Ni siquiera son como creíamos que iban ser. Tampoco son lo que nos dijeron que
serían.
Nos han engañado. Tan sencillo como eso, tan trágico como
eso.
Desde que hemos sabido que los bancos ya no se atracan desde
fuera, nos hemos quedado algo perplejos, atónitos y un poquitín trastornados.
Salir de esta confusión, a causa del golpe que nos hemos llevado, parece que
será a base de tiempo y de paciencia. Asumir que ahora los bancos se atracan
desde dentro, no es fácil de digerir. Pues se atracan desde dentro, desde los
despachos. Peor no solo eso. Antes las personas sufrían atracos en sus casas,
en la calle. Ahora los atracan también desde los despachos. Bancos, eléctricas,
carburantes, telefonía, agua,……
Ocurre lo mismo con los Estados, las naciones. Esperábamos
que se conquistaran con Democracia, pero nos hemos llevado una enorme sorpresa
cuando hemos descubierto que los Estados y las Naciones, se conquistan a golpe
de mentira, de promesa premeditada para incumplirla, y a base de arengas
enaltecedoras, cargadas de oradores que encandilan con técnicas de manipulación
de masas bien estudiadas y perfectamente calculadas.
¿Y qué me decís de la defensa de los derechos, la libertad,
la justicia o la ansiada Democracia? Ahora eso cambió, y lo que antes de
conseguía a base de reivindicaciones sociales, ahora se eliminan a golpe de
decreto y a capricho del dictador de turno que se parapeta detrás de una falsa,
burda e inexistente Democracia.
Las cosas han cambiado, y mucho. Fijaros, por ejemplo, en la
alimentación. Antes consumíamos alimentos, y ahora comemos cosas que nos
consumen. Y lo peor de todo, es que creamos un sistema de consumismo para que
sea el propio sistema el que nos acabe por consumir. ¿Curioso, verdad? Pues es
lo que hay.
De lo que pudo haber sido, y lo que es.
¡Manda cojones! ¡Manda carallo!
Tititokokoki