El gobierno de Mariano Rajoy y el partido que lo sustenta, el PP, se han tomado casi como un asunto personal el encarcelamiento de Leopoldo López, haciendo suyas las palabras de la oposición venezolana que acusa a la justicia de su país de haber condenado a López por su discurso, que no por sus actos. Leopoldo López llamó a la población venezolana a manifestarse en contra del Gobierno y a desconocer los resultados de las elecciones presidenciales. Los venezolanos se manifestaron y a resultas de la manifestación se produjeron unas cuantas víctimas mortales.
Si en España Otegui hubiera hecho lo mismo que Leopoldo López, ahora estaría en la cárcel acusado de exaltación del terrorismo e incitación a la violencia contra el Estado. Pero, claro, se supone que nuestro Poder Judicial es la crema y el de Venezuela un asco.
En estos días el presidente de Argentina ha visitado España y se le ha recibido con todos los honores. En su país está encarcelada la activista Milagro Sala. Unidos Podemos pidió explicaciones en sede parlamentaria a Mauricio Macri por este hecho. Milagro Sala es la líder de la Organización Barrial Túpac Amaru, integrada en la Central de Trabajadores Argentinos especialmente conocida por su labor en la construcción de miles de viviendas sociales en la provincia de Jujuy. Milagro Sala fue detenida en 2016 en el curso de una serie de protestas organizadas por diferentes cooperativas en contra del gobernador Gerardo Morales, conocido por hacer la justicia a su medida y malversar fondos públicos. Parece ser que a Mariano Rajoy esto es la cosa más normal del mundo y que no tiene ningún reproche; lógico, pues en su casa Mariano hace lo mismo. Cosa bien distinta es lo que opina el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas quien dictaminó que el arresto de Milagro Sala era arbitrario y exigió al Gobierno de Mauricio Macri que la libere.
En fin, que está visto que a Venezuela la ha puesto en el mapa Podemos y que, con un poco de suerte, a Argentina también.
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