lunes, 31 de julio de 2017

GATO ESCALDADO Y AGUA FRÍA, PERRO FLACO Y LAS PULGAS.

España está en situación de gato escaldado y de perro flaco. Mucha gente de este país ya no confía en nada ni en nadie, y los pocos que aún confían en que exista alguien decente que pueda llegar a gobernar a este país desde la seriedad y la responsabilidad, no albergan muchas esperanzas de cambio, por lo que las pulgas, al igual que a perro flaco, les tienen en un sinvivir.

Pero no todo en España es perro flaco o gato escaldado. También están los que atan a los perros con longanizas o los que a los gatos les dan caviar. Esos no tienen duda alguna sobre su futuro. Después están los demás, en este caso los semovientes que se saben con faena para muchos, muchos años. A esos, ni agua fría, ni pulgas, nada les afecta, o al menos eso parece, ya que se conforman con lo que hay, aún a pesar de saber, sin reconocerlo abiertamente, que cualquier día los mismos que le dan, se lo pueden quitar, tal como corresponde al señorío del feudo, al marquesado o al ducado, entre otras realezas o noblezas arcaicas y anacrónicas.





Los perros flacos que se ven agobiados por la esclavitud reinante, seguirán aguantando pulgas, y los gatos escarmentados continuarán temiendo al agua. Porque, 
¿quién confía en aquellos que han prometido y no han cumplido? 
¿Quién es capaz de albergar alguna esperanza estando en manos de quienes fueron capaces de legislar en contra del pueblo, en contra de la Democracia prometida, en contra de los derechos de las personas y contra también del sentido común? 
¿Quién confiará en alguien que mintió para acceder al poder, que volvió a mentir mientras gobernó, que se hicieron acompañar por otros mentirosos para seguir gobernando, que mintieron en sede judicial, que lo hicieron también en sede parlamentaria y que usaron los medios de comunicación para hacer llegar sus mentiras como auténticas e insustituibles verdades?


Por último, ¿quién es capaz de confiar en quien robó, en quien consintió el robo, y en quien tiene todos los visados para seguir robando?

Que cada español decida qué es, si gato escaldado, o perro flaco. 

Y que cada español decida qué hará, ya que a estas alturas, ya no es culpa de quién nos gobierne, sino que la responsabilidad recae en quienes consienten que estos gobiernen.




Tititokokoki




jueves, 27 de julio de 2017

El testigo Rajoy

Si damos por buenas las declaraciones de Mariano Rajoy ante el tribunal que juzga el caso Gürtel habremos de convenir que la dirección  del PP es bicéfala: una cabeza se ocupa de la política y otra de la economía interna. Dos cabezas que miran cada una a un lado, como el águila del escudo imperial de Carlos I de España y V de Alemania. Bicefalia rapaz que representaba la unión entre el Sacro Imperio Romano Germánico y la Monarquía española.

La bicefalia de la dirección del PP no sé qué representa, más allá de una anomalía inconcebible en cualquier otro partido político, empresa privada o pública, administraciones públicas o clubs de fútbol. Que las decisiones últimas de carácter económico recaigan exclusivamente en las manos del tesorero del partido, sin que la dirección política tenga la menor idea de lo que se hace con sus dineros y los dineros de los contribuyentes detraídos por el Estado para financiar a los partidos políticos, es cuando menos inquietante y francamente difícil de creer. ¿Es posible que ni tan siquiera en una conversación informal, a la hora del aperitivo, políticos y contables no hayan conversado acerca de alguna anécdota relacionada con los proveedores, los organizadores de eventos o el estado de las cuentas del partido? ¿En treinta años no hubo ocasión para alimentar el ego del tesorero de turno o del responsable de campaña en recompensa por su buen hacer? ¿Nunca le picó la curiosidad a Rajoy por saber el nombre de la empresa que organizó el famoso Congreso de Valencia, o la identidad del  estupendo sastre de Camps? ¿Tan modestos son los unos y confiados los otros? ¡Con lo que nos gusta cotillear!

Si damos por buenas las declaraciones de Rajoy, habrá que estremecerse. En cualquier organización, actividad y dinero son casi una misma cosa. No se puede concebir que los responsables de la actividad no conozcan cómo se administran los dineros. Inconcebible.


Croniamental

martes, 25 de julio de 2017

LAS COSAS YA NO SON LO QUE ERAN

Ni siquiera son como creíamos que iban  ser. Tampoco son lo que nos dijeron que serían.

Nos han engañado. Tan sencillo como eso, tan trágico como eso. 



Desde que hemos sabido que los bancos ya no se atracan desde fuera, nos hemos quedado algo perplejos, atónitos y un poquitín trastornados. Salir de esta confusión, a causa del golpe que nos hemos llevado, parece que será a base de tiempo y de paciencia. Asumir que ahora los bancos se atracan desde dentro, no es fácil de digerir. Pues se atracan desde dentro, desde los despachos. Peor no solo eso. Antes las personas sufrían atracos en sus casas, en la calle. Ahora los atracan también desde los despachos. Bancos, eléctricas, carburantes, telefonía, agua,……

Ocurre lo mismo con los Estados, las naciones. Esperábamos que se conquistaran con Democracia, pero nos hemos llevado una enorme sorpresa cuando hemos descubierto que los Estados y las Naciones, se conquistan a golpe de mentira, de promesa premeditada para incumplirla, y a base de arengas enaltecedoras, cargadas de oradores que encandilan con técnicas de manipulación de masas bien estudiadas y perfectamente calculadas.




¿Y qué me decís de la defensa de los derechos, la libertad, la justicia o la ansiada Democracia? Ahora eso cambió, y lo que antes de conseguía a base de reivindicaciones sociales, ahora se eliminan a golpe de decreto y a capricho del dictador de turno que se parapeta detrás de una falsa, burda  e inexistente Democracia.

Las cosas han cambiado, y mucho. Fijaros, por ejemplo, en la alimentación. Antes consumíamos alimentos, y ahora comemos cosas que nos consumen. Y lo peor de todo, es que creamos un sistema de consumismo para que sea el propio sistema el que nos acabe por consumir. ¿Curioso, verdad? Pues es lo que hay. 


De lo que pudo haber sido, y lo que es.

¡Manda cojones! ¡Manda carallo!

Tititokokoki

sábado, 22 de julio de 2017

LA CALIDAD DEMOCRÁTICA





El término calidad se refiere a la herramienta que se usa para determinar si algo o alguien están dentro de los parámetros de exigencia, eficiencia, productividad, valía o eficacia, fiabilidad………..


Para ser más exactos, nos vamos a la RAE, aunque teniendo en cuenta algunas consideraciones, quizá no sea lo más acertado. Pero es lo que hay, y para definir qué significa calidad, nos vale. Dice la RAE: Conjunto de propiedades inherentes a una cosa que permite caracterizarla y valorarla con respecto a las restantes de su especie.

Otra: Superioridad o excelencia de algo o de alguien.

Pues bien. A la hora de valorar, por ejemplo, la calidad de vida democrática de los españoles, ¿cómo podríamos clasificarla dentro de unos parámetros de calidad? Otra cosa, la Democracia, ¿Qué grado de calidad tiene la Democracia en España?

Es evidente que para poder medir algo tenemos que compararlo con otra situación o circunstancia similar. Y para medir la Democracia, en cuanto a su calidad, ¿con quién podríamos compararlo? Según un estudio reciente Uruguay es el país con Democracia plena en Latinoamérica, mientras que entre los diez países más democráticos del mundo, figuran Noruega o Islandia como los mejores, en un ránking de diez países, entre los que no se encuentra España.




Noruega, Islandia, Suecia, Nueva Zelanda, Dinamarca, Canadá, Irlanda, Suiza, Finlandia, Australia, son los países con una calidad de Democracia alto, en un listón entre cero y diez. ¿Y dónde estará España, en cuanto a calidad democrática, aún cuando figura entre los países que presumen de estar bajo un régimen democrático?

En mi opinión, creo que deberíamos fijar el horizonte de nuestras aspiraciones democráticas, en aquellos países que figuran en lo más alto en cuanto a calidad democrática, y no deberíamos conformarnos con que nos digan que vivimos en Democracia, ya que la calidad de esta es baja, o muy baja. Por no decir mala, o nula.

Las cosas como son. O exigimos más y mejor Democracia, a seguiremos viviendo en esta exigua y efímera pseudo-Democracia. Allá nosotros.

Y menos aún con este.


Tititokokoki

martes, 18 de julio de 2017

LAS COSAS COMO ESTÁN Y LAS COSAS COMO SON



Las cosas como están.




Entre las técnicas de manipulación, los medios de comunicación, las nuevas tecnologías y las ganas por joder que tienen las élites gobernantes, tanto desde la sombra, los Gobiernos, los poderes fácticos y los tácitos, lo cierto es que esto de la globalización está haciendo estragos entre la población. Cuando lo lógico sería que la gente se procurara más y mejor información, llegando incluso a reclamar el derecho a ella, lo que ocurre es más bien al contrario, y la mayor parte de la sociedad solo espera a ver el titular del día, el telediario de las tres, o lo que les digan desde las redes sociales, los debates de apariencia beligerante, o las tertulias en las que no se entiende nada porque hablan todos a la vez. Incluso aquellas otras reuniones televisadas en las que el actor de turno, encarnado este en un alborotador hecho al uso, hace su papel a la perfección y suelta improperios, mentiras, calumnias o falsas verdades. Diría más, esos medios que practican esa zafiedad, son los que gozan de mayor audiencia y crean en la gente ansias o síndromes de abstinencia mientras esperan una nueva edición. Es patético.  Con las cosas como están, ¿qué esperanzas hay de progreso, de Democracia o de defensa de los derechos?



Las cosas como son.

Pues lo cierto es que no se esperan grandes avances. La regresión que sufrimos a causa de la manipulación tan descarada, junto a la permisividad y el conformismo del que hacemos gala, no nos traerán un futuro benigno y de provecho. Más bien será al contrario, pues la mediocridad irá en aumento, con lo que el deterioro será cada día más palpable, aún cuando la gente, en una gran mayoría, no lo note a causa de su inmovilismo y de su  capacidad para tragar con lo que les cuentan.
Harán falta altas de dosis de rigurosidad, hará falta mucho tiempo y recursos para recuperar el espíritu reivindicador, y también será necesario acompañar a todo esto de una gran cantidad de paciencia para conseguir despertar en la gente el sentido común y la lógica. Hacer que la gente sea más exigente con sus gobernantes, despertar el espíritu crítico constructivo, y conseguir que la gente reclame sabiendo reclamar en base a sus derechos, no va a ser tarea fácil ni se va a conseguir de la noche  la mañana. Sobre todo pensando en el futuro que se anuncia a bombo y platillo, basado este es más y mayor tecnologías al servicio del stablishment  neoliberal imperante. Hablo de la robotización como sustituto del ser humano, consiguiendo alcanzar una mayor criminalización hacia el ser humano, y levándolo a su total y absoluta inutilidad, acabando definitivamente con las personas, al postergarlas y apartarlas de la vida útil o de hacerles sentir inútiles.
O sea, elegimos entre seguir con esta posverdad, que es como las cosas están, o nos hacemos más pragmáticos y nos enfrentamos a la especulación y la manipulación. Una sociedad se hace muy vulnerable si se deja manipular.

Las cosas como son.



Tititokokoki


domingo, 16 de julio de 2017

Las privatizaciones. 2ª Parte, y final.




En mi opinión, en estos instantes solo cabría una posibilidad, convirtiendo a esta en una manifestación de Democracia plena y absoluta. Esta sería una consulta al pueblo para conocer de primera mano la opinión popular respecto de la posibilidad de una nacionalización de las actuales privatizaciones. De esa consulta debería salir un mínimo de 3/5 partes a favor, y si así se produjera, ejecutar la nacionalización de todas aquellas actividades empresariales que se privatizaron con anterioridad al Real Decreto de consulta ciudadana. Y una vez realizada la reversión de las privatizaciones hacia la completa nacionalización, crear un Estado de Bienestar con garantías para la ciudadanía, acompañando a este plan con una reeducación en el uso de aquellos servicios derivados de esa nacionalización para conseguir una eficacia y una eficiencia en todos los apartados que demostraran que las privatizaciones fueron un clamoroso error y que la nacionalización sirvió para recuperar ese Estado de Bienestar usurpado vilmente, y a traición, a los ciudadanos de este país. En definitiva, que fue injusto a todas luces y que nunca de debió hacer en esas circunstancias ni de esa manera.



Y a partir de aquí, realizar los protocolos precisos que garanticen que, en el caso de volver a privatizar determinadas actividades del Estado de Bienestar, esta se haga con las suficientes garantías que demuestren que esas privatizaciones no alteren ni vayan en menoscabo de lo que suponían en el Estado de Bienestar. Y aunque se produzca riqueza privada, esta no rebaje ni un ápice la eficacia y la eficiencia de estos sectores de actividad mientras permanecieron en la tutela del Estado. Y al mismo tiempo que se privatizan empresas públicas pasando estas a manos privadas, se debería acompañar de la creación de una empresa pública en cada una de las diferentes privatizaciones con el fin de garantizar el buen funcionamiento y además regular el mercado para evitar la especulación. Banca pública, energética, Sanidad, Educación. Dependencia, etc. Con esta medida, entre otras, se garantizaría que aquellas empresas privatizadas, actuarían de manera ética y en consonancia con las exigencias de calidad,  eficiencia, servicio y eficacia, no distorsionando en referencia a lo que supusieron esas empresas mientras permanecieron en un Estado de Bienestar público.


Y, por supuesto, eliminar por Decreto el sucio y asqueroso asunto de las puertas giratorias.




Tititokokoki

viernes, 14 de julio de 2017

Las privatizaciones. 1ª Parte


¿Y si lo privatizan todo?

Después de haber visto todo lo que sucedió con todas las privatizaciones en este país, lo cierto es que da repelús pensar en más privatizaciones sin antes elaborar protocolos, controles, procedimientos, responsabilidades y la eficiencia de esas privatizaciones. Es bastante temerario afrontar nuevas privatizaciones con los mismos mimbres con que se hicieron todas las demás hasta este instante.


La banca, las eléctricas, las comunicaciones, los carburantes, fueron privatizaciones que nos dieron más de un quebradero de cabeza, además de haber supuesto un desfalco para las arcas españolas. Sí, esas arcas que llenamos todos los españoles con nuestros impuestos o que, en el caso de no tener fondos, también pagamos nosotros a corto, medio y largo plazo mediante continuas derramas para afrontar rescates o estropicios devenidos de aquellas privatizaciones y de la mala praxis de aquellos en los que cayeron esas bicocas.





Por otro lado, también da repelús pensar en las privatizaciones de la Sanidad, el agua, el medio ambiente o la dependencia y la seguridad, por citar algunos sectores vitales que si caen en manos de desaprensivos, es posible que no lo pasemos bien, precisamente . Son privatizaciones que demuestran el salvajismo y la crueldad de la mala gente gobernante y la ruindad y vileza de quienes presionan para que esas privatizaciones se lleven a cabo.

Así que, debido a la situación actual respecto de las amargas experiencias rebotadas de los fracasos que se obtuvieron en las privatizaciones  que hasta ahora se produjeron, no se debería pensar en realizar ninguna privatización más, salvo que cambien algunos parámetros y que a la vez se modifique la idiosincrasia de este país, caracterizada esta por la pillería y la piratería empresarial y por la torpeza y mala praxis de la clase política gobernante.



O sea,………… 



Tititokokoki

lunes, 10 de julio de 2017

EL PODER

¿Qué es el poder? Consultando el significado que nos trae la RAE, el poder es “tener la capacidad o facultad de hacer determinada cosa”.  Otra definición: “Estar en condiciones de hacer determinada cosa porque no hay nadie ni nada que lo impida”.

Pues bien, ahí tenemos a Rajoy con demasiado poder, por ejemplo. O a Trump.

En una sociedad democrática, el poder lo ostentan diversas organizaciones, cuando la realidad dice que el verdadero poder está en el pueblo, en sus gentes. Pero para que ese poder se ejecute, tienen que converger determinados parámetros y coincidir concretas situaciones.

La primera y principal, es la conciencia social. Ahí radica todo. Si una sociedad se plantea la unidad frente a la división, es muy probable que ese poder llegue a consolidarse y a ejercer, aún cuando la suma de semovientes tenga peso e influencia. Eso se puede superar e incluso se puede conseguir más adeptos, logrando así disminuir la capacidad de influencia negativa que pudiera ejercer el movimiento semoviente. ¿Movimiento? Quizá quise decir involución o desgracia para un país.

Ni poder político, ni legislativo, ni judicial ni empresarial. Ni poder periodístico ni poder eclesiástico. Nadie ni nada podría para al poder social.

Pero eso no sucede. La sociedad permanece dividida, incluso enfrentada, y por supuesto, dispersa y confusa. Y así, es imposible poner en práctica el verdadero poder existente, pero latente, esperando un funcionamiento que no acaba de llegar. Si ese poder subyacente, oculto, parado y escondido, surgiera, no habría poder que fuera capaz de manifestarse en su pleno despotismo tan como sucede a día de hoy, incluso en sociedades democráticas en las que el poder social debería ser el referente a la hora de ejercer el verdadero poder, y ejecutarlo.


Si la sociedad supiera el peso del poder que tiene, no habría Democracia que se resistiera a manifestarse en su más pura y verdadera esencia. El poder en manos de los déspotas destruye toda posibilidad de Democracia existente, por lo que se puede aseverar que a día de hoy en occidente, en el mundo mal llamado moderno, la Democracia no existe en su auténtica y verdadera esencia. Un ejemplo es Rajoy, otro Trump. Pero hay muchos más, lo que tiene un significado claro: el verdadero poder, el social, está destruido y lleva camino a mayor desastre, llegando incluso a la autodestrucción de nuestro poder, por lo tanto a la tragedia, para solaz y sosiego de los sátrapas que copan el maldito poder con el que no saben hacer de él nada bueno para el resto de la sociedad.



Tititokokoki

viernes, 7 de julio de 2017

DEL DICHO AL HECHO Y VICEVERSA


¿Qué es amor? Si no lo tienes claro, puedes responder: un anagrama de mora, ramo o Roma. Has cumplido sin mentir; que en los tiempos que corren es cosa meritoria.

“La copla  que está en mi boca apunto de ser del viento, que lejos de aquella otra que estaba en mi pensamiento” ¿Cómo explicarlo? Aquí no hay anagrama que te salve los muebles de ese tu cerebro que está en plena mudanza.

Hoy en día, a los pocos que saben de estas cosas les preguntas por la sofística y  te hablarán de Protágoras, el primer abogado caro de la Historia. Olvidados quedan los sofistas que entendieron que la sofística bien pudiera ser  la profesión de enseñar sabiduría. La cosa práctica, que acaba devorando la ideología como Saturno a sus hijos (pero en sentido genealógico inverso)… es lo que tiene.

Lo que queda del liberalismo, el socialismo, el comunismo, el anarquismo, no es la epistemología sino la dura y cruda praxis de cada cual; sin duda, se han cargado la epistemología. Los modos epistemológicos de pensamiento han sucumbido, todos ellos, a la vil experiencia humana. El ser humano es la gran trituradora capaz de hacer picadillo cualquier buena idea al ponerla en práctica. Si a ello sumamos el subjetivismo autista del común y la imposible objetividad (entelequia que sólo ha servido para “legitimar” las más crueles tiranías), llegamos a la conclusión de que sólo a partir de prácticas saludables se puede construir el pensamiento epistemológico adecuado que nos sirva para construir una “idea” del mundo eficaz para el común de la gente.

Es decir, lo que hoy toca no es tanto discutir sobre ideologías sino ser muy celosos vigilantes de las prácticas saludables.
 



Croniamental

miércoles, 5 de julio de 2017

¿Queda algo positivo enfrente de tanta negatividad?

¿Queda algo positivo enfrente de tanta  negatividad?

¿Es posible dejar de ser pesimista observando tanta barbaridad?

Alimentación, ambiente, política, régimen, sistema, globalización, estupidez, mediocridad, estulticia, idiotez, son signos claros de que hemos perdido muchas batallas y  de que tenemos por delante muchas otras más. Más batallas que casi seguro volveremos a perder.

A día de hoy, con la que está cayendo, debería ser la era en la que recuperaríamos valores de antaño. Valores como la reivindicación, la protesta, el enfrentamiento, la reparación, la dignidad, los derechos,…………..¡LA LIBERTAD! ¿Y la Justicia?

Dejar que esto que está sucediendo siga avanzando, no creo que sea sano ni que nos traiga buenos resultados, tanto a nivel físico como mental. Más bien será al contrario, y lo que nos quede por delante, no sea otra cosa que aumentar las tragaderas y asumir la esclavitud como único modo de vida.

El mero hecho de tanta quietud, tanta parsimonia,  tanta permisividad, le da alas a los que pretenden imponer sus zafias voluntades que atentarán de nuevo a los más fundamentales derechos y, por supuesto, agredirán de nuevo a la ansiada Democracia y a la libertad.  Y ya no digo nada sobre el sentido de la justicia o el otro sentido, el común, el humano.

La tragedia pende sobre las cabezas de los seres humanos que poblamos este planeta. La globalización ha sido llevada hasta la más absurda y burda malignidad. Malignidad que tan solo afecta a los seres humanos de a pie, pero que protege y beneficia a los que sientan sus posaderas en sillones desde los que se toman decisiones que vapulearán, por enésima, los intereses generales.

Y cuando todo podría favorecer la iniciativa de la recuperación de valores proletarios, humanos, e incluso lógicos y de derecho, parece que no va a ser así. Más bien apunta a todo lo contrario, y esto será la acumulación de crispación, de indignación y de rabia, lo que acabará por desencadenar en resultados trágicos, ya que la reacción será desproporcionada y a destiempo, desembocando en una cascada de acontecimientos que no solo no gustarán a los que imponen este régimen atroz, sino que tampoco serán del gusto de los que, por razones obvias, acabarán por parar todo esto de manera violenta y lógicamente agresiva.


Seguir acumulando ofensas, insultos, masacres, corrupción, impunidad o despropósitos, ¿qué pueden traer sino tragedias? ¿Es hora de parar para cambiar el rumbo? ¿O esperamos?

Tititokokoki

domingo, 2 de julio de 2017

YO NO LO SABÍA

Nunca es tarde y siempre debes de estar dispuesto a aprender. Como dice el refrán, “la experiencia es asignatura que, por desgracia, todos aprendemos tarde”. Y cada día  que pasa, te confirma que tienes huecos en tu sabiduría, que padeces de carencias en tus conocimientos.

Yo no lo sabía que el ser humano pudiera llegar a ser tan inhumano, tan cruel y despiadado. Yo no sabía que el ser humano pudiera ser tan cabrón, tan soez y tan macabro. Cuanto mayor sea el rango, peor, cuanto más tenga, peor, cuanto más aspire a ser, peor aún.

Cuando se está en las élites, es preciso ser malvado. Tu posición lo requiere, y a poco que te despistes, siempre habrá alguien que te pise, que te pase por encima, que puedas llegar a perderlo todo. Pero podría ser natural, podría ser una cosa consecuencia de la otra, podría ser inherente, pero cuando se trata de cuestiones espurias, el ser humano también deja ver su capacidad de hacer el mal, de infligir daño, de maltratar o de lastimar. Y es ahí donde se encuentra que el ser humano es capaz de superarse a sí mismo en la malignidad. Por un quítame allá unas pajas, hay personas capaces de matar, de hacer el mayor daño posible con tal de mantener su ego o de llevar la razón, aún cuando en ocasiones ni siquiera la tenga.

Yo no lo sabía, pero el ser humano es capaz de llevar las situaciones más allá de su propia destrucción. Habiendo alcanzado una globalización inhumana, la condición de inhumanidad del ser humano también va parejo en su brutalidad a la descomunal y desproporcionada violencia de esta globalización criminal.

Y lo peor de todo es que esa agresividad que yo no sabía, se acompaña de un nivel de estupidez y de mediocridad que asustan, que dan miedo. Hacer de semoviente en esta globalización tan atroz es fácil y además parece que contagia e incita. Ser semoviente motiva, y aunque traiga más malos tragos que satisfacciones, parece como si se tratara de un síndrome de abstinencia que hace que al día siguiente de haber sido vilipendiado, al minuto siguiente de haber sido agredido, vuelvan con su papel de semovientes falsamente aburguesados, para poder seguir llenado sus egos creyéndose los reyes del mambo delante una cerveza, en una terraza, con día soleado, gafas de sol y piernas cruzadas en síntoma de grandeza externa, pero ocultando las miserias que llevan dentro.


Yo no lo sabía, pero el ser humano, aparte de cruel e inhumano, aparte de bruto y vil, es estúpido e idiota, sobre todo en su versión semoviente.

Tititokokoki