sábado, 7 de julio de 2018

NO ES LO MISMO. ES OTRA COSA


Escucha la entrada: Aqui

Manifestarse cuando la selección de fútbol gana, salir a las calles cuando tu equipo del alma victorea, adorar a tu ídolo, comprar su camiseta, idolatrar a delincuentes........botellón.

Los grupos de tipo social no son capaces, o no quieren, o no pueden, hacer salir a la calle a la gente para reclamar sus derechos, para reivindicar libertad, para demandar Democracias, o sencillamente para que se reparta de forma justa la riqueza del planeta. Y menos aún cuando se descubrió que la patraña de las Democracias es eso, patraña, lo que sería un buen motivo para salir a las calles a exigir un cambio de sistema o para que se implante de verdad, y definitivamente, esa Democracia prometida. No preocupa no la precariedad ni la esclavitud promocionada por quienes quieren que eso sea así para tener el sostén necesario que mantenga vivo al sistema actual.

Nada que decir de aquellos casos en los que hay que denunciar vidas humanas, personas que están siendo asesinadas, o que están en riesgo de serlo. Y tampoco nada que decir del hambre en el mundo, de las desigualdades existentes y promocionadas adrede para favorecer al sistema. Nada de esto es motivo de lucha y de llamamiento para exigir un mundo mejor, o para buscar un mundo más limpio y sano. Pero para salir a las calles a victorear a unos que le pegan patadas al balón, o que le dan vueltas a la cadena de un bicicleta, sí que se es capaz de convocar, y además la gente está más presta a participar, aunque a esos a los que se les victorea y aplaude, hayan defraudado a todos, defraudando a la Hacienda de todos,o incluso que hayan traficado con cocaína o con dopantes.

O aunque se hayan dopado para conseguir los éxitos por los que después son aclamados/as.
Comprendo que hay algunas organizaciones de carácter civil o social que conocen este dato, el de que la gente está más para fiestas que para luchas. Del mismo modo también entiendo que hay mucha gente que está desencantada con estas organizaciones, y cuando alguna decide convocar, sufre los latigazos de quienes hacen pagar a justos por pecadores, pues la confusión es tal, que la sociedad en general ya no sabe cuando esa convocatoria es real o cuando esconde espurios intereses detrás, que nada tienen que ver con ese llamamiento. Está visto que aquello de “mayorías silenciosas” hizo más daño del que pretendía quien la dijo. Ni él mismo se lo puede creer.

No basta con que les hayan mentido descaradamente, no basta con que les hayan robado, tampoco es suficiente el que tengan víctimas mortales a sus espaldas. No hay motivo lo suficientemente grave como para conseguir movilizar a las personas y para exigir responsabilidades a aquellos o aquellas que engañaron, que robaron o que maltrataron a la sociedad en general o a una facción de esa sociedad en particular. Tan solo una tragedia de dimensiones colosales, será capaz de hacer salir a la calle a las personas a reclamar y a exigir. Mientras tanto, se pueden hacer todas las barbaridades conocidas y por escribir, que la gente ya ni se inmuta, ya no se sensibiliza y ya no es capaz de moverse para parar la barbarie.

Los centros de pensamientos mundiales trabajan a destajo para conseguir manipular de la mejor manera posible las mentes y para atraer las voluntades de las personas. Y las personas se dejan, nos dejamos llevar. Caemos en sus continuas trampas y nos aletargamos cada vez más, quizá por ver cómo nos manipulan, y poco o nada podemos hacer, quizá por hastío ante semejante poder absorbente y acaparador, quizá porque, en muchos casos, no saben que están siendo manipulados, y como decía Noam Chomski, quizá sea porque ni siquiera saben que no lo saben.

Además, esos mismos centros de pensamiento cuenta con la mayoría de los medios de comunicación, con los más influyentes y mediáticos, para llevar a cabo sus adoctrinamientos y sus ansias por dirigir el pensamiento global y crear así una línea de pensamiento casi único, pero con vista a que sea único en un futuro no muy lejano. Han sabido crear un vocabulario que crea más confusión y caos que información y veracidad en la información. Han conseguido que casi todo el mundo hable de lo mismo y de la misma manera, identificando todo aquello que los centros de pensamiento han propuesto y que estos lo han instalado en los cerebros de las personas para que las personas hablen igual. Por ejemplo, populismos, feminismos, fundamentalismos, radicalismos, extremismos, o lo globalmente conocido como pos verdad. Los términos “ismos”, hicieron estragos desde que en el siglo pasado, hacia finales, se instalaron para quedarse. Han creado una corriente de pensamiento único, creando un ambiente de contenidos que modificaron de manera radical la actitud y el comportamiento del ser humano en general. Es la falsa vanguardia en la que cayeron/caímos casi todos/as. Y con esos “ismos” han conseguido, insisto, mucho más de lo que pretendían conseguir, para sorpresa de ellos/as mismos/as, y para pasmo, que aún no llegó, de los demás, del planeta al completo.

Y ante tanta barbaridad junta, ¿quién se aclara y quién cree en que algo de útil haya en todo esto?

Más bien propone la retirada en masa, el reculamiento, la encerrona en las que nos quisieron meter, y el redil hacia el que nos indican que vayamos. Y es por esto, a causa de esto, que la gente busca refugio en otras cuestiones, pues ven que es más fácil distraerse que enfrentarse, que les es más rentable incluso el arruinarse para conseguir una entrada del mundial, que quedarse en casa y salir a la puerta de sus casa a reclamar que se paren las indecencias, que cesen los abusos, o que devuelvan los derechos y la libertad previamente usurpadas. Es decir, que la gente ya está en disposición de recibir hostias por un tubo, atentados a su dignidad a modo de cascada, o coacciones a su libertad a golpe de decretos infames, y se ha pasado definitivamente a salir a la calle a acompañar al autobús descapotable en el que van sus ídolos. Y para cuando no tengan la ocasión de aclamar, siempre se preguntarán dónde cojones está la próxima fiesta de botellón y de toros, o de pasarela de artistas del Gran Hermano, de los actores del En Pelotas en el Paraíso, o de los Triunfitos del otro Gran Hermano Eurovisivo. Para eso, sí, pero para asambleas, que no les toquemos los huevos, los ovarios, o simplemente que ni les molestemos. Están más para fiestas que para reclamaciones.
Y no es lo mismo. Es otra cosa. Lo están consiguiendo. Lo han conseguido.


Tititokokoki