Escucha la entrada: Aqui
La vida es muy sencilla,
lo que sucede es que somos los seres humanos quienes la hacemos
complicada.
A veces incluso adrede y a mala fe. Conscientes.
Envidias, celos, inquina,
rencores, venganza o sencillamente el desprecio o el ninguneo, hacen
que las cosas se compliquen y se nos vuelvan raras y turbias. En
ocasiones la ignorancia también cuenta, sobre todo cuando se
presenta con esa valentía y esa irresponsable osadía, con la que
suele hacer acto de presencia y efecto. En otras la excesiva
violencia con que nos mostramos, ya sea esta de tipo físico o
verbal, también es una actitud reprobable en el ser humano. La
agresividad, la provocación o simplemente esa agria actitud que en
ocasiones mostramos con tanta vehemencia, son también muy dañinas
para nosotros mismos y para los que nos rodean.
¿Por qué no sabremos
ser más sinceros, más abiertos y más francos? Sin acritud, sin
asperezas que hagan que existan situaciones incómodas o de mal
gusto.
¿Qué nos pasa a las
personas para que seamos tan ácidas en ocasiones? ¿Qué tomamos?
¿Qué nos dan o qué deglutimos de manera voluntaria para que seamos
tan avinagrados en ocasiones?
Estamos en permanente
indignación, en continua crispación y mostramos rabia, cólera,
inquina o ira con demasiada facilidad y con una naturalidad pasmosa.
Ya tenemos por modo de vida actitudes irritantes e irritables. Ya las
damos por modo de ser, en forma de rutina.
Pero, ¿quién se atreve,
en estos tiempos que corren, a mostrarse amoroso, cariñoso, amable o
abierto? Mostrar esas actitudes te puede hacer demasiado vulnerable
para aquellos que están deseando encontrar en ti algún resquicio
por el que penetrar y hacerte daño, anularte o simplemente situarse
en posición de dominio sobre ti. Y lo peor viene después, pues hay
gente que suele aprovechar la oportunidad para hacer leña del árbol
caído, y se ensaña hasta la humillación, o al menos hasta que vea
en ti una total y absoluta rendición, e incluso sumisión.
¿Se puede compaginar un
mundo en el que la hipocresía es norma, en el que el cinismo es
forma de ser y de actuar, en el que la mentira está a la orden del
día y a cada instante, con el amor, los sentimientos puros o
muestras de cariño hacia aquellos y aquellas que solo ven la vida
desde un modo de ser falso, escondido detrás de las también falsas
sonrisas o de detalles en apariencia amables, pero que en realidad
esconden intenciones muy alejadas de esa apariencia que pretende
mostrar? ¿De verdad se puede? ¿Cómo se hace? Tan solo conozco una
manera de hacerlo, y es mostrarte tal como se muestra el otro, o la
otra, y esperar a ver quién de los dos es el primero en asestar el
golpe definitivo, porque supo aprovechar la oportunidad para soltar
el mandoble y dejarlo caer sobre tu cabeza o sobre tus sentimientos.
Y así, ¿quién cojones es capaz de vivir en paz y quién hostia es
capaz de llevar una vida plácida y sin sobresaltos? ¿Quién?
Hay que estar en
permanente alerta, hay que vigilar las espaldas y tener bien
protegido el torso, porque si no lo haces así, y no te procuras esa
coraza, es muy probable que acabes por tener que soportar fracaso
tras fracaso y palo tras palo, decepción y desengaño. Y eso hará
mella en ti y te acabará por hundir definitivamente, o conseguirá
que pases a formar parte de los callos y las durezas con que se
mostraron ante ti los demás, y que te han hecho a ti esa dureza y
esa rudeza que no querías y te negabas a asumir que tuviera que ser
así.
¿Dónde está el amor,
dónde el cariño, dónde la amabilidad y la cordialidad? Parece que
todo eso fue desapareciendo, o que está en vías de desaparecer,
para dejar lugar definitivamente a la grosería, a la brusquedad, a
la zafiedad, la obscenidad, e incluso a la estulticia más atroz. Ya
es tan normal que ser duros y rudos, el ser bestias y alimañas, ya
es naturaleza en la vida de muchas personas. Muchas personas que,
probablemente, sigan contagiando y continúen adosando a más adeptos
a esa cruda realidad, con lo que cada vez es más difícil
encontrarte con personas “normales”, ya que, lo que hasta ahora
era normal, es en estos instantes bicho raro o especie en vías de
extinción. Es más, es una especie que forma parte de los objetivos
de quienes quieren que desaparezca. Y les es tan fácil atizarle, les
resulta tan natural el aguijonear al que se presenta con esa
debilidad, que asusta el pensar en el nivel de depredación tan
brutal que alcanzó el ser humano de un tiempo a esta parte.
Se busca amistades no
peligrosas, urgentemente. Se gratificará. Razón, aquí.
El mejor amigo del ser
humano. Siempre. Sin duda.
Sentido de la lealtad, de
la solidaridad, del amor. Espíritu de equipo, de manada.
Carecen del sentido de la
hipocresía, no mienten y siempre están a tu lado. No son cínicos
ni te traicionan jamás. Siempre son tuyos y están ahí para ti, sin
pedirte nada a cambio, más que tu cariño, tu compañía y tu
protección. Es mucho lo que tenemos que aprender de ellos.
Aprendamos y seamos un
poco más perros, y dejemos de ser tan bestias.
Tititokokoki