No va a ser fácil aunque lo parezca.
Hay que atender bien a las instrucciones y seguir paso a paso sin saltarse ninguna.
Si no se hace así, es muy probable que quedes mal con la familia, con algún vecino e incluso contigo mismo. Puede ser motivo de divorcio e incluso de suicidio.
En primer lugar nos hacemos con las piezas necesarias para poder crear una buena y leal red clientelar. A base de prebendas, una buena dosis de chantajes y un poco de favores, conseguiremos que las piezas se ensamblen a la perfección.
Ya tenemos la primera parte montada.
A continuación nos haremos con las piezas necesarias para desinformar. Ojo a este apartado, que aunque parece fácil, no lo es. Se precisa tener de mano a la mayor cantidad de elementos que nos procuren la desinformación necesaria para que se nos vea más que bien. Transmitir que todo va bien y que los equivocados y los malotes, son los demás, nos irá bien.
Así que, ojo con este apartado que es muy importante. Cuantos más tornillos y tuercas tengamos, mejor.
Por último, debemos echar mano de algo de chapuza. Montar todo este kit sin hacer uso de algo de amaño, o incluso de trampa, viene muy clarito en las instrucciones. No todo va a ser coser y cantar, hay que hacer algo de ejercicio de manipulación para que el mueble quede al final más que niquelado.
Si hace falta, se pinta sobre la marcha con algo de pintura de esa que oculta los defectos y los arañazos. No busquéis en el manual de instrucciones nada que tenga que ver con pucherazo. Eso no viene ahí por razones obvias, así que tendréis que hacer un ejercicio de imaginación al más alto nivel para hacer el montaje sin que se note que es pucherazo.
De esta manera se conseguirán muchas piezas necesarias, entre ellas el que la marca no se verá pringada y vosotros quedaréis como dioses. Que no se note y que sea difícil que lo noten.
Ahora hará falta coger las últimas piezas y hacerlas coincidir con lo que ya tenéis montado. Pero atención, si no lo hacéis bien, se os puede ir todo al carallo.
Deberéis ocultar los lugares en los que van los tornillos y las tuercas, que no se vean. Eso hace feo y desluce todo el trabajo anterior. Y no os preocupéis. Algunos le llamarán censura, ocultación para que no se vea la realidad. Os dirán que aunque lo ocultéis, mucha gente sabrá que están ahí.
Pero no les hagáis caso, porque de ello dependerá el éxito o el fracaso del montaje, la vistosidad del mueble y vuestra reputación.
Por último, tened en cuenta de que vais a necesitar algo de mano de obra. Y en esto podréis encontrar muy buenos colaboradores entre jueces y fiscales. Parecerá mentira, pero estos en asuntos de ensamblajes y de montajes, saben un huevo. Estudiaron leyes y esas cosas, pero a la hora de encajar unas piezas con otras, son únicos.
Y hay más. Si os vierais en apuros, ahí tendréis siempre prestos a los naranjitos y a una empresa con domicilio en Ferraz.
¡Venga!, manos a la obra y sed fuertes, que hay que montarlo todo antes de que nos pillen con que tenemos que ir a urnas un día de estos. Que los dioses os pillen confesaos y con el montaje hecho.
Sin duda que lo haréis. De ello se encargan las Vírgenes, milagrosas como nadie.
Es importante no dejar puntadas sin hilo.