Y son legión, son batallón,
además de mafia y organización creada para delinquir.
¿Qué saben ellos de sentimientos?
M. Rajoy sabe que los sentimientos son los que quieren los sentimientos que
sean los sentimientos los que digan qué sentimientos son. Y punto, como M. Rajoy.
No hay capacidad, o sea, es
incapaz. No puede por inutilidad. Impotencia se llama, y M. Rajoy está a
rebosar. Its very dificult todo esto, que diría M. Rajoy.
Y son intocables todos aquellos
que supieron trepar por la red clientelar en forma de pirámide. Ahora se ven
intocables, cada día que pasa adquieren más y más poder, y ya se saben
intocables. Alguno cayó por el camino. Bien pasó por los juzgados, o se fue al
otro barrio, o a otros barrios, pero eran necesarios para el régimen de los
intocables. Los necesitaban para justificar, para parecer que él, M. Rajoy,
lucha contra la corrupción. Son piezas que sin ellas el puzzle no sale, no
cuadra, no se completa.
Y todos aquellos que supieron
colocarse en la fila, y colocarse también fuera de la fila, se ven fuertes. Son
fuertes. Otros, muchos, se están arrepintiendo de no haberse subido al carro
del subidón. Ahora se lamentan, pues sus fuerzas empiezan a flaquear ante la
duración casi interminable que aparenta este régimen, ese sistema. Si ahora
quieren subirse, les va a costar más del diezmo, les va a sangrar el bolsillo y
las manos, para demostrar que si se suben es por convencimiento y para
comprobar que están preparados para emprender y para pertenecer al Clan, a la
Casta. Serán los de cuarta, o quinta, columna, fila, renglón. La pirámide está
copada y ahora el que quiera entrar, va a tener que hacerlo con un ojo en la
mano y un cojón en la otra. Para que los de la pirámide se lo crean y para
buscarles el hueco que rellenar con el fin de completar el circulo. Y quizá
algún día les pueda caer el décimo, el reintegro o el gordo, dependiendo de lo
que hagas por el régimen, el sistema. O los ciegos del 155.
Saldrán intocables, serán
intocables. Los intocables de M. Rajoy.
¡Malditos sean!
Tititokokoki