martes, 9 de mayo de 2017

La asquerosa y repugnante política

La política, aparte de ser difícil, es guarra, es mezquina, es vil y cruel, es indecente y, en ocasiones, por no decir siempre, es obscena, zafia, marrullera, mafiosa, y sufre, padece, de un alto grado de barriobajerismo, lo que hace de su dificultad en origen, aún más arduo y penoso su práctica. Es atroz, es salvaje, incluso llega a lo criminal, al genocidio y acabará por desembocar en tragedia. Es tremendamente hostil, tanto para quienes la profesan (algunos) como para los que la sufrimos (mayorías).

La Democracia tal como la concebimos se enfrenta a la política tal como la conocemos. Son incompatibles y saltan chispas a cada instante, chocan frontalmente cada vez que se mezclan. Hay otras prioridades en política que hacen imposible la simbiosis, chirrían cuando se asocian, su sincretismo es inviable, y su fusión es más ciencia ficción que realidad.

La política se hace más fácil de llevar cuando se hace acompañar de Demagogia. Ahí sí que se encuentra en salsa, y es por esto que hay que pensar que la política mezclada con Demagogia, les hace más fácil la gestión a los que profesan la actividad. Tan solo así serán capaces de estar ahí aquellos que se deciden por la práctica de la política.

Intentar llevar a cabo una Democracia, es del todo imposible si se hace con los métodos de la política actual, sometida esta a intereses espurios que elevan a utópico, a irrealizable, a inútil y a inverosímil, el que se pueda vivir en una Democracia a través de la política tal como la conocemos en la actualidad, en este contexto capitalista, en este ambiente hostil que produce el consumismo, en este panorama en el que la mentira, la calumnia, la difamación, el trile, la corrupción o las desigualdades, son el sufrimiento común diario.


La política es difícil en sí misma, pero se hace aún más, cuando se acompaña de la presencia de la Demagogia constante, y en ausencia de Democracia. O lo peor, que es cuando dicen que estamos en Democracia, cuando en realidad estamos bajo el yugo de la política. Sin más.

Tititokokoki