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No es un asunto fácil. Ciertamente es complicado, muy difícil el tema.
Para empezar, decir que el sentido común es el menos común de los sentidos. Y con esto ya bastaría para dejar de escribir sobre el asunto. Aquí acabaría este artículo.
Porque, ¿qué es el sentido común? Y voy más allá, ¿qué fue del sentido común? Y más allá aún, ¿cuál es el sentido común actualmente? ¿A dónde va y qué persigue? ¿Quién está en posesión de la verdad sobre el sentido común? ¿Quién lo posee y quién está carente de ello?
¿Existe hoy día el sentido común?
Se me podrá tachar de rancio, de vejestorio adocenado, de retrasado o de inadaptado, pero no importa, no me importa. El concepto que uno tiene sobre el sentido común, puede chocar de frente de manera totalmente trágica y/o violenta, con aquel que cree que su sentido es el más común de los comunes.
Cuando para uno el sentido común le dice que apoyar, seguir, victorear o incluso votar, a un mentiroso, no es de sentido común, para el de enfrente es todo lo contrario. Y además, lo razona.
Ocurre igual con el terrorismo, con los nacionalismos o con los independentismos. Para unos tienen sentido, mientras que para otros, no. Y no hay término medio ni posibilidad alguna de hacerles cambiar de idea o de proponerles solución intermedia alguna. Solo piensan que lo suyo es razonablemente de sentido común.
Y ocurre igual con el saqueo, con la estafa o con la violencia. Su particular sentido común, puede echar por tierra todos los demás sentidos comunes. Tienen sus razones y las defienden. Incluso delante de un juez. Por cierto, ¿tienen sentido común los jueces? ¿Y las leyes? ¿Son de sentido común?
Particularmente, a mi me gustaría que existiera un sentido común globalizado. Ya que todo se globaliza, hasta la sinrazón y el sinsentido, la barbarie y la indecencia, ¿por qué no se puede intentar hacer global un sentido común, una filosofía de vida, una manera de convivir, una forma de estar y de ser? En cierto modo, eso ya está programado, respecto del pensamiento único, pero esa programación no nos va a gustar, ya que se hará con máquinas con un único sentido, con una única forma de pensar. Por otro lado, también se está dando a día de hoy una programación de las mentes de las personas de este planeta, en relación a un pensamiento único: EL CONSUMISMO.
Son muchos los medios de comunicación, políticos, empresas, asociaciones y fundaciones, entre otros muchos métodos y medios, que tienen el objetivo puesto en coordinar una manera global de consumir, una manera de participar de este sistema a nivel planetario. Una manera de ver la vida basada principalmente en la ceguera y en la sumisión total, haciendo creer que esta forma es la única, que es insustituible y que, además, será el paraíso en un futuro que anuncian cercano, pero que nunca llega, que jamás llegará.
Y viendo venir así las cosas, ¿no sería más interesante, más humano, más de personas, intentar globalizar un sentido común, estableciendo ciertos parámetros de comportamiento con determinados asuntos que ocurren en este planeta? Por ejemplo, la corrupción. Otro ejemplo es la mentira como arma política.
Otro es el hecho constatado de que, en la mayor parte de los países del mal llamado “mundo moderno y avanzado”, los ciudadanos estamos al servicio de los políticos, cuando las leyes vigentes, las Democracias modernas, dicen lo contrario en sus bases legales. Es decir, que son los políticos los que están al servicio de la ciudadanía, y no al revés.
Con estas simples pinceladas, con este minúsculo repaso a la actualidad que nos atosiga día a día, ¿tiene algún sentido seguir alimentando esta vorágine aniquiladora? ¿Tiene sentido el continuar por esta senda de malignidad y de manipulación atroces y salvajes?
¿Es de sentido común seguir así?
¿Os imagináis un mundo en el que imperara un sentido común que tuviera como principal misión el rechazar a los bocazas, a los lisonjeros, a los mangantes y a los mentirosos? ¿Os lo imagináis?
Imaginemos ahora un sentir común que buscara la excelencia del ser humano, que persiguiera la calidad de vida, que tuviera como objetivo el ser más personas, menos bestias, más consecuentes y menos depredadores. Que su principal objetivo fuera el enriquecimiento como seres humanos limpios, sanos, sobre todo mentalmente, con el fin de evitar en lo posible muchas de las enfermedades mentales anunciadas a bombo y platillo, que van a ser en un principio la esclavitud y el sufrimiento constate y permanente del ser humano, y que acabarán por ser el triste final de la humanidad. Humanidad que, después de haber sufrido y padecido esas enfermedades, serán sustituidos, por inservibles, por unas máquinas con un único sentido, o mejor dicho, sin sentido alguno, sin ningún tipo de sentimiento.
Es por esto que hay que pensar en que, si los humanos tenemos sentimientos, si estamos (de momento) en posesión de la razón, con capacidad de análisis, con la otra capacidad de ser críticos, ¿no sería más lógico que fuéramos nosotros, los humanos, los que propusiéramos y estableciéramos, un sentido común global?
¿Se podría establecer un sentir común mundial, un sentido común global?
Yo ya me conformaría con que eso se consiguiera en mi país, España, un país que “luce”, porque el sentido que menos se usa, es el sentido común.
Tititokokoki