lunes, 27 de noviembre de 2017

PROGRESO, ¿QUÉ ES ESO?



En las sociedades teóricamente modernas y avanzadas, se conceptúa como progreso el aumento del consumo en un modelo meramente consumista. Y cabe preguntarse si verdaderamente se puede considerar progreso a eso. También entiende por progreso al incremento de vehículos, con su consecuente contaminación, o en general el aumento de posesiones materiales. 

¿Podemos llamarle progreso a eso o debemos cambiar el modelo por otro diametralmente diferente? Por ejemplo, deberíamos llamar progreso al avance en Democracia, haciendo de esta una herramienta útil para la defensa de los derechos, la justicia, la libertad, o las igualdades sociales. 

Avanzar en asuntos de carácter humano, como puede ser las relaciones entre las personas. Avanzar y progresar se podría considerar todo lo que tuviera relación con una sociedad crítico/constructiva que hiciera frente sin ambages a los demagogos, a los mentirosos o a los corruptos, poniendo a cada uno en su sitio a base de rechazo y de repulsa sin ningún tipo de consideración. Por ejemplo, en una sociedad en progreso, Rajoy ni existiría. NI Rajoy, ni el PP, y si lo llevamos a una realidad progresista de verdad, tampoco existiría Ciudadanos. Incluso puede ser que el PSOE no cabría en una sociedad más resolutiva en cuanto al tratamiento con la mentira y la demagogia. 

Corriendo lo días que corren, y después de haber tenido la experiencias tan negativas que hemos tenido, el concepto progreso habría que sustituirlo por lo que ahora mismo conocemos, por otro de valores humanos de mayor enjundia para la buena marcha de la clase humana, para la sociedad en general. Democracia en su máxima expresión y no lo que ahora tenemos.

Otro asunto es la información y el derecho inalienable que nos corresponde. No deberíamos renuncias a él como síntoma de progreso verdadero y auténtico. El Poder Judicial no debería estar tan manoseado por la clase legislativo/política y las relaciones laborales entre empresarios y trabajadores tampoco debería estar tan deteriorada en contra del trabajador, tal como está en estos instantes.

Concluyendo, creo que deberíamos empezar a cambiar nuestros infravalores de sociedad consumista y acceder con fruición y total decisión a otros valores humanos de verdadero calado como símbolo y síntoma de un progreso verdadero y útil para las aspiraciones más elementales de las personas. Seguro que nos iría mejor. Sin duda. 

El concepto “progreso” desde el prisma que proponen e impone el neoliberalismo y el capitalismo juntos, no son dignos ni nos los merecemos. Esos son conceptos erróneos que nada bueno traerán, salvo para los que lo proponen desde ambos frentes malignos.

Tititokokoki