El
capitalismo actual, moderno, está empezando a tener fuertes dolores de cabeza.
Se puede decir que, debido a su excesivo y desproporcionado sentido de la
avaricia y la codicia, han cavado su propia tumba. Al final se van a quedar
unos pocos capitalistas trasnochados y nostálgicos, encerrados en un despacho
venido a menos, y jugando una partidita a algún juego capitalista de mesa, con el fin de mitigar
sus ansias y de recordar viejos tiempos. Con sus fichas de colorines y sus
falsos billetes.
La
Economía Distributiva, principalmente, y la Economía Participativa, les está
comiendo terreno. Cada día son más los adeptos, los partidarios de modificar el
“mercado” y establecer nuevas formas y nuevas maneras.
Y
parte de esas maneras de economía, aún tienen que hacer desaparecer ciertos
mitos. Mitos introducidos, quizá interesadamente, por el propio capitalismo con
el fin de desprestigiar a este nuevo concepto de economía. Y una de ellas es la
de que se asemeja a planificaciones autoritarias, tal como sucedió en la
antigua Unión Soviética o en algunas otras de planificación centralizada. Y no
es cierto, pero antes de establecerse definitivamente, se tendrá que esquivar
este estilo de estigmas. Otros mitos son los de que ambas economías tienen
raíces anarquistas, llevando el concepto al tono más peyorativo, por parte del
sector capitalista, con el fin de desprestigiar.
Y uno
de los que animan a participar en esta nueva forma de economía, es el célebre y
reconocido, Noam Chomski, que dijo en algún momento lo de que, “merece que se le preste atención, por
lo que animo y reclamo debate y acción”, en especial con la Economía
Participativa..
Yo
creo que el capitalismo estará planificando en estos momentos, diversas maneras
de combatir esta nueva corriente económico/social en auge. Desde acusaciones de
populismos, manipulaciones diversas, tratarán de desprestigiar a la Economía
Participativa y/o Distributiva, a la vez que también pergeñarán para establecer
un capitalismo menos agresivo que el actual para conseguir así despertar
sensibilidades y ganarse para la causa a una parte de la sociedad. Pero de nada
les valdrá, pues ellos mismos, los capitalistas, conocen y saben de
determinadas sociedades a nivel mundial, que ya están empezando a introducir
esos nuevos conceptos de economía. Pero para llegar a la gente, tendrán que
trabajarlo mucho, pues a lo largo de muchos años, muchísimos años, han estado
sangrando a las personas, lo que hará muy difícil la labor de restituir o de
justificar todo el mal que han hecho. Creo que se les está haciendo tarde, muy
tarde a los capitalistas.
Desde
los años ochenta se han comenzado a estudiar y a profundizar en este modelo de
mercado, y es hoy el día en el que se pueden encontrar muchos adeptos, e
incluso países que ya lo están empezando a poner en práctica. Ya son más de los
que el capitalismo desearía. No contaron con que esa nueva corriente fuera a
tener cabida entre las personas. Se creían que lo tenían todo bajo control y
que el sistema capitalista actual se asentaría de manera definitiva. Pero se
han pegado un tiro en ambos pies, y además en repetidas ocasiones. Han subido
demasiado el listón de la avaricia, llevaron su codicia a niveles
insoportables, y como todo aquello que sube, tiende a caer, el capitalismo
actual subió demasiado alto, llevó las cosas a alturas de vértigo, incluso para
ellos mismos, y acabaron por aniquilar todo poso de paciencia, por lo que, lo
que se les viene encima, tiene justificación, además de ser necesario para la
preservación del ser humano, así como para la salvación del planeta.
Así
que, capitalistas, ¡ojo!
Tititokokoki