miércoles, 15 de noviembre de 2017

TSUNAMI



En España la tragedia se masca, se ve en el horizonte. Pero nadie quiere verlo, y si lo ven, creen que no va en la dirección en la que están. Creen que el tsunami va hacia otros, nunca hacia ellos.

Y pinta mal, pues arrasará con todos, y el refrán que dice “pagan justos por pecadores”, alcanzará su máxima definición, su más diáfana expresión. Pero nadie cree que venga en la dirección en la que se encuentra. Nadie lo ve venir, o mejor dicho, nadie lo quiere ver venir.

Creen que tardará, que eso no es para esta. Pero vendrá. Para entonces nadie querrá saber nada, nadie entenderá nada, y todos huirán del tsunami como puedan. Unos echarán la culpa a otros, otros a unos y todos los demás no tendrán culpa de nada, si es que queda alguien para cuando el tsunami arrase con todos.
 
No será el primer tsunami político/financiero que arrase países enteros y destroce vidas. No, no será el primero, pero tampoco será el último.

En España no hemos aprendido nada sobre tsunamis. En España estamos ciegos de tsunamis, pero parece que la cosa no va con nosotros. Eso solo les pasa a otros, pensamos/piensan.

Y concretamente en este país, ese tsunami tiene nombre y apellidos. Y los tiene impresos en sus gigantescas olas. De lejos aún no lo aprecia la gente de este país, pero por los colores que contienen las enormes olas que arrasarán todo a su paso, se atisban tonos que invitan a pensar a quién y a quiénes pertenecen. Azules, rojos, naranjas. Y gaviotas volando por encima de las olas acompañando desde el aire la devastación anunciada y avisada de antemano.

Y cuando la gente vea de cerca ese tsunami, podrá contemplar en primera fila, en lugar privilegiado, a quién corresponden esos colores que llevan las olas en sus crestas devastadoras que romperán contra las estultas mentes de los semovientes y los ignorantes. Será tarde.

PP, PSOE Y CIUDADANOS, con sus siglas, a la cabeza de las inmensas olas que asolarán al país en un imponente tsunami político/financiero que ya se ve venir en el horizonte.

Mientras la gente mirando para otro lado. Piensan que eso no va con ellos. El dedo y la luna.


La cartera y la inmensidad de la ola.

Tititokokoki