Incluso diría algo más
que lo del titular: Las dudas del nuevo Gobierno.
Si hay algo de bueno en
este nuevo nombramiento, es que, por fín, se dejará de hablar del
pisito de Espinar. Eso es una ventaja. Pero por el resto, todo son
desventajas y muchas dudas.
En primer lugar, el
ninguneo hacia la sociedad al presentar el nuevo Gobierno sin
comparecencia de Rajoy. Eso es de un desprecio monumental y se deberá
tener en cuenta a futuro. Si la pasada campaña se caracterizó por
las no comparecencias de Rajoy y por el abuso del plasma, en esta
creo que se va a ver en demasía la ausencia de Rajoy y el pasotismo
hacia la sociedad en general.
¿Tomarán nota sus votantes y le
pasarán la lógica factura? Seguramente no, porque los votantes del
PP, además de ser fieles recalcitrantes y tercos como mulas,
aplaudirán todo lo que haga o no haga Rajoy. Punto.
Por otro lado, la no
comparecencia de Rajoy ante los medios y ante la sociedad, en el
momento de comunicar la composición del Gobierno, tiene otra
lectura. La soberbia y la prepotencia.
Y si le añadimos que con ese
acto indecente infunde seguridad en lo que hace y trata de mostrar
firmeza, entonces tenemos ante nosotros a un nuevo Dictador.
Un
Dictador que se rige por las costumbres de los buenos Dictadores.
“Yo
mando, yo dirijo, yo hago y deshago a mi antojo. Y encima, paso de
vosotros y me importa una mierda lo que penséis”.
La cosa parece
que va por ahí. Además de esto, hay más lecturas. Si Rajoy compone
un Gobierno que apunta a continuidad, ¿qué le dirán desde el PSOE
y desde Ciudadanos? ¿O es que ya estaba todo preparado y lo asumen
como normal?
Si la apariencia del nuevo Gobierno es continuidad a las
políticas del PP, ¿qué harán ahora los partidos que apoyan y
secundan a este Gobierno? Es decir, ¿qué pensarán o qué tendrán
decidido PSOE y Ciudadanos? ¿Le darán visado a la continuidad o por
el contrario provocará la ruptura de los apoyos y de las alianzas? Y
si es así, ¿qué sucederá? Sencillo:
nuevas elecciones, que es
justo lo que Rajoy pretende. Así tendrá argumentos más que de
sobra para echarle la culpa a todos los demás, en especial al PSOE,
al cual lo hundirá en la miseria si se produce tal evento, y a
Ciudadanos, al cual le provocará casi su total desaparición. Si a
eso le añadimos la campaña que tienen preparada contra Unidos
Podemos desde el Gobierno y desde sus altas instancias, entonces el
plan que tiene preparado el PP podemos calificarlo de redondo y los
resutlados a modo de beneficio electoral, también.
Porque, si Rajoy envía
el mensaje de continuidad, al nombrar a semejante Gobierno,
¿significa eso que llevará a cabo su política anterior? Y si es
así, ¿estarán de acuerdo PSOE y Ciudadanos? La cosa apunta a
nuevas elecciones allá para antes del verano del 2017. Incluso diría
que podemos ponerle ya la sigla correspondiente a falta de conocer la
fecha. ¿Irá la fecha acompañada de M de Mayo o de J de Junio o
Julio?
El mensaje de Rajoy con
este nombramiento de Gobierno está claro: o hago mis políticas, o
nuevas elecciones. Y si se producen, la culpa es de todos los demás.
¿Y si para conseguir eso consigue alianzas de mayor raigambre con
Ciudadanos y se unen en una cruzada común contra todos los demás,
incluido el PSOE?
Ahí pueden llegar muy malas noticias para los
socialistas. ¡Que se jodan! Peor si no es así, y todos, los tres,
van de la mano con las nuevas políticas de Rajoy, consintiendo todo
lo que decida este nuevo Gobierno, entonces ya no tendremos que decir
que PP, PSOE y Ciudadanos la misma mierda son. Ya tendremos que subir
unos cuantos peldaños a la hora de clasificar semejante afrenta a la
ciudadanía y semejante atentado a la inteligencia de las personas.
Habrá debate, claro que
habrá debate. Pero esta vez será más sucio y turbulento.
¡Menuda mierda de país!
¡Malditos sean!
Tititokokoki