Antes
de entrar en el por qué de este comentario, quiero hacer uso de la definición
que da la RAE sobre la apatía.
“Estado de desinterés y falta de
motivación o entusiasmo en que se encuentra una persona y que comporta
indiferencia ante cualquier estímulo externo”.
Pues bien, esa es el principal del
comportamiento social a día de hoy en España. Es como si a los españoles nos
hubieran sometido a una lenta cocción que nos produjo un enorme callo por el
cual nos hemos vuelto inmunes a muchos padecimientos que, en circunstancias
normales nos hubieran producido algún dolor o nos hubiera provocado algún tipo
de reacción de rechazo o de enfrentamiento. Pero no es así. La sociedad
española presenta signos preocupantes de dejadez, de abandono, de desidia, de
indiferencia e indolencia ante todo lo que sucede en nuestro país.
La abulia y la pereza cunden, abaten a una
buena parte de la sociedad. Ya no reaccionamos ante tanta barbaridad, ante los
hechos que suceden día tras sí en este país. Y más allá de nuestra pasmosa
pasividad ante todo lo que de malo sucede en éste país, la apatía repetitiva y
constante, han terminado en un embrutecimiento de las personas, atroz y
altamente maligno para una convivencia limpia y sana. Sí, la gente se ha vuelto
arisca, lejana, intratable en algunos casos. La desconfianza es un modo de
vida, el miedo la comparte. Nos estamos haciendo cada vez más insociables a
causa de esa apatía por todo y con todo. La aspereza es un modo de
relacionarnos, presentamos signos preocupantes de malhumor constante y se
observa que la gente se ha vuelto más gruñona, más brusca y cerril, como más
montaraz y bravía.
Y en ello están empecinados todos. Desde la
clase política, quizá la principal artífice de esta maldad con la que
convivimos, pero no les queda a la zaga los medios de comunicación con su
programación basura y en ocasiones muy dañina
para la gente, con esa transmisión de mediocridad y de estupidez a través de
determinados programas, series, o periodismo poco o nada profesional.
En
definitiva, que las relaciones sociales son cada vez menos asiduas y normales,
y presentan un futuro nada benigno para los humanos, pues se está fomentando
más el que las personas permanezcamos en esa apatía, que en formar a personas
de carácter reivindicativo, social, en libertad y en integridad, en dignidad,
responsabilidad, en lo respetuoso, lo participativo o lo solidario. Creo que
este estado de ánimo basado en la apatía, les conviene a los poderosos para
poder así manejarse más a sus anchas. Una desgracia para el país. Y para la
humanidad.
Es
otra de las modalidades del concepto “víctimas del sistema”.
Tititokokoki