sábado, 14 de julio de 2018

JUAN, SE FUERTE. SI, SE PUEDE


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¡Menudo lío, Juan, menudo lío! Pero, ¿qué esperabas sino?
Desde que te erigiste en el director de todo un cambio para este país, no has hecho más que engordar la ya de por sí saca de la indignación en España. Has conseguido que pasaras de ser una persona admirada, a provocar la repulsa y el rechazo ante tus actuaciones poco éticas e impropias de una que se presume que debe de ser un Rey. Has conseguido que se confirmara que las realezas no son útiles en ninguna de sus formas o maneras.

Has comenzado bien la singladura, pero a medida que esta se iba intentando fraguar y consolidar, no has sido capaz, o no has querido, reconducirla y moderarla, llevarla a aquel lugar en el que todos los españoles de aquella época habíamos creído que íbamos.

Pues me da la sensación de que nunca has llevado a cabo ese papel. Nunca. Bueno, salvo en aquella ocasión en la que un tipo con pistola en mano y tricornio encima de su hueca cabeza, asaltó el Congreso y puso patas arriba a toda España. Ese y el de los tanques, ¿recuerdas? No así a la Democracia, pues a esta más bien le sirvió de acicate y de soporte, fue un importante impulso para ella. Quizá esa era la razón principal por la que se provocó todo aquello. ¡Y lo sabes!

Pero después de eso, e incluso antes, poco o nada has hecho para defender aquello que, presuntamente, has iniciado. Mira sino la propia Constitución. ¿Por qué has consentido que se contemplara tu inviolabilidad? ¿No sería más honesto y más coherente el haber exigido que aquello se eliminara? Yo creo que sí, porque si por mi fuera, es decir, si fuera Rey, no permitiría que se construyera a mi alrededor esa coraza, pues suena a algo así como que se van a producir cosas y esas cosas hay que prevenirlas con leyes. Bueno, en realidad, si yo fuera Rey, optaría por dos posiciones antagónicas, pero a la vez útiles para España y para todos los españoles. La primera y más probable, sería renunciar a la Realeza.

Una vez cumplido con mi papel, que no era otra cosa que cambiar el régimen de Franco por una Democracia, me apartaría a un lado y dejaría a los españoles que la disfrutaran, y que la moderaran. Pero si hubiera tenido la más mínima duda sobre la viabilidad de la misma, entonces haría lo mismo que tu hiciste y me quedaría, pero actuaría en coherencia a mi papel y vigilaría que se hicieran las cosas bien. Y una vez consolidado, entonces optaría por la primera, es decir, apartarme una vez comprobé que la Democracia se consolidó. Y una vez hecha alguna de las dos opciones, me pondría a trabajar, ¿me entiendes?

¿Y qué has hecho tú? Simplemente quedarte y dar validez al artículo de la Constitución que reza sobre tu inviolabilidad. Y eso no está bien, Juan, eso no está bien.

Porque, ¿qué hiciste tú cuando esa clase política que pasó a gobernar, lo hizo con mentiras y con promesas que luego no cumplieron? ¿Qué hiciste tú cuando se atentó contra los derechos de los españoles o cuando se demostró que la justicia no es para todos igual? ¿Has hecho algo? Pues eso, Juan, es desobedecer tus propios planes, o al menos aquellos que presumíamos que tú liderarías.
Eso, Juan, es ser desleal hasta contigo mismo, y para rematar la faena, serlo también con el resto de los españoles. ¿Qué me dices del Estado de Bienestar, Juan? ¿Cómo has consentido su destrucción?
Nosotros, los españoles, le hemos dado el visado a la Constitución que nos pusieron delante, pensando en que todo ello sería verdadero y que se respetaría todo su contenido.

Y tu la refrendaste porque representaba tus ideales y servía de soporte a tus planes. Esa era la apariencia que tenía todo aquello y era la esperanza de todos. ¿Y qué habéis hecho, Majestad? Habéis causado decepción, habéis provocado desencanto, la indignación la construisteis vosotros solitos, a causa de vuestra ineptitud y vuestra arrogancia, y cuarenta años después, solo se cosecha en este país, desengaño, frustración e incluso fracaso y desilusión. Habéis confirmado que las realezas no sirven para nada y que más bien estorban y entorpecen la vida de las personas, así como echar por tierra todo lo que la ciudadanía esperaba con ilusión, y por derecho. ¿Sabes cuánto les has costado a los españoles?

No, Juan, no. Hoy deberías salir y dar la cara. Dar explicaciones y confirmar o desmentir todo aquello que te afecta. Eso es lo que haría yo, si fuera Rey, o estuviera en tu situación de Emérito. Honestidad, se llama, responsabilidad y coherencia. Incluso elegancia, cosa que a las realezas se les presume, más allá de apariencias o de protocolos de Palacio. Pues ni eso, Juan, ni eso.

Mira, Juan. Cuando mi hijos eran pequeños (1991 nació una, y 1999, otro) les ayudé a responder a la pregunta que le hicieron en el colegio sobre “¿Qué es para ti un Rey?”. Mira si te he dado margen, que más de veinte años después aún seguía creyendo que podía defender y enseñar que un Rey es una figura (al menos en España) que representa salvación, que representa rescate, que representa libertad, derechos, justicia, Democracia,...............¿Y en qué quedó todo aquello, Juan?

No sabes bien la decepción que me has provocado a mi y en toda mi familia. ¿Qué les digo ahora a mis hijos, Juan? En fin, creo que no tengo nada que decirles, porque ellos ya se dieron cuenta de que les engañé, o que sencillamente me equivoqué, o que simplemente trataba de no atizar las brasas y guardaba ciertos criterios de discreción y de mesura para que a futuro no se montara el follón. Follón que ahora, en lo que viene siendo el futuro de aquella época, ya estaría más que justificado si en aquel momento hubiéramos empezado por atizar las brasas. ¿Te das cuenta, Juan?

¡Venga, Juan,! haz un esfuerzo, concedele al pueblo español la libertad que precisa y de la que tiene todo el derecho, además de ser de justicia, y proclama una nueva Transición para dejemos la Monarquía, y pasemos a la necesaria, útil y justa República. Díselo también a tu hijo, ¿vale? No te olvides. Y ya después los españoles nos encargaremos de que todo vaya bien. Te aseguro que, al menos, será diferente a lo que conocemos.

¡Vamos., Juan, sé fuerte!, y dí con nosotros,
¡¡¡Sí se puede, sí se puede, sí se puede,.............!!!


Tititokokoki