domingo, 4 de junio de 2017

La empatía. Cómo ponerse en el lugar del otro. 1ª Parte.

La empatía es una habilidad de la que carecen muchas personas. Ponerse emocionalmente en el lugar de otra persona, no es una práctica habitual en el quehacer diario. Si acaso se usa mucho en los negocios, en las relaciones comerciales, incluso en la profesión de la abogacía o en la judicial, pero poco más allá. Y sería una práctica que podríamos poner en marcha en nuestras vidas. Solo así podríamos entender muchas cosas que pasan a nuestro alrededor y podríamos alcanzar a comprender el por qué de muchas cosas que suceden. Incluso podríamos evitar otras o conseguir que otras muchas fructificaran.

Ponerse en el lugar del camarero, por ejemplo, o del albañil, del taxista o de la cajera del supermercado, no serían malas prácticas.

 Más bien al contrario. Nos ayudarían a comprender y a entender muchas cosas. También sería interesante y útil que sucediera al revés, o sea, que esos profesionales, y todos los demás, se pusieran en el lugar contrario. Imaginemos, por ejemplo, que el cornudo se pone en el lugar del corneado, y viceversa. ¡Cuántas cosas cambiarían! Mejor dicho, ¿Cuántas cosas cambiarían? O el estafado en el lugar del estafador, y viceversa.

La empatía consiste en hacer uso de la capacidad cognitiva para percibir qué piensa la otra persona, llegando a deducir gran parte de su comportamiento, participando de su manera de pensar, y concluyendo en conocer el por qué de sus actos. Pues no estaría de más que fuera una práctica de obligado cumplimiento, llegando incluso a ser regulada por ciertas normas sociales e incluso profesionales.


Considero que incluso podría ser el motor de un cambio ansiado y necesitado para este país. 

Tititokokoki