jueves, 9 de agosto de 2018
DEFINITIVO, CONFIRMADO: ESPAÑA ES EL CULO DEL MUNDO.
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Lo que ocurre en este país es escatalógico, cuando menos, y si no somos el culo del mundo, seguro que, al menos, somos la almorrana.
¿Es normal lo que sucede en este país, y es normal que esto lleve sucediendo durante cuarenta años? ¿Es normal que todo lo sucedido hasta ahora se haya visto incrementado en los últimos años, y es normal que tenga visos de continuar así por muchos años más?
Le tienen bien cogido el truquillo a esto de mangonear y se saquear. Le tienen bien cogido el truquillo a lo de mentir, y ya no digo nada sobre la manivela con que manejan impunemente el sucio, chabacano y soez asunto de las promesas electorales incumplidas, premeditadas y con clara intención de no llevar a cabo aquellas promesas que hicieron durante la campaña electoral, antes de ella, e incluso una vez se ven con las riendas del Gobierno en su poder.
Ni unos, ni otros. Todos hacen lo mismo. Ni PP, ni PSOE, y ahora está Ciudadanos para subirse al carro de la indecencia y para darle continuidad a todo lo zafio, y garantizar que los años venideros puedan seguir igual que hasta ahora.
Sé que algunos y/o algunas pensarán que estamos hablando siempre de lo mismo pero, ¡me cago en dios!, ¿es normal que sucedan estos episodios de corrupción y de mentira, y es normal que tengamos asumido que tiene que ser así y que además es imposible erradicarlo? ¿Es normal tanto silencio y tanta permisividad, aunque la verdad sea que estamos hasta los cojones de todo esto, y que ese silencio y esa permisividad sea debido al cansancio y al hartazgo, a la impotencia y a la frustración acumuladas durante el tiempo? No es normal tanta ineptitud, tanta desidia, tanta vetustez y tanto abandono. No es normal, no.
Algunos ejemplos con los que analizar la actual situación de España, los podemos encontrar en el asunto de los aforamientos. El otro asunto espinoso y canalla, es el de la inviolabilidad. Son normas establecidas con premeditación. Se sabía que iban a delinquir, se sabía que tenían que delinquir, y se sabía que estaban dispuestos a delinquir, que lo iban a hacer. Por eso se hizo, para eso se hizo. Pero lo terrible del asunto, no es que se sepa que se hizo para eso. Lo peor de todo es que, cuando se confirman los temores, tampoco se hace nada. ¿No es eso escatología, no es podredumbre y miseria? ¿No es eso excremento, estiércol y basura, detritos y boñigas pinchadas en un palo?
Otro ejemplo lo tenemos en la actualidad. Pablo Casado y su Máster, que vienen a ser lo mismo que lo que le sucedió a Cristina Cifuentes. En cualquier país decente, que los hay, Pablo Casado estaría retirado, dimitido o cesado. ¿Y qué ocurre en España? Estamos a la espera, cuando la mierda ya supera el tejado. ¿Es eso normal? ¿Fue normal lo de Cristina Cifuentes? Y dentro de esa anormalidad, ¿cuánto tiempo se estuvo dando vueltas a la mentira y cuántas intentonas hubo para mantenerse en el poder y no marcharse con la cola entre la piernas y pagando por los hechos?
Otra cuestión. Cuando apareció el caso de Cristina Cifuentes, paralelamente se produjo un hecho que en cualquier otro país provocaría la inmediata investigación y la depuración de responsabilidades. Este caso paralelo fue el de que de las páginas web oficiales de diversas instituciones públicas, fueron desapareciendo másteres y titulaciones de diversos miembros de diferentes Gobiernos autonómicos, locales o de personas pertenecientes a determinados partidos políticos. Másteres y titulaciones que les sirvieron para acceder a determinados puestos de poder, pero que de repente desaparecieron como por arte de magia, sin que haya habido ningún tipo de investigación sobre ese asunto, salvo alguna aportación periodística. Pero nada más.
¿Es normal eso? ¿No debería ser que, por decencia, por prevención y por persecución de la delincuencia, se iniciaran investigaciones, dado que el tratamiento de este estilo de corrupción es delito penal?
Pues no ha habido nada, no tiene visos de que se vaya a producir, y lo peor de todo es que se le está dando carácter de normalidad, se silencia todo de manera atroz y además se intenta que el paso del tiempo lo acabe por borrar todo y así hacer olvidar el asunto en cuestión.
Me cago en dios, ¿es esto normal?
España se construyó desde el pasado siglo, en base a los cimientos de unas cuantas familias herederas del anterior franquismo, encargadas de sostener todo lo que puedan de aquel régimen, tanto en el tiempo, como en las formas. Y para que tengan el sustento necesario, no solo se construyen leyes para ayudarles a delinquir, sino que delinquen y se quedan impunes. Y ya no solo por las leyes pergeñadas para tal efecto, sino que además cuentan con la permisividad y la tolerancia de una gran parte de la sociedad, una gran parte del tejido empresarial, y una gran parte del Poder Judicial, además de una inmensa inmundicia periodística y mediática. A ver, ¿es esto normal?
Todo esto, y muchas más cosas que suceden a diario en este país, hacen pensar en que España es no solo el culo del mundo, sino que se asemeja a países tercermundistas y a países subdesarrollados o antiguos en sus formas y maneras de gestionar lo público, y de convivir. Se puede decir que España es uno de los pocos países en los que la ciudadanía está al servicio de los políticos, cuando la verdad, el derecho, la realidad y la justicia, es que sean los políticos los que estén al servicio de los ciudadanos.
Por lo tanto, no permito que me vengan con milongas haciéndome creer que estamos en un país avanzado y democrático, porque la realidad de este país demuestra día a día que la indecencia y la inmundicia son el modo de vida que hace que las mayorías estemos cansados y hartos, y unos pocos se rían de todos nosotros a la vez que nos roban, nos mienten, y nos torean.
Y si no, mirad ahora a toro pasado qué fue este país, y mirad al toro que nos viene de frente con intención de seguir haciendo lo mismo que se hizo hasta ahora, es decir, que el toro, además de pasarnos por encima, nos deja cubiertos de boñigas.
Es curioso lo de este país. El toro está haciendo pasadas continuamente, siempre lo vemos venir de frente, pero siempre analizamos a toro pasado lo sucedido. Y cuando tenemos el análisis delante de nuestras narices, resulta que nos dedicamos a apartar la nariz de la bosta, con la única intención de que no nos moleste el olor a mierda, mientras vemos que se acerca otro toro a cornearnos de nuevo y a dejarnos la cagada de rutina.
¡Me cago en dios! ¿Es esto normal? España es un país de mierda. Y punto.
Tititokokoki