lunes, 2 de julio de 2018

MENTIRA COCHINA


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La ingenuidad es la seña de identidad con la que no es difícil identificar a los que creemos/creen en que las cosas se pueden hacer mejor, en cuanto a la relación entre personas. Y una de las cosas que algunos/as creemos que se puede hacer mejor, es la gestión del sentimiento de la amistad. Los palos nos llueven por todos lados, y las frustraciones las acumulamos todos los días. Quien se atreve, osa, o pretende encontrar amigos, lo único que se va a encontrar, son palos en las ruedas y más palos en sus sentimientos.

¿Decidme que a alguno de vosotros no os pasa igual, o parecido? O a todos/as, que también es posible, pues a día de hoy está tan extendida la mala praxis en la gestión del concepto de la amistad, que quien se lance en pos de amigos, se va a llevar más de una desagradable sorpresa y muchas decepciones acumuladas. Y así, la depresión está más cerca, el aislamiento es un modo de vida, los egoísmos se contagian y hace más inviable la amistad, y la desconfianza será el denominador común entre todos, lo que hará que la amistad sea cada día más difícil de encontrar, y más difícil aún consolidarla. No hay bases lo suficientemente sólidas como para poder garantizar que la amistad sea duradera. Y ya no digo nada si lo que se pretende, desde la ilusión, es el perpetuarla. ¡Olvídense, es mentira cochina!

¿No sería bonito tener un amigo, o una amiga, de por vida? Ni lo sueñes. Ni te atrevas.
Se dice que no estamos aquí para hacer amigos. Sin embargo, aún hay personas que estamos convencidos de que debería ser al revés, y que deberíamos estar aquí para hacer amigos.
¿Y si estuviéramos aquí para hacer amigos? Difícil empresa, pero no imposible.
Los egos, los intereses personales, los otros intereses empresariales, políticos, etc, impiden que la amistad sea algo cotidiano, y que nos movamos más por lazos de amistad que de encontronazos y violentos episodios de batacazos por decepción. Incluso surge la depresión, al ver que es casi imposible considerar a alguien amigo en toda la extensión de la palabra y respetando la totalidad de la definición.

Amistad:
“Relación de afecto, simpatía y confianza que se establece entre personas que no son familia”.
Es evidente que la definición no es del todo precisa, pues entre la familia también debería existir en la convivencia una relación de amistad. No se sabe bien lo que cambiarían muchas cosas, pues una relación de amistad, paralela o por encima de la familia o de lazos consanguíneos, haría que muchas de las situaciones de roces o de enfrentamientos en el seno de la familia, se pudieran evitar. Sobre todo a la hora de herencias, por ejemplo.
La amistad es una sensación, un sentimiento, que está desapareciendo a marchas forzadas de nuestras vidas. Incluso creo que ya desapareció.

¿Tiene hueco la amistad en un mundo en el que el capitalismo es el eje sobre el que se mueve la mayor parte de la vida diaria de las personas? Imposible. El capitalismo es el principal impulsor de la destrucción de todo sentido de la amistad. Por el interés te quiero, Andrés. A partir de aquí, la amistad es del todo imposible e inviable, pues ese es uno de los principales pilares del capitalismo.
Y como bien sabemos, el capitalismo absorbe y parasita nuestras vidas.

Y ocurre lo mismo en un mundo gobernado desde el neoliberalismo, el fascismo, las mafias o los lobbies de presión, por ejemplo. Esos no tienen amigos ni dentro ni fuera de su actividad profesional o político. Les es imposible desconectar y llevan sus tesis y sus filosofías de vida tanto dentro como fuera de sus actividades. Los partidos políticos son otra fuente de enemistad.
¿Cómo puede existir el más mínimo concepto de amistad en un mundo con tanta prisa por llegar a ninguna parte, o por llegar a metas espurias e indecentes?
¿Cómo cabe la amistad en un mundo en el que están por encima personas que han decidido el “yo primero” y “por encima de todo y de todos”? Eso nace en uno, y a continuación contagia a otro, y este otro va contagiando a otros más. Y así ya llevamos muchos años, por lo que decir que la amistad desapareció, o está a  punto de hacerlo, no es tan descabellado.

Y en esa espiral acabamos cayendo todos, a poco que nos despistemos o que temamos quedarnos atrás. O lo peor, que tengamos la sensación de que estamos siendo demasiado vulnerables y que presentamos signos evidentes de debilidad. Debilidad que puede ser aprovechada por otros para humillarnos, o sencillamente arruinarnos. Incluso hay que contar con el sentido del ridículo que sienten muchas personas si tienen que declarar su amistad. Hasta ese punto hemos llegado, a ver el sentimiento de amistad como algo ridículo, que es motivo de escarnio o de burla, o que es propio de personas débiles, de poca personalidad, o de falta de carácter. Cursi, incluso.
Y con infravalores tan marcados, es imposible crear un mundo mejor, o al menos se hace muy cuesta arriba el tratar de conseguirlo o de encontrarlo.

¿Por qué no ponemos los pies en el suelo y tratamos de recuperar el ya perdido, o a punto de desaparecer, sentimiento de la amistad? No sabemos bien los que nos estamos perdiendo, pues si consiguiéramos recuperar valores tan importantes como la amistad, muchas otras cosas de valor añadido en nuestras vidas vendrían adheridas, lo que facilitaría mucho la convivencia, además de hacer nuestras vidas más fáciles y llevaderas. Sin comparación.

Decir que la amistad es mentira cochina, es mucho decir, y nos indica que estamos comenzando a escribir el final del ser humano como tal. O sea, la selva, el barro, la inmundicia, la barbarie, las cloacas y la indecencia, le están comiendo todo el terreno a la amistad. Y desde luego que así no vamos por buen camino. Caminamos por alcantarillas de ignominia y de infamia y bajeza.
El precipicio nos espera. Y es posible que justo en aquel momento en que nos vayamos cayendo, lo hagamos todos cogidos de la mano, unos detrás de otros.
¡Ah, se siente! Ahora es tarde, amigos.

NOTA. Y a quien este escrito la haya resultado un coñazo, que se lo haga ver. Podría haber sido mucho más extenso,.........¡y demoledor! ¿O no?

Tititokokoki