jueves, 5 de julio de 2018
ÁCIDOS, ADICTIVOS Y CORROSIVOS ESPAÑA, COOPERATIVA ANÓNIMA
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En efecto son anónimos, y no solo están en este país, ya que es a nivel mundial, pero lo que me trae al interés, es este país. Bueno, algunos no son tan anónimos.
No sé si mucha gente de este país se habrá dado cuenta, pero están siendo abrasados, corroídos y son víctimas de ciertas sustancias que les hacen tener adicciones que aún no detectaron. Tampoco sé cómo reaccionarán cuando se enteren. Y lo peor de todo, es que me temo que hay mucha más gente que sí lo sabe, que sí es consciente, pero que lo niega. Después están los que se resisten a creerlo y los otros muchos que lo asumen como algo normal, cotidiano y hasta rutinario. Incluso los hay que les gusta este estilo de vida ácido, corrosivo y altamente adictivo, desde un punto de vista físico.
Es imparable. Es lo que hay.
¿Os habéis dado cuenta de que hay más alergias de carácter físico de las que había hasta hace poco?
Son tanto de tipo respiratorio como de tipo cutáneo, son también alergias estomacales y sanguíneas.
Estoy seguro de que sí, pero, ¿sabemos de las alergias, las fobias y las filias mentales que hasta hace poco tampoco existían?
Vuelvo de nuevo al tema: ¿Estamos enfermos, tanto a nivel físico como mental? Y si lo estamos, ¿realmente nos hemos dado cuenta?
El sentimiento de desconfianza se ha hecho permanente. Desconfiamos de todo y de todos, no nos fiamos de nadie ni de nada. Todo nos parece sospechoso, todo nos mosquea un poco. No hay nada que se merezca nuestra credulidad. Y eso es de una contaminación mental atroz, peligrosísima para la salud mental de las personas.
Y para conseguir que todo esto se implantara en nuestras vidas, y que formara parte inseparable de ella, se están utilizando determinadas sustancias que ponen los pelos de punta solo pensarlo.
Y lo peor de todo es que esas sustancias son adictivas, por lo que la industria, o los diferentes stablishment de poder, tienen clientes garantizados de por vida. Desde la alimentación, hasta las nuevas tecnologías, los medios de comunicación, los métodos de entretenimiento y jolgorio, tienen clientes que se pasarán la vida enganchados a las trampas que a tal efecto les pusieron.
Y son trampas que llevan adjuntas otras muchas variantes que hacen que esas trampas sean más virulentas y de mayor efecto pernicioso, pues lo que producen, además, son diversas dolencias con las que nos encontramos como novedad. Y las soportamos, las damos como compañeras de viaje en este periplo a lo largo y ancho de nuestras vidas. Como decía antes, desde alergias del aparato respiratorio que desconocíamos y que ahora forman parte de nuestra “salud”, alergias del aparato digestivo que nunca habíamos oído hablar de ellas, alergias de todo tipo físico que son novedad, incluso, hasta para los propios que pusieron en el mercado determinadas sustancias para conseguir adictos y enfermos que curar o atender, ya son cotidiano e incluso se convirtieron en rutina soportable. Ni siquiera ellos mismos se creen lo que han conseguido.
Un poco de las manos sí que se les fue. O no, vete tu a saber.
Pero la cosa no se queda ahí. También han conseguido, a través de otras sustancias o de técnicas determinadas, el manipular las mentes de las personas hasta límites insospechados e inhumanos. Fobias, filias, desconfianza, miedo, terror, pánico, inestabilidad, incertidumbre, son actitudes que nos condicionan en nuestras vidas y que poco o nada podemos hacer para evitarlas. Igual que las físicas. Y ambas son demoledoras para el ser humano tal como lo concebimos o deseamos que sea.
Y así las cosas, hay que pensar en las enfermedades que el futuro nos deparará.
Enfermedades mentales que nunca creíamos que pudieran existir, aparecerán para quedarse y para que sean parte inseparable de las vidas de los seres que para aquella pueblen este puto planeta. Enfermedades físicas que jamás creímos que pudieran ser posibles, también aparecerán para ir creciendo en la línea de la concepción iniciada, para convertir al ser humano en algo horripilante, lleno de defectos y de adicciones hasta ahora desconocidas. Ahora mismo ya conocemos algunas, pero estas son pecata minuta en comparación con las que se avecinan a causa de la pésima calidad de vida que llevamos. Y llegados a este punto, en el que ya empezamos a considerar que lo que ahora mismo nos pasa, es normal, ya podemos alcanzar a entender la dimensión y magnitud de lo que vendrá.
Y es que ya tenemos asumido también que lo que ahora sucede es normal o nos lo merecemos, o que tiene que ser así. Y eso ya tienen su propio indicador, porque haber dado por válido esto, no traerá otra cosa que males peores a futuro.
Porque, a la alimentación, a las excesivas prisas con que nos movemos, el estrés, la histeria y las ansias, a los medios de comunicación, a las nuevas tecnologías y su poder de adicción, a las redes sociales inanes y fútiles que manejamos todos los días con hasta fruición y desenfreno, el alcohol, las drogas, sobre todo las de diseño y de manipulación humana, a la manipulación permanente que hacen quienes manejan el sistema a su antojo y en base a sus asquerosos y espurios intereses, hay que añadir el tabaco, adictivo como nunca lo fue, al abuso de la determinados medicamentos, por no decir todos, hay que añadir también la contaminación ambiental, y algunos polvitos que echan de vez en cuando por ahí, para conseguir determinadas conductas o para alcanzar concretas y oscuras metas, sobre todo en el terreno industrial pero que afecta a las personas en su físico y en su comportamiento.
O sea, que si queréis forjaros un buen y lucrativo futuro, ya sabéis donde está el filón.
¡Hala, a cavar! Hacedlo como si no hubiera un mañana, porque es posible que no lo vaya haber.
Tititokokoki