lunes, 10 de julio de 2017

EL PODER

¿Qué es el poder? Consultando el significado que nos trae la RAE, el poder es “tener la capacidad o facultad de hacer determinada cosa”.  Otra definición: “Estar en condiciones de hacer determinada cosa porque no hay nadie ni nada que lo impida”.

Pues bien, ahí tenemos a Rajoy con demasiado poder, por ejemplo. O a Trump.

En una sociedad democrática, el poder lo ostentan diversas organizaciones, cuando la realidad dice que el verdadero poder está en el pueblo, en sus gentes. Pero para que ese poder se ejecute, tienen que converger determinados parámetros y coincidir concretas situaciones.

La primera y principal, es la conciencia social. Ahí radica todo. Si una sociedad se plantea la unidad frente a la división, es muy probable que ese poder llegue a consolidarse y a ejercer, aún cuando la suma de semovientes tenga peso e influencia. Eso se puede superar e incluso se puede conseguir más adeptos, logrando así disminuir la capacidad de influencia negativa que pudiera ejercer el movimiento semoviente. ¿Movimiento? Quizá quise decir involución o desgracia para un país.

Ni poder político, ni legislativo, ni judicial ni empresarial. Ni poder periodístico ni poder eclesiástico. Nadie ni nada podría para al poder social.

Pero eso no sucede. La sociedad permanece dividida, incluso enfrentada, y por supuesto, dispersa y confusa. Y así, es imposible poner en práctica el verdadero poder existente, pero latente, esperando un funcionamiento que no acaba de llegar. Si ese poder subyacente, oculto, parado y escondido, surgiera, no habría poder que fuera capaz de manifestarse en su pleno despotismo tan como sucede a día de hoy, incluso en sociedades democráticas en las que el poder social debería ser el referente a la hora de ejercer el verdadero poder, y ejecutarlo.


Si la sociedad supiera el peso del poder que tiene, no habría Democracia que se resistiera a manifestarse en su más pura y verdadera esencia. El poder en manos de los déspotas destruye toda posibilidad de Democracia existente, por lo que se puede aseverar que a día de hoy en occidente, en el mundo mal llamado moderno, la Democracia no existe en su auténtica y verdadera esencia. Un ejemplo es Rajoy, otro Trump. Pero hay muchos más, lo que tiene un significado claro: el verdadero poder, el social, está destruido y lleva camino a mayor desastre, llegando incluso a la autodestrucción de nuestro poder, por lo tanto a la tragedia, para solaz y sosiego de los sátrapas que copan el maldito poder con el que no saben hacer de él nada bueno para el resto de la sociedad.



Tititokokoki