domingo, 15 de julio de 2018
DEMASIADO RUIDO PARA TAN POCAS NUECES
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Ya llevamos cuarenta años, ¿vale? O sea, que ya está bien, coño, ¿no os parece?
Durante todo este tiempo, y especialmente en los últimos años en los que el sensacionalismo alcanzó niveles que nunca creíamos que pudieran llegar, el ruido se hace cada vez más ensordecedor, y lo peor es que después haces un recuento de nueces y no acabas de entender a qué vino tanto ruido y tanto follón. No cuadran los números, ni son coherentes los resultados. Por lo tanto, deduces que aquí están ocurriendo cosas inexplicables o que no tenemos capacidad suficiente como para entender tanto ruido, habiendo tan pocas nueces.
¿Puede ser que de tanto sensacionalismo que transmiten los medios, se apague nuestra indignación, porque eso ya lo ponen ellos y nos ahorran el trabajo? ¿O va a ser que los medios intentan crisparnos y somos nosotros los que nos quedamos impasibles e inmunes y pasamos de todo?
¿Qué está pasando? ¿Quizá se está anulando nuestra capacidad para pensar por nosotros mismos, haciéndolo ellos por todos nosotros? ¿Y nuestra capacidad para indignarnos ante tanto barullo y tan pocas nueces? ¿Ya no la tenemos? ¿Por qué será?
Tantos casos de corrupción que fueron pasando por delante de nuestras narices, haciendo un ruido tremendo en los medios, tanto a nivel de telediarios, de debates, de tertulias o de entrevistas, y el resultado que ves al final es el de que no te salen las cuentas a la hora de hacer un balance de nueces. Te preguntas, ¿y de dónde cojones salió tanto ruido? Y no son casos de corrupción que afecten al vecino, porque ese vecino se le ocurrió tender la ropa mojada, o porque tiró la basura en el contenedor inadecuado. No, ni fue el caso.
El ruido venía porque unos cuantos sinvergüenzas que accedieron al poder, hicieron auténticas barbaridades, aprovechándose de su privilegiada posición, para saquear todo lo que se le puso por delante y yendo aún más allá, demostrando su altísima capacidad depredadora y sus altas dosis de avaricia, de codicia y de desenfreno a la hora de delinquir. Y como podemos ver en estos días, la cosa va desde arriba, hasta abajo, y vuelta a empezar. La Casa Real, todos los Presidentes de los diferentes Gobiernos, la mayoría de los Ministros que compusieron aquellos Gobiernos, Secretarios Generales, Directores Generales y sin ser Generales también. Presidentes de Autonomías, Alcaldes, Presidentes de Diputaciones, Concejales, Diputados, tanto nacionales como autonómicos, Senadores, Embajadores, Representantes Marca España, Empresarios, Asociaciones de Empresarios, Correveidiles Semovientes que también se llevaron su particular partida o mordida,............listillos de los cojones que supieron aprovechar el río revuelto y que de momento son anónimos, y que con casi toda seguridad seguirán siéndolo.......................
¡¡¡policías, espías, periodistas, medios de comunicación, televisiones, (RTVE la primera) y encargadillos de mierda para construir cloacas por todos lados......!!!
¿PERO ESTO QUÉ ES?
Todo eso fue un barullo constante durante los cuarenta años que llevamos de Democracia, y el ruido y revuelo que se montó, nada tiene que ver con las nueces que se recogieron. Es decir, ¿cuántas personas penaron por sus fechorías, y lo hicieron acorde a los delitos cometidos? Voy más allá, ¿cuánta gente de ese entramado está campando a sus anchas, incluso de manera campechana, empalmados, o sencillamente en sus piscinas, en sus yates, o visitando de vez en cuando a los que se encargan de custodiar sus sucios dineros en los diferentes paraísos fiscales, o celebrando día sí y día también el ridículo y espantoso protocolo del besamanos?
Lo diré de otra manera:
PERO ESTO, ¿QUÉ ES?
Decir que una mierda pinchada en un palo y tirado en medio de un desolado prado, es decir poco. Decir que esto es un despropósito descomunal que no traerá más que enfermedades mentales a las personas de bien de este país, tampoco es suficiente. Así que, no se sabe muy bien, al menos por parte de quien escribe, cómo calificar todo esto, ni qué nombre ponerle a toda esta barbarie. No encuentra, el que escribe, adjetivo calificativo lo suficientemente acorde y adecuado que consiga definir con claridad todo esto, y que además sea capaz de transmitir con meridiana transparencia lo que se intenta decir. La única cosa que se me ocurre es decir que estamos pisando un terreno demasiado peligroso, que estamos llevando todo esto con demasiada parsimonia, y que el grado de mediocridad, de permisividad que estamos alcanzando es también un problema demasiado gordo que nos traerá problemas más gordos aún. No sé, pero decir que la estupidez ya se está instalando en nuestras vidas y que ya forma parte inseparable de ella, no creo que alerte ni soliviante a nadie.
Así que, me quedo con el titular, aunque le cambie la forma de plantearlo.
¿Tanto ruido, para tan pocas nueces? ¿Es posible eso?
¿No sería mejor decir basta porque tanto ruido nos está volviendo locos?
O sea, ¿qué hacemos con tanta barbaridad junta acumulada durante tantos años?
PERO ESTO, ¿QUÉ ES?
Tititokokoki