Como decía antes, y tal como está comprobado y todos sabemos, el sistema se dota de diversas herramientas para reforzarse y para consolidarse. Y esas herramientas les da un resultado genial, espectacular, incluso diría que por encima de sus espectativas. No contaban con que todo les fuera a salir tan bien y que les diera el resultado que alcanzaron.
Para amortiguar la indignación, nada mejor que programación basura. Mucha televisión, variedad en su programación, mucho donde elegir y confusión al canto. Fútbol, realities shows, debates que se asemejan a patios de comadres y que enganchan a los morbosos, tertulias que aparenta enriquecedoras pero que en realidad no son más que técnicas de división y enfrentamiento, ya que consiguen el efecto contagio en la gente que los ve, y por fín, telediarios que, haciendo uso de un término vulgar, son en forma de teledelirios, que también provocan a su vez, enfrentamientos y divisiones.
Además, esas técnicas de transmisión de lo que ocurre, consiguen algo más que se escapa a la percepción de muchos, y es que, más que aclarar la porquería que supone este régimen, lo que consigue es adeptos que desean alcanzar lo que otros consiguen, aunque que consiguen sea a base de corrupción. La gente se refugia en la distracción que les proporciona esa manera de entretener. Esta sirve de balsa de salvamento a las personas que se indignan ante las barbaridades que comete el sistema. Ahí nos encontramos con la indignación contenida.
No sale de ahí. La técnicas de confusión y de división también les trae pingües beneficios de cara a tapar sus tropelías. Para la crispación también tienen sus técnicas de contención e incluso de su desaparición casi inmediata. Del mismo modo que aparece, desaparece. Y para ello no se cortan y utilizan todo tipo de medios y de métodos.
La enorme y abusiva publicidad les ayuda, pero tampoco les hacen ascos a la divulgación de fiestas y de eventos festivos para que la gente se agarre a ellos como a clavo ardiendo con tal de apagar sus frustraciones, su indignación y su crispación.
Divulgar como dios manda las fiestas del barrio, gastándose en ello ingentes cantidades de dinero, les trae también beneficios. Saben que la gente busca desesperadamente refugios de distracción, y si además de eso, se dejan en las fiestas sus sueldos, o parte de ellos, mejor que mejor para el sistema.
Por supuesto que la censura también les ayuda, así como la manipulación interesada de la noticia o la tergiversación de la misma.
Y si para ello cuentan con la complicidad de los medios de comunicación, como así es, entonces tenemos a un entramado de difícil destrucción, ya que esa tela de araña tejida para tal fin, la saben utilizar en su beneficio y es muy complicado demostrar sus efectos, salvo a largo, muy largo plazo. Seguramente cuando ya tengan preparado otro sistema que supla al que ya fue descubierto por la sociedad. En ello están, porque de ello dependerá su supervivencia y su predominancia.
Y si con esto no les basta, legislarán para introducir el miedo y para conseguir que esa crispación y esa indignación, sigan estando contenidas.
Tititokokoki