En España la tragedia se masca,
se ve en el horizonte. Pero nadie quiere verlo, y si lo ven, creen que no va en
la dirección en la que están. Creen que el tsunami va hacia otros, nunca hacia
ellos.
Y pinta mal, pues arrasará con
todos, y el refrán que dice “pagan justos por pecadores”, alcanzará su máxima
definición, su más diáfana expresión. Pero nadie cree que venga en la dirección
en la que se encuentra. Nadie lo ve venir, o mejor dicho, nadie lo quiere ver
venir.
Creen que tardará, que eso no es
para esta. Pero vendrá. Para entonces nadie querrá saber nada, nadie entenderá
nada, y todos huirán del tsunami como puedan. Unos echarán la culpa a otros,
otros a unos y todos los demás no tendrán culpa de nada, si es que queda
alguien para cuando el tsunami arrase con todos.
No será el primer tsunami
político/financiero que arrase países enteros y destroce vidas. No, no será el
primero, pero tampoco será el último.
En España no hemos aprendido nada
sobre tsunamis. En España estamos ciegos de tsunamis, pero parece que la cosa
no va con nosotros. Eso solo les pasa a otros, pensamos/piensan.
Y concretamente en este país, ese
tsunami tiene nombre y apellidos. Y los tiene impresos en sus gigantescas olas.
De lejos aún no lo aprecia la gente de este país, pero por los colores que
contienen las enormes olas que arrasarán todo a su paso, se atisban tonos que
invitan a pensar a quién y a quiénes pertenecen. Azules, rojos, naranjas. Y
gaviotas volando por encima de las olas acompañando desde el aire la
devastación anunciada y avisada de antemano.
Y cuando la gente vea de cerca
ese tsunami, podrá contemplar en primera fila, en lugar privilegiado, a quién
corresponden esos colores que llevan las olas en sus crestas devastadoras que
romperán contra las estultas mentes de los semovientes y los ignorantes. Será
tarde.
PP, PSOE Y CIUDADANOS, con sus
siglas, a la cabeza de las inmensas olas que asolarán al país en un imponente
tsunami político/financiero que ya se ve venir en el horizonte.
Mientras la gente mirando para
otro lado. Piensan que eso no va con ellos. El dedo y la luna.
La cartera y la inmensidad de la
ola.
Tititokokoki