Si de algo sirviera un
juramento sobre una decisión personal, y dejando al margen cualquier
connotación religiosa del acto, yo juraría ante Notario, ante
testigos y ante cualquier documento firmado por mi y avalado por
millones de personas, que estaría dispuesto a olvidarme de la
política, de los políticos y de los problemas que tenemos a día de
hoy en la sociedad, en especial y en particular, en mi país, España,
si a cambio, los políticos se rigen por ética y por
profesionalidad.
La principal misión que
tienen los políticos y el primer objetivo que persiguen los medios
con los que se manejan, es hacer que la gente les deje en paz, que
nos olvidemos de ellos y que dejemos que hagan.
Para conseguir
alcanzar tal meta, disponen y usan a los medios de comunicación, a
la clase empresarial, a los poderes fácticos en general que les
facilitan la labor, y a la propia gestión personal de los políticos.
Y a fe que lo consiguen.
Lo que sucede es que la pretensión que
tienen no es otra que la de que les dejemos hacer lo que les salga de
los cojones, y eso no es buena noticia para los ciudadanos, ni es lo
que la ciudadanía desea.
Maltratan, esquilman,
roban, insultan a la inteligencia, manosean la moral de los
ciudadanos, agreden sus derechos, retiran la libertad que les
corresponde, violan los derechos humanos y se saltan a la torera
leyes, Constituciones, normas y ningunean a la población.
Y así, es
imposible olvidarse de ellos, a no ser que, por hastío, por
aburrimiento, por cansancio o por desmoralización, lo consigan, pero
esa no es la opción más válida aunque sea lo que define a día de
hoy la dejación por parte de la sociedad, en una gran mayoría, de
la cosa política. La gente, por lo general, abandona toda lucha,
deja de hacer oposición a los políticos y elude participar del
asunto político por una o por varias de las razones mencionadas.
Y
eso es lo que los políticos y todo el stablihsment imperante
persiguen para poder llevar a cabo todas sus tropelías, sus
indecencias y sus bravatas.
Es por esto que reitero
lo que mencioné en el encabezado: Estoy dispuesto a jurar que me
olvido de la política, pero poniendo condiciones.
La primera es que
la clase política dedique sus esfuerzos a proteger a la sociedad,
que se empeñe en conseguir que se respeten sus derechos, que se
encomienden a repartir de manera justa la riqueza, que se les proteja
de los ataques de los desalmados que pretenden ahogar a la población,
que elaboren leyes de igualdad, de respeto y de oportunidades por
igual para todos.
Que legislen a favor de las personas, que devuelvan
la libertad que nos corresponde, que persigan a los defraudadores, a
los ladrones y a los que saquean las arcas de lo común y que se
postulen, y lo lleven a cabo, para defender los intereses generales
por encima de los de los poderes financieros, oligárquicos y
empresariales.
Que se reparta la justicia de manera equitativa y que
todos tengamos derecho a ella y que protejan y defiendan un Estado de
Bienestar en el que todos participemos de manera equitativa a su
mantenimiento y su consolidación, haciendo de este un derecho
inalienable para todos por igual.
Que fomenten una información veraz
y que peleen con todas sus fuerzas contra la censura, la mentira y la
manipulación.
Si están dispuestos a
ello, y a mucho más en favor de las personas, yo juro que les dejo
en paz y que me olvido de ellos y de la política. Pero si no es así,
que será lo más probable, también juro que no me olvidaré de
ellos y pelearé contra ellos con todas mis fuerzas.
Me encontrarán
enfrente, porque esa manera de hacer que nos olvidemos, para que les
dejemos en paz, y que puedan hacer lo que les salga de los cojones,
atacando y maltratando a la sociedad, no es de justicia, de razón,
de sentido común y además agrede a los derechos humanos más
fundamentales. Así, no.
LO JURO.
¡Malditos sean!
Tititokokoki