En
los tiempos que corren, el sentido común escasea, e incluso, en
muchas de las ocasiones, está ausente. No vive entre nosotros el
sentido común. Sobre todo desde que el mundo entero, en especial los
países que están bajo el yugo del capitalismo voraz, se pasó a
esta velocidad tan alocada y a esta vorágine tan atroz. Sin duda que
el neoliberalismo también tiene culpa en la ausencia del sentido
común y en la práctica del mismo.
Porque,
¿qué es el sentido común?
En mi opinión, el sentido común es
algo así como diferenciar entre aquello que está bien, y lo que
está mal. Por ejemplo, la corrupción en todas sus vertientes. ¿Es
buena la corrupción? Ya sea en su estado más puro, es decir, en el
que la practica de manera directa, como el que la consiente, el que
la apoya, o el que, sencillamente, calla ante casos de corrupción
conocidos. Más allá están los que votan a los corruptos. ¿Gozan
de sentido común todos estos? Yo creo que no, y aunque es muy común
eso de robar, eso no significa que todos ellos tengo un sentido común
universal. Lo que tienen es un sentimiento común particular, que en
buena lógica está muy lejos de un sentido común limpio, sano,
constructivo o humano.
Otro
ejemplo es la práctica de la mentira. ¿Tienen los mentirosos el más
mínimo gramo de sentido común? Volvemos otra vez a lo de los
corruptos. Tienen el sentimiento de los mentirosos, que está muy
alejado de lo que es un sentido común. Común al resto de lo humanos
que repudian la mentira o que odian la corrupción.
¿Es
de sentido común, por ejemplo, el capitalismo? Es evidente que tal
como lo conocemos, y lo sufrimos en la actualidad, no. Carece de
sentido común y de sentimientos humanos. Es voraz, atroz, salvaje,
sanguinario, depredador y poco o nada democrático. Y hablando de
Democracia. ¿Es la Democracia una manifestación del sentido común?
Me refiero a la Democracia bien entendida, no a lo que ahora tenemos
en España y en la mayoría de países occidentales. Y salvando
excepciones, claro está, pues existen países en los que la
simbiosis entre la Democracia, la sociedad, la justicia, la política,
e incluso el capital, van de la mano sin problemas altisonantes,
porque entienden que el bien común es de sentido común.
Según
algunos entendidos en la materia, el sentido común es aquel que se
define por “una facultad natural de las personas para juzgar
razonablemente las cosas”. Otras acepciones o definiciones van en
la dirección de «el
don provisto para saber distinguir todo lo que nos rodea: el bien, el
mal, la razón y la ignorancia.».
En
definitiva, se puede decir que el sentido común es una filosofía en
si misma que las personas tratamos de poner en práctica todos los
días, aunque la verdad no siempre con éxito. Y ese éxito no
siempre depende de nuestra actitud a la hora de aplicar sentido común
a las cosas, sino que en ocasiones el sentido común es derrotado por
la barbarie y por los salvajes que no quieren que el sentido común
triunfe o les afecta a sus repugnantes vidas, por ejemplo, los
corruptos o los mentirosos. De hecho, considero que el sentido común
tiene más de objetividad que de subjetividad, ya que bien empleado,
en el momento justo, y en auténtica justicia, el sentido común es
más útil a las personas de lo que nos creemos. Y ahí los que no
quieren que el sentido común impere, harán lo que sea para imponer
el sentido que ellos tienen de las cosas para tratar de conseguir que
todo lo malo que ellos practican, al final sea lo que se quede como
común. O sea, la selva y la barbarie.
Así
que, usemos más el sentido común.
Creo
que así los malos tendrán menos cobijo y menor cobertura.
Tititokokoki