Esto que está pasando en España
es algo mucho más allá que tristeza. Va más lejos de la tristeza. Y para poder
definirlo, no se me ocurre otra palabra, otro significado que, “tristeza
insoportable”.
Para mucha gente de este país la
situación está llegando al borde de la depresión, e incluso hay personas que ya
empiezan a experimentar grados de esquizofrenia o de paranoia.
Y lo peor para
estas personas, aún está por llegar, más que nada porque aún no saben que
sufren de patologías diversas derivadas del efecto que produce en ellas ciertos
episodios nefastos y negros que suceden en el día a día.
No lo saben en muchos
casos, y eso traerá consecuencias catastróficas para ellos y su entorno, pero
no es menor el mal que sufrirán aquellos otros que, sabiendo que lo saben,
niegan todo, se esconden detrás de estimulantes o de psicotrópicos intentando
así alejarse de la realidad que les molesta, o sencillamente tratan de evadirse
con distracciones espurias. Los peores, aquellos que decidieron participar de
la vorágine corrupta.
Tratar de ocultarse, intentar la
evasión, negar lo evidente, no puede tener buen puerto a nivel personal, en lo
que afecta a la psicología. Si bien es cierto que permanecer atento y
tratar de entender lo que sucede, no es
bueno, pero no es mejor abstraerse al análisis de lo que sucede.
La autoestima se ve afectada, el
sentimiento de culpabilidad surge cuando observas lo que sucede a tu alrededor.
El deterioro humano está en marcha, la bestialidad se está haciendo con todos y
el concepto de sumisión alcanza más allá de la humillación, la vejación o el
bochorno.
Sin duda que la acción más
inmediata y patente, es el enfrentamiento, la división, la confusión y el caos
permanente.
La gente deambula, sus miradas
están perdidas, sus rostros reflejan crispación contenida y sus ademanes
indican indignación desesperada, pero al mismo tiempo reprimida por el miedo
infringido o inoculado. La tristeza cunde, para desgracia de las personas de
bien.
¡Malditos sean!
ADENDA 1: ¿Quién habló sobre Venezuela
culpando a otros y ahora se descubren fechorías e indecencias de los bocazas,
precisamente en Venezuela?
ADENDA 2: ¿Se puede asumir la
manipulación judicial? ¿Es tolerable, o es intolerable?
ADENDA 3: ¿Y qué hay de los
chivatazos y las filtraciones? ¿Tolerable, o intolerable?
Tititokokoki