectos para dominar más el mercado. Mercado en el que la gente compra compulsivamente, obsesivamente como si no fuera a haber un mañana. Es la fiebre a elevadas temperaturas de un consumismo febril, feroz, atroz, inhumano y salvaje. Consumismo que obliga a consumir, que ciega y que obnubila, que atonta y hace estúpido, sin saberlo, al consumidor con espasmos y fiereza ciega e irresponsable.

Se fomenta el “yo más que tu”, con el consumidor ebrio de consumo,  y se enriquece el discurso del “y tu más”, hacia aquel que se intenta denigrar o deshumanizar, y que no persigue otro afán que cumplir y obedecer las directrices de quienes quieren meter a todos en el mismo saco.
Se alimentan egos desorbitados, como motor principal del sistema. Egos que no son conscientes del daño que causan en los demás, pero lo son menos aún del daño que causan a los que portan esos egos desmesurados.

Incapaces de ver la realidad, se asoman a un mundo en constante incremento de la velocidad que imprimieron desde el principio, e intenta seguir el ritmo, aún a costa de sus vidas. O peor aún, a costa de las vidas de los demás, pasando por encima, sin piedad, sin escrúpulo alguno, sin contemplaciones ni miramientos. Con total y absoluta determinación ciega e inconsciente. Yo primero, ese es el combustible que alimenta los desvaríos de quienes deambulan sin saber qué hacen ni para qué lo hacen, pero que hacen porque es lo que hay que hacer. Yo más, ese es el aceite que lubrica las tristes y mísera vidas de quienes no saben a donde van, y que menos idea tienen del origen del que proceden. Es lo que hay. El ser humano como tal, desaparece.

El lío permanente, el embrollo y la confusión, la incoherencia y el desmadre, el barro y el galimatías, la maraña, la gresca y la bronca. Lo dicho, inhumano.

Y ellos en sus despachos viendo pasar, y observando que todo pasa según habían previsto.
El follón juega a su favor. Han picado, dicen. Y aplauden, y brindan con las mejores esencias, y compran un nuevo yate, adquieren las mejores propiedades, y a continuación las muestran orgullosos para hacer ver que esas mismas cosas las pueden conseguir aquellos que ahí abajo se pelean entre ellos para alcanzar lo que saben los de arriba que nunca van a conseguir, pero que los de abajo creen que sí, porque así se lo inculcó el sistema, y así se lo hace creer. 

Y un nuevo anzuelo se están engarzando en el sedal para ser lanzado y que vuelvan a picar los de abajo, ávidos estos de ver de nuevo venir un novedoso y atractivo garfio mortal. Y volverán a picar.

Tititokokoki

miércoles, 20 de junio de 2018

LAS PELOTAS DEL PSOE Y LOS OVARIOS EN EL PP


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Como todos sabemos, cuando las pelotas están en el tejado, no se puede jugar mientras no se bajen. Y en el PSOE, las pelotas las tienen en su tejado. Todas. El PSOE no puede jugar porque no tiene pelotas, pues estas se encuentran en donde todos ya sabemos, y cómo ya sabemos.
Unas pelotas las tienen agarradas, bien agarradas, y las pocas que tenía para jugar, se las pusieron en su propio tejado. O sea, que entre que el PSOE está agarrado por las pelotas, que el PSOE no tiene pelotas, y que otras las tiene en su tejado, podemos concluir en que el PSOE no tiene pelotas para jugar. Es decir, que el panorama se le presenta al PSOE de Pedro, muy mal. Pésimamente mal.

Y que conste que me gustaría que les fuera bien, aún a pesar de que los antecedentes de ese partido, no acompañen bien al deseo. Pero lo cierto es que es mejor tener esta situación, que seguir manteniendo la anterior.

Al PSOE de Pedro le está saliendo todo mal. Y no es tanto porque carece de pelotas, o que estas las tenga que bajar del tejado, si no que, aunque las consiguiera bajar, estas están pinchadas. Y no sé si eso lo sabrán en el PSOE de Pedro. ¡Ay, Pedro!, de una parte, ni te puedes mover, pues el hecho de tener las pelotas agarradas por quienes te pusieron ahí de un lado, y por quienes te dijeron que adelante dentro de tu propio partido, pero sin soltarte las pelotas ninguno de las dos partes, te veo que se te empieza a poner la tez morada y que los movimientos no son precisamente la mejor esperanza que tienes a futuro. En cuanto intentas moverte, te sacuden un buen tirón y te recuerdan que las tienes secuestradas y bien agarradas. Es para que no se te olvide, Pedro.

Mira sino, Pedro. Sales con derogaciones, y te dicen que nones. Dices que vas a hacer y te pegan otro tirón que se te hace subir los colores. ¿No lo ves con el asunto del Valle de los Caídos? ¿No lo ves con la Ley Mordaza o con la Reforma laboral? Y cada vez que sales tu o sale alguien de los tuyos a dar explicaciones, vacías estas de contenido porque no se sostienen, se os nota la voz entrecortada, a causa de la enorme cogida de pelotas que tenéis. Y es una pena, pues casi nos duele más a los demás, (porque algunos teníamos depositadas grandes esperanzas, sobre todo en lo que se refiere a deshacer todo lo que hicieron los del PP), que el dolor que puedas sentir tu cuando te aprietan las pelotas, o cuando intentas subir al tejado a coger las otras. Porque, ¿como puedes subirte a un tejado estando agarrado por las pelotas, Pedro? ¿Y cuando consigues alcanzar la primera, y te das cuenta de que está pinchada, cómo te sientes, Pedro? Así no se puede jugar.

En mi opinión, creo que debes echarle pelotas al asunto, Pedro. Debes cambiar la ubicación de las pelotas, y colocarlas en el tejado del otro. Es así de sencillo, es así de natural. ¿Y cómo se hace eso, Pedro? Pues también es sencillo. Se trata de alertar permanentemente a la sociedad sobre la malignidad de aquellas retrógradas leyes creadas por el PP, recordando el mal que han hecho, recordando el mal que están haciendo, y recordando que has prometido que las ibas a derogar, porque eran malas para España y para los españoles. Solo así conseguirás que la sociedad se despierte y se posicione de tu lado, Pedro. Y si la sociedad se posiciona de tu lado, no habrá nadie más que sea capaz de seguir agarrándote por las pelotas, ni habrá nadie más que tenga pelotas a poner otras en tu tejado, y encima pincharlas para que no puedas, ni podamos, jugar. Una sociedad unida frente a las injusticias y en defensa de sus derechos, es imparable, y además de eso, tiene unas pelotas que nadie, nadie, absolutamente nadie, puede impedir que juguemos. Y será entonces cuando entre todos conseguiremos poner las pelotas en el tejado de ellos.

Y además, pinchadas, para que se jodan. Porque donde las dan, las toman, Pedro. Y los españoles estamos ansiosos de devolver pelotas pinchadas y colocarlas en el tejado de los otros, de ellos, para que sufran en sus propias carnes lo que hemos sufrido los demás mientras ellos no hacían más que echar pelotas a nuestros tejados, no hacían más que pincharlas, y encima de todo, pretendían seguir agarrándonos por las pelotas, transmitiendo el miedo y reprimiendo como nunca nadie lo hizo en el terreno de juego de una Democracia.

Y si no, fíjate que ellos, ahora ellas, quieren echarle ovarios y pretenden defender que lo que hizo Rajoy, M. Rajoy, Mariano Rajoy, estuvo bien y fue lo mejor que se pudo hacer en Democracia.
¿No tiene pelotas el asunto, Pedro? ¿No es acicate suficiente como para echar balones a sus tejados, Pedro? O sea, que siguen empecinados, siguen igual de fanáticos, continúan igual de bocachanclas y de bocazas, haciéndonos creer que todo lo que hicieron lo hicieron bien, y anunciándonos que van a continuar haciendo lo mismo si tienen la oportunidad de alcanzar de nuevo el poder, echándole ovarios, en esta ocasión, lo que tiene aún más delito, si cabe.

Vamos a ver, Pedro. ¿Acaso no es el momento para echarle pelotas al asunto, de dejarlos quedar en evidencia ante la opinión pública, y de hacer leña del árbol caído, para que la sociedad española tenga motivos para confiar y para daros el apoyo con sus pelotas?

¿A qué esperas, Pedro, a qué esperas? Échale pelotas. Y ya que tienes un Gobierno en el que también hay ovarios, pues entonces es para demostrarles a aquellos, que para pelotas tu, y para ovarios, el PSOE. Y esta vez con más y mayor razón, ¿no te parece, Pedro?

Si tu le echas pelotas, cuenta también con las nuestras. Vamos a llenar de pelotas sus tejados, mientras bajamos las nuestras, y nos ponemos a jugar en el campo de juego de la Democracia.
Y estoy seguro de que les ganaremos por goleada, porque tenemos más pelotas que ellos y ellas.

Con pelotas, y con ovarios.
Con ovarios, y con pelotas.

Tititokokoki

martes, 19 de junio de 2018

¿Y SI LA DEMOCRACIA EXISTIERA DE VERDAD?


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¿Os lo imagináis? Democracia verdaderas, auténticas, es decir, que los pueblos tuvieran voz de verdad, que la ciudadanía tuviera la importancia y la trascendencia que de verdad le corresponde en una Democracia. Sería apoteósico, sería el no va más.

Y a esta desilusión hemos llegado en estos días en los que hemos descubierto que la Democracia como tal, no existe. Lo que sí existe, por encima de la Democracia, son los mercados, son las finanzas, son los poderes económicos. Es todo aquello que se mueve desde detrás de las bambalinas, es todo aquello que mueve los hilos que manejan todo desde la sombra.

A día de hoy la Democracia ofrece y presenta serias dudas de que sea realmente lo que el pueblo decide. Las continuas sospechas de pucherazos, las permanentes dudas sobre la limpieza de los votos, el trajín que se traen los políticos a la hora de carretar votos, la ignorancia de mucha gente respecto de lo que votan, los ya conocidos engaños en los mítines, las promesas que se lanzan alegremente y que después no se cumplen, hacen que todas las dudas existan y tengan peso a la hora de valorar negativamente el ejercicio de la Democracia. Y sobre todo, está la influencia que tienen los medios de comunicación, pues también contribuyen de manera notable a la prostitución y a la violación de la Democracia, transmitiendo mensajes que tienen inclinaciones concretas hacia aquel político, o aquel partido político que fue elegido por los mandamases para gobernar.

Se está usando muy mal el término Democracia, y quienes se arrogan en demócratas son más abusones aún, pues más que demócratas son demagogos, son mentirosos que usan la palabra Democracia para alcanzar sus fines oscuros y mercantilistas, lo que hace de la prostitución de la Democracia, algo cotidiano y muy habitual en estos días y desde hace ya muchos años.
La Democracia no existe como tal. Tan solo convivimos con un sistema sucedáneo de Democracia que nos quieren hacer ver como la auténtica, pero que no lo es.

La clase política que acaba gobernando es la que confirma que la Democracia no existe. Se presentan candidatos a liderar la Democracia de un país, por lo general no se cumplen los programas electorales con los que se ganaron la confianza de las personas, y cuando llegan al poder empiezan a enseñar las cartas que tenían escondidas en la manga y comienzan así todas las decepciones de quienes creyeron que lo que habían dicho era verdad y así lo iban a hacer. Incluso vamos más allá, pues entre muchas de las personas que votaron a aquel partido, sabían que todo lo que estaban contando era mentira, y trataron de influenciar en otras personas haciéndoles creer que lo que votarían era verdad.

Es por esto que las dudas y las sospechas sobre si ganaron las elecciones gracias a los votos recibidos, son más que ciertas y se confirman. Se despiertan todo tipo de recelos y desconfianzas sobre si realmente dijeron eso las urnas o es que está todo amañado para que gobierne aquel o aquellos que las élites han decidido que gobernara. Porque, no cabe duda alguna de que si un  candidato a gobernar, dice lo que realmente tiene pensado, no ganaría unas elecciones. Por lo tanto, tiene que mentir. Y ahí está el quiz de la cuestión, pues la ya moribunda Democracia acaba de ser rematada por aquel que, además de prostituirla y violarla, le dio la estocada final.

Y con las cosas así, ¿quién se puede creer que la Democracia como tal existe?

No se puede creer que ejercer la Democracia es acudir a urnas cada cuatro años, ocho o diez. Si tan solo cuentan con el pueblo para eso, está claro que no es verdadera. Es más, no quieren que sea verdadera, pues es cierto que si la voz del pueblo tuviera su peso e influencia, muchos de los resultados que hasta ahora se dieron en las pseudo-Democracias, no se hubieran dado.

Otra de las pruebas sobre que la Democracia no existe, es el asunto de los sistemas electorales. Estos dejan mucho que desear a la hora de valorar si son realmente democráticos esos sistemas de elección, o si lo que verdaderamente se persigue es que la Democracia parezca, pero que no lo es. Y lo peor viene después, porque resulta que esos mismos sistemas de elección, son manipulados en función de intereses determinados o de presiones diversas que buscan que el resultado sea otro distinto al que, teóricamente, dijeron las urnas.


En definitiva. Que llegado el punto en el que ya hemos perdido toda esperanza de vivir en Democracia, ya que esta está siendo permanentemente violada y maltratada, tan solo nos quedan dos opciones. La primera es reclamar que haya Democracia. Plantarnos definitivamente hasta que la instauren y dejen que se ejerza con total naturalidad y con justicia. La segunda es que no habrá ningún otro sistema de convivencia posible, lo que no hará otra cosa que llevarnos a una tercera opción. Y esta opción pasa solo por la hecatombe humanitaria.

Y quizá después de la hecatombe se pueda contemplar la posibilidad de instaurarla, pero mucho me temo que el camino sería exactamente igual, y acabaríamos por descubrir que después de la hecatombe, tampoco pudo existir la Democracia, porque así lo decidieron los que manejan desde arriba, y en la sombra, los mercados, que son los que realmente manejan todo esto, por encima de cualquier Democracia.

Así las cosas, hay que hacer un llamamiento a todos. Desde anarquistas, hasta comunistas, desde neoliberales hasta la izquierda, desde el centro hasta los demagogos de centro, desde los libertarios hasta los liberales, o los fascistas.

Si alguien quiere Democracia, que avise. Y si no, pues a otra cosa.
Porque, ¿qué es más democrático y justo?
¿Dejar que ellos sigan, mostrando así rendición y sumisión, además de abandono por hastío?
¿O reclamar y exigir auténtica Democracia?

Tititokokoki

lunes, 18 de junio de 2018

EL PODER DE UN ABRAZO


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“Hace mucho tiempo que nadie me daba un abrazo como este”.

Estas parece ser que fueron las palabras de una  niña que venía en el Aquarius y que ayer llegó a las costas españolas con 630 inmigrantes a bordo. Solo leer esa frase da escalofríos de alegría y de emoción. Sin embargo en Italia le negaron el abrazo y los rechazaron como si de una peste se tratara. ¡Malditos sean! Bueno, no solo Italia, pues hasta ahora toda Europa le daba la espalda a quienes buscaban refugio y a quienes clamaban piedad, compresión y vida.

Los voluntarios y voluntarias que se ofrecieron a ayudar en el rescate y en la coordinación de la acogida se deshacían en saludos y en bienvenidas, además de abrazos con frases como “Good bye, my friend”, o “Au revoir, mon a amie”, cuando se despedían de ellos y ellas.
“Una niña no se soltaba de mi mano”, decía un voluntario.

¡Joder!, hay que ser muy desgraciado para dejar abandonada a este gente, después de no decir nada sobre las bombas que caían sobre sus cabezas en sus ciudades natales, y que eran enviadas desde la misma Europa, o Europa hacía el silencio cuando esas bombas las lanzaban desde otras naciones, como Estados Unidos. Estados Unidos, el país más genocida que conoció la historia de la humanidad. ¡Desgraciados! Y Europa siguiendo los pasos de los mayores asesinos de la historia de este planeta. ¡Vergüenza os debía dar, miserables indecentes! ¡Asco, dais asco, cínicos!

A medida que escribo me cuesta más trabajo recordando esa frase sobre el abrazo. Leer ya no quiero contarlo. El poder de un abrazo es enorme, incluso es vital, siempre que se haga con sinceridad y que no esconda otras intenciones. Porque, todos sabemos que hay gente que te da un abrazo para que bajes la guardia, y a continuación viene la puñalada trapera. De eso saben mucho en el PP, pues lanzan abrazos de todo tipo, tanto físicos como de palabra, haciendo en este caso, promesas, y diciendo mentiras para que te sientas abrazado y confíes en ellos y ellas. Lo que viene después ya sabemos qué es.

¡Malnacidos/as!

Un abrazo contiene mucha vida. Ojalá estuviéramos abrazándonos todos los días y a todas horas. Estoy seguro de que así el planeta funcionaría mejor, habría más humanidad y el sentimiento como la solidaridad, la ayuda, el socorro o el salvamento, tendrían mayor peso sobre nuestras conciencias. Un abrazo es cariño, es amor, es compañerismo. Sobran las palabras en un abrazo. No se precisa de adornos lingüísticos ni de frases añadidas. Solo un abrazo contiene más humanidad que cualquier palabra. Y haciendo uso del refrán que dice “un gesto vale más que mil palabras”, pues bien se podría aplicar ese refrán, al efecto que produce un abrazo sincero, cariñoso, humano. Sobre todo en circunstancias adversas e inhumanas como es el caso de los inmigrantes que llegan a tierra firme y tan solo piensan en recibir un abrazo de acogida.

Claro que, a la hora de interpretar un abrazo habrá que tener mucho cuidado, pues en nuestras vidas existen abrazos que se denominan como el abrazo del oso, el del vampiro o el de la serpiente. Y eso traducido a los actos de ser humano, significa que muchas personas en este planeta, son capaces de dar un abrazo se esos y de acabar con la vida de las personas después. Y en España, también, y si no que se lo pregunten a la clase política, a la Casta de este país, que no para de abrazar a todos para darle a continuación la puntilla, la puñalada trapera, la zancadilla o el empujón, y que se vea ahí la verdadera intención de quienes abrazan con sus palabras y luego hacen todo lo contrario a lo que aparentaba contener ese abrazo. ¿A que sí, Partido Popular? Hombres y mujeres que practican ese falso abrazo con sus grandilocuencias, su soberbia y su cinismo, su prepotencia y su altanería, sus egos y sus arrogancias. Hombres y mujeres, que todo hay que decirlo.

Pero quedémonos con lo bueno de los abrazos sinceros, porque ese simple hecho, puede producir en nosotros, sensaciones tan placenteras como el aumento de la autoestima, la reducción del estrés, la sensación de seguridad y protección, la transmisión de energías positivas, la mejora en las relaciones entre personas, y la tranquilidad que da el sentirse abrazado y el abrazar a otra persona.
Quedémonos con lo positivo del abrazo, y abracémonos cada vez que lo queramos, e incluso no nos sintamos acomplejados o raros y pidamos abrazar a las personas, o dejemos que nos abracen otras.
Y no es necesario que el abrazo sea físico. También se puede decir en palabras escritas, y si se hace con sinceridad y con la suficiente pasión, el que las lee se sentirá igual de bien que si recibiera ese mismo abrazo en persona, físicamente.

Así que, sentíos abrazados. Sinceramente. A ver si conseguimos alcanzar a entender que un abrazo contiene más humanidad y más sentimientos, que mil palabras.

Pero cuidaos de los otros abrazos que solo traen consigo traición y deslealtad.
Un fuerte abrazo a todos y a todas. ¿Lo sentís? Eso deseo.
“Se dice que cada vez que abrazamos a alguien, ganamos un día de vida”
Paulo Coehlo.


Tititokokoki

domingo, 17 de junio de 2018

¡A LA PUTA CALLE!


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Estamos contemplando que si se quiere, se puede, ahora que vemos que en el fútbol el VAR  produce efectos positivos sobre el juego y sobre las decisiones arbitrales. Incluso sobre las argucias de los jugadores. Estamos ante una forma de impartir justicia que no tiene parangón en la historia del fútbol. Y en mi opinión, es efectivo, positivo y necesario, aún a pesar de las limitaciones interpuestas, o impuestas, por la mano del ser humano, pues el VAR no actúa siempre, ni en todas las circunstancias, debido a eso, a las limitaciones que la mano que está por encima de todo, impone.

Pero no podemos negar que este Mundial de Fútbol se está moviendo por sendas de transparencia y de justicia. Y aquí surge la pregunta que hará por sí sola establecer comparaciones, y es que, si existiera el VAR con anterioridad, es muy posible, es muy probable, que el Real Madrid, por ejemplo, no hubiera ganado las dos últimas ediciones de la Champions. Y que nadie se lo tome a mal, pero las cosas son como son y la evidencia es la que es. Y si no, nos vamos a las hemerotecas y lo certificamos.

 Errores arbitrales y artimañas de jugadores, han propiciado que, en ausencia del VAR, el Real Madrid campeonara en las dos últimas Champions. Y con anterioridad, otros también.
Pues lo mismo podría ocurrir en política. ¿Por qué no un VAR político? Y aunque estuviera retocado y limitado por la mano del ser humano, que no debería, vendría bien y se asemejaría a lo que ahora sucede con el fútbol. Es decir, justicia.

Imaginemos, por ejemplo, que el PP no hubiera gobernado. Errores sociales, más errores de la justicia, y artimañas de los políticos del PP, han hecho de todo esto su cortijo a base de mentir y de hacer promesas que después no se cumplieron. ¡Pues penalti y expulsión! Así de sencillo. Y si no, ahí están las hemerotecas para demostrar que hubo zancadilla, empujón, escupitajo e insulto. Y todo dentro del área. Grave, muy grave que no se haya visto eso y que no se hubiera arbitrado en consecuencia. Y más grave aún, es que los demás partidos políticos lo hayan tolerado y permitido, pues eso tiene la única lectura que se puede observar, y es que todos, o casi todos, prefieren ese estilo de hacer política. Les es más cómodo y rentable, para desgracia de las personas de bien y para mayor desgracia en Democracia.

Yo creo que es hora de que se empiecen a tomar las cosas en serio y en actuar de manera responsable. Ni VAP (Vídeo Arbitraje Político) ni nada por el estilo. No haría falta la tecnología, si los políticos se movieran por sendas de seriedad y responsabilidad, al igual que tampoco haría falta el VAR en el fútbol si los jugadores, los árbitros y los mandamases del fútbol actuaran con formalidad y con total responsabilidad.

Pero visto lo visto, el VAP, es necesario. Debe existir un juzgado en la recámara que decida si un político cometió falta o no. Debe haber un juez que determine si un político estafó con sus palabras a la gente del país. Debe haber un árbitro que tome la decisión de expulsar a quienes se atrevieron a torpedear las ilusiones de las personas y a entorpecer las ansias de la gente por Libertad, Derechos, Democracia y Justicia. Y sobre todo, verdad.

No obstante, no nos hagamos ilusiones, pues siempre existirá el pícaro que sepa engañar al VAR o al VAP. Parece mentira, pero aún sabiendo que existe esa herramienta para impartir justicia en el fútbol, hay jugadores que intentan engañar al VAR o que osan cometer falta aún a pesar de que sabe que va a ser visto a través del VAR. Y en la política ocurriría exactamente igual, pero es evidente que con el VAP ya no tendrían el campo tan ancho y baldío como lo tienen en la actualidad. Actualidad que se ve reflejada en que hay gente que llega a gobernar, insultando gravemente a la inteligencia de las personas y agrediendo a todos en su dignidad, profiriendo mentiras y promesas que si el VAP existiera ya no podría hacer, o la menos, si las hicieran, serían sancionados y eliminados de la política activa.

Y además el VAP tendría muchas más consecuencias favorables a la limpieza y la transparencia en política, pues aquellos que apoyarían con su voto a los mentirosos, también saldrían escaldados, y retratados, pues la evidencia les dejaría en el lugar justo que les corresponde, y eso ayudaría a que la gente se pensara bien las cosas antes de hacerlas, pues aquellos que intentaron acceder al poder con mentiras, y a aquellos otros que apoyaron con su voto el que esos gobernaran, sencillamente quedarían fuera del panorama político, y no gozarían ninguna de las dos partes, de los privilegios que les dan unos políticos que mienten y otros que quieren que los políticos mentirosos gobiernen.
Es decir, que ambas lacras que subyugan y someten a toda la población, mintiendo, quedarían fuera, o sea, ¡EN LA PUTA CALLE!

¿Os imagináis? Tarjeta roja, expulsión, penalti y gol.
¡Y nosotros en superioridad numérica frente a ellos!

¡A LA PUTA CALLE, IMBÉCILES!

Tititokokoki

sábado, 16 de junio de 2018

CARTA ABIERTA A PEDRO SÁNCHEZ


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Hoy me he acordado de ti y he decidido escribirte unas líneas.
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Bueno, en realidad me acuerdo de ti todos los días, si bien es cierto que con menos mala hostia que la que tuve con M. Rajoy, Mariano Rajoy, Rajoy (o con los tres a la vez), pero sí que me acuerdo de ti todos los días.

Espero que te hayan gustado, pero no quería acabar mi escrito sin darte antes algunos consejos. La verdad es que no sé ni por dónde empezar, así que me he decidido por eso, unas líneas, porque la verdad, Pedro, es que esto no hay por dónde cogerlo.

Lo primero que debes de hacer, es ir pensando en una fecha para poner elecciones y que la ciudadanía decida. Mira, tú que eres tan amigo de las encuestas, pues fíjate en cómo está el PP en estos instantes. ¿No sería ahora el mejor momento, o esperas a que el PP se recupere para poder así seguir sosteniendo el bi-partidismo del que tanto os cuesta desprenderos?
Prometiste derogar ciertas leyes que impuso el PP y va a resultar que te vas a comer tus propias palabras, y vas a hacer lo mismo, o peor, que lo que hizo el PP cuando incumplió todas y cada una de sus promesas electorales. ¿Te parece bonito? Digo peor, porque ahora que se ven las cosas en perspectiva (para algunos/muchos españoles) se empieza a comprender la gravedad de la imposición de aquellas leyes y de aquellos recortes, por lo que el apremio hacia ti, para que las derogues fulminantemente, es más que razonado, Pedro. Es urgente por su inhumanidad.

Vale, de acuerdo. Vas a declarar la Sanidad Universal, vas a quitar las concertinas, vas a eliminar el copago farmacéutico a los pensionistas,...........recortarás algo la Reforma Laboral, también harás lo mismo con la Ley Mordaza, e incluso darás unas pinceladas a la LOMCE. Pero no es suficiente, Pedro, no es suficiente. Tienes que coger el toro por los cuernos y darle la vuelta a todo esto de manera radical. El sufrimiento de los españoles durante tantos años no se merece esta minúscula compensación. Muy al contrario de darte rédito político, te lo restará para dárselo a ya sabes quien.
¡Ah, que no puedes porque a quienes tienes detrás de ti no les gusta, ni quieren, que se eliminen todas aquellas normas impuestas por el PP! Pues me das más razones para recomendarte que lo dejes, pues estar sumiso y supeditado a los dictados de quienes no fueron elegidos en urnas, me parece escandaloso, además de humillante y vejatorio, sobre todo para la Democracia.

Yo creo que ya sabes suficiente sobre qué se siente estando entre las paredes de Moncloa, así que creo que no deberías dejar que llegaran los cien días esos de rigor, porque los reproches se te van a ir acumulando desde el primer día hasta el último de los cien, y que harán de ese período en el palacete que pagamos todos los españoles, un calvario que no es deseable ni para un enemigo.
Estás a tiempo y debes aprovechar el tirón que te dio la moción de censura para apuntalar tu proyecto, y para darle la base que necesitas para llevarlo a cabo, debes contar con quienes te pusieron ahí a través de la moción de censura. Si es así, y consigues un Gobierno fuerte, entonces ya podrás cumplir con todo aquello que prometiste a tus votantes y al resto de españoles, y estoy seguro de que te encontrarás mucho más a gusto contigo mismo, e incluso puedes llegar a sentir sensaciones de orgullo y satisfacción. O sea, que te encontrarás bien contigo mismo y con España.
Yo creo que estás intentando matar moscas a cañonazos. Podría ponerte ejemplos sobre la dificultad que afrontas, sobre lo imposible de tu proyecto o sobre el absurdo que intentas hacer. Se nota mucho que no eres tu, y que quién realmente dirige todo esto son aquellos que mueven los hilos desde detrás de los biombos. Y eso, Pedro, no es ni Democracia, ni es respeto por los derechos humanos. Ni siquiera es libertad, como bien estás demostrándote a ti mismo, sintiéndote atado de pies y manos y sin poder hacer lo que realmente te gustaría hacer.
Demuestra que eres socialista de verdad, que eres de izquierdas, tal como os anunciáis, y entonces tendrás más apoyos de los que crees, pero si sigues por estos derroteros de ineficiencia, de ineficacia, de vaivenes y de veleidad, capricho o ligereza, entonces creo, te auguro, te aviso y te adelanto, que poco o nada vas a conseguir, más allá de que te empiecen a salir más canas, de que la frente se te vaya haciendo más amplia, y los hombros se te empiecen a caer hacia los lados. Y no habrá valido la pena, Pedro, pues después de todo eso, va a resultar que le vas a dar de comer a los del PP y a los de Ciudadanos, y acabarán por comerte el terreno, volviendo a lo de antes de la moción de censura, y llevando de nuevo a los españoles a la vorágine y al sufrimiento en manos de la derecha española que tanto daño hace a este país.

Así que, creo que deberías poner fecha a las próximas elecciones, y solo así podrás conseguir metas mayores para ti y para España entera. Ten en cuenta que el grandioso éxito de haber echado a Rajoy, M. Rajoy, Mariano Rajoy ( a los tres a la vez) se te puede diluir como azucarillo si no eres capaz de llevar a cabo tus promesas electorales y defraudas o decepcionas a los españoles (votantes o no) una vez más. Y ya sería enésima, Pedro, pues llevamos cuarenta años igual.
¡Rompe de una vez por todas los moldes, Pedro, y comienza con todos nosotros una nueva era!
Creo que lo tenemos más que merecido. Es de justicia, Pedro, es de justicia. Es de derecho.
Y Democracia, no te olvides de eso. De Democracia, Pedro.

¡Ah!, y no te olvides de que ya lleváis mucho tiempo engañando a todos con esas siglas (SO). Empieza a respetarlas y a darles valor, o elimínalas, Pedro.
Y de paso, lo de “somos la izquierda”, también.

Trata de evitar por todos los medios el que se llegue a decir aquello de “váyase, señor Sánchez, váyase”. ¡¡¡Trata de evitarlo, Pedro, trata de evitarlo!!!

Tititokokoki

viernes, 15 de junio de 2018

CRÍTICA Y AUTOCRÍTICA


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Siempre hemos sido críticos, pero en pocas ocasiones hemos hecho autocrítica. Y creo que deberíamos hacer más autocrítica y menos crítica, si bien el listón de la crítica no deberíamos bajarlo nunca. Pero sería interesante que compensáramos más la balanza y pusiéramos en el otro lado la misma cantidad de autocrítica, que la que tenemos en el lado opuesto de crítica.
Porque, ¿de qué vale ser feroces críticos, si no aplicamos al mismo tiempo la misma proporción de autocrítica? Quizá esa descompensación nos produzca más disgustos y frustraciones, que si compensamos y ponemos la misma cantidad de una actitud que de la otra.

Lo hemos criticado todo, o casi todo, pero quizá le hemos dado más tiempo a eso, que a hacer autocrítica sobre qué hacemos, cómo lo hacemos, cuándo lo hacemos, para qué lo hacemos y cuánto más deberíamos hacer, además del por qué lo hacemos. Incluso hemos llegado a hacer crítica constructiva, pues aquello que nos presentaban como bueno, intentábamos que fuera algo mejor porque había posibilidades de mejorarlo. Y la intención de mejorar algo que está bien, es muy sana, es constructiva y ayuda a la mejora continua, pero también es cierto que nos hemos olvidado de hacernos a nosotros mismos la crítica que nos ayudara a ser mejores y que a la vez contribuyera a que los demás también fueran mejores hacia nosotros.

Tanto la crítica como la autocrítica conllevan otros apartados de la psicología como son la empatía, la asertividad, la autoestima, la emotividad, las motivaciones, etc.
No hemos sabido ser asertivos, y nos hemos pasado el tiempo en modo pasivo en ocasiones, y en otras hemos hecho gala de agresividad, posturas antagónicas a una conducta asertiva o empática. Con la pasividad poco o nada se consigue, y con agresividad tan solo provocamos que vayamos a recibir más agresividad, pues el oponente siempre intentará defenderse ante nuestro furibundo ataque. A no ser que el oponente sepa ser asertivo. Entonces lo que nos encontraremos será nuestra propia derrota puesta en manos del otro por culpa de nuestra actitud agresiva, la cual nos hace vulnerables ante alguien que sepa usar la empatía, que sea asertivo o que tenga un nivel de autoestima mayor y mejor que el que delatamos cuando nos mostramos agresivos o pasivos.

Necesitamos más de autocrítica. Precisamos saber primero nuestras carencias, nuestros defectos y nuestras debilidades. Es imprescindible conocer nuestros derechos y es más irreemplazable aún el que sepamos defenderlos, siendo asertivos. Sin violencia y sin pasión desmedida, sin fruición ni escándalo. Simplemente conociéndolos, nos haremos respetar. Y por supuesto que también es esencial conocer nuestras emociones, saber qué nos gusta y defenderlo sin complejos. Corregir nuestros errores, y reconocerlos sin remordimiento ni obsesión acomplejada. No hay que esconderse de nadie, pero tampoco debemos escondernos de nosotros mismos. Debemos ser más abiertos, más francos y sinceros. Sin complejos ni autoestima baja. Sin la sensación de ser inferiores a los demás, pues el complejo de inferioridad nos deja vulnerables. Pero tampoco es recomendable tener un complejo de superioridad, pues eso conlleva la soberbia, la prepotencia, incluso la ignorancia, la estulticia, la mediocridad o la estupidez, y esas actitudes no favorecen la autocritica.
Ser autocríticos nos hará más fuertes, nos dará mayor notoriedad y mayor respeto, sobre todo con aquellas clases poderosas que se tiene por creído que no somos más que populacho a simple ciudadanía al servicio de las oligarquías o los mandamases del cortijo. Y si después de hacer una buena autocrítica, también les hacemos saber de nuestra crítica, y lo hacemos con vehemencia y con la suficiente dosis de argumentos fundados, entonces nuestra fortaleza será aún mayor, lo que les hará ver que no estamos aquí por estar y que deben contar con nosotros para algo más de lo que hasta ahora han contado.

Yo creo, tengo la absoluta convicción, de que la crítica tiene mucho que ver con la Democracia, pero también estoy convencido de que la autocrítica es un bien imprescindible para movernos en Democracia. Y si a la crítica, tanto en su apartado de construcción, como en el de rechazo y repulsa, la añadimos la misma dosis de autocrítica, más asertividad, empatía, simpatía, autoestima y mayor autovaloración, entonces podemos llegar a conseguir muchas más cosas, y de mayor valor y calidad, de las que hasta ahora hemos conseguido.
No todo es criticar por criticar, ni tampoco es todo el autocomplacernos. Debemos ser más critico constructivos, más autocríticos, y buscar, y exigir, la mejora continua.
Yo creo que ese es el nivel de exigencia que debemos imponernos, y también creo que es el nivel de exigencia que debemos tener hacia quienes nos gobiernan.
Confianza, autoestima, asertividad, autovaloración y empatía. Y crítica, pero también autocrítica.
Seremos más fuertes, que diría el otro, solo que esta vez con razón. Y justicia.

Tititokokoki