sábado, 22 de septiembre de 2018

Y DESPUÉS DE TOMARNOS POR TONTOS, ¿CUÉNTAME QUÉ PASÓ?

Lo que después sucedió no fue más que una continuación en espiral ascendente sin parar, en cuanto a insulto, a vejación y a maltrato. Fue un continuo apesebramiento ciudadano, fue un sin vivir de adoctrinamiento social al completo, y una acumulación de semovientes que a día de hoy aún no para de sumar adeptos y acólitos. Y cada vez más adocenados y trabajando el doble, cobrando la mitad, y poniendo el culo por si hace falta, o para cuando al señorito de la hacienda se le ponga en los cojones, o le apetezca, sodomizar para su único y exclusivo placer.

Lo que ocurrió después es para escribir en tono escatológico sin que a nadie le parezca extraño, y a despotricar sin pausa, sin que nadie se pueda sentir zaherido o molestado, salvo, claro está, a los que por su condición de hipócritas o de puritanos, se puedan sentir ciertamente molestados. Incluso ofendidos en su honor, o que se sientan atacados a sus valores morales.


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Valores morales y sentimientos religiosos, honores y demás gilipolleces, que no son más que la hipocresía al más alto nivel, el cinismo que no conoce cotas, y la suciedad mental de quienes se creen los putos amos de todos esto, y también se creen que, siendo los putos amos de todo esto, también se sienten autorizados para hacer lo que se les ponga en las gónadas, se les ocurra en sus sucios cerebros, o lo que el capricho del momento les diga que se les antoja.
Desde mandarnos a tomar por el culo, a decir que nos jodiéramos, sin que les sucediera absolutamente nada, hasta que alguien se cagó en dios, otro alguien le puso música a la letra que decía que la Casa Real era un nido de chorizos, de ladrones, de corruptos y de mafiosos, y a estos sí que les sucedió algo. Y no poca cosa.

Después de tomarnos por tontos, llegó lo peor, por si no fuera suficientemente grave el que se nos tomara por tontos. Llegó al estupidez como modo de vida, y trajo incluido el sentimiento de culpabilidad por ser estúpidos. A eso hubo que añadir la bobería con reminiscencias de locura, y la gilipollez acompañada de mediocridad inoculada en vena, junto con la tomadura de pelo al cero, y porculamiento con violencia y sin autorización ni consentimiento.
O sea, violación en alto grado de agresión y de previo acoso sin cuartel.

La mentira fue introducida para que se quedara. Pasó a formar parte inseparable de nuestras vidas, y es hoy el día en el que la mentira y la falsedad está por todos lados. Se estancó y tiene visos de perpetuidad, con tendencia al incremento constante y a que la aberración se quede en nada, comparado con lo que nos queda por vivir de esa monumental mentira in crescendo.
La corrupción ya se enquistó, y ahora, después de haber conocido lo que pasó, estamos en el camino de que nos suceda lo mismo que nos sucedió cuando conocimos lo anterior, es decir, que para cuando conozcamos lo que ahora sucede, también le pondremos el título de “cuéntame lo que pasó”.

La corrupción existente en estos días, pero desconocida de momento, es la que conoceremos pasado el tiempo y que la descubriremos como la nueva corrupción con nuevas tecnologías y nuevos métodos aprovechando las nuevas tecnologías y las nuevas maneras de saquear. Para aquella pasará lo mismo que ahora, y nos pasmaremos en una primera etapa, comenzaremos una segunda con claros visos de creernos que esto es lo que hay, y acabaremos por asumir que la corrupción es inherente al poder, deglutiendo el hecho de que todos tenemos que ser corruptos y que tenemos que consentir, y permitir, la corrupción. Y mientras estamos en esas, ellos ya están haciendo uso de nuevos métodos para saquear al país, y estos se conocerán después de haber conocido lo que ahora mismo está sucediendo, pero que de momento desconocemos.

Es indescriptible, inenarrable. No hay palabras para describir lo que sucede en este puto país con la clase política que tenemos, con la clase empresarial que sufrimos y con la pandilla de semovientes que hacen que todo lo anterior sea posible y viable.
Esto que ahora sucede parece no tener más recorrido posible. Hay gente que cree que esto ya tocó techo y que no puede alcanzar mayor violencia ni continuidad en la desfachatez y la barbarie. Pero están confundidos, están equivocados, quienes se creen que esto ya llegó a su fin. Que no, que no, que esto tan solo acaba de empezar. Eso es lo que nos tenemos que meter en la cabeza. Esto no es más que la punta de iceberg que seguirá arrasando con todo a su paso. Es más, esto va a ir a peor. Es por esto que pienso que la única manera de acabar con todo esto tan solo es una:
LA HECATOMBE, UNA TRAGEDIA DE DIMENSIONES COLOSALES, que le ponga fin a todo esto. No hay otra salida, no hay otra solución. Este país jamás va a cambiar. Nunca va a cambiar. Y eso hace pensar en que esa manera de finalizar, quizá sea la mejor, pues en este país también existen personas de bien, y aunque este perfil de humanidad demostrable sea minúsculo, o minoritario, no tienen por qué sufrir los embustes y los embates de aquella otra gran mayoría que tiene por costumbre el joder a los demás, por lo que, conociendo la no selectividad de una hecatombe natural, o la no contemplación ni escrúpulo de un tragedia humana por venir, no hay que descartar el que la gente de bien, también desaparezca. Pero es la única solución, pues el tamaño de la agresión a la salud mental de las personas es demasiado insoportable, hace insostenible el que se pretenda llevar una vida en paz y en tranquilidad, acorde al derecho y a las aspiraciones de la gente de bien.

Y la prueba de que todo va a ir a peor, es lo que las clases poderosas y mandantes pretenden, que no es otra, que el que las personas de este país acaben por alcanzar total desafección por la política y por quienes toman decisiones en la política. El día que eso se consiga, entonces llegará lo peor. Y será lo peor, comparado con lo que ahora tenemos, pero no será lo peor de lo peor, pues eso, a partir de ese instante, es lo que llegará por capítulos y en entregas diarias.
O a cada hora, vaya usted a saber.

Tititokokoki