Los hijosdalgo rescatados por el franquismo y ahora camuflados en democracia (bajo las siglas, mayor pero no exclusivamente, del PP) sostienen que sus muchos privilegios derivan del enorme sacrificio que para ellos supuso estudiar en la Universidad o preparar unas dificilísimas oposiciones a los diferentes cuerpos de la administración pública.
Y se quedan tan anchos, aún reconociendo (en privado y con la mesa puesta) que el acceso a la administración pública, para ellos, no conlleva un servicio público sino una lanzadera a los consejos de administración de sociedades oligopólicas.
Mal estamos cuando los que nos gobiernan entienden que estudiar es un sacrificio.
Yo tengo para mí que estudiar es una de las ocupaciones más placenteras, gratificantes y necesarias, a la que un ser humano pueda dedicar su tiempo.
Yo entiendo, también, que trabajar en labores duras, ingratas, a veces humillantes, sí es un sacrificio (cruel e injusto sacrificio), sobre todo cuando se trabaja porque no se tiene para estudiar, a sabiendas de que tus condiciones paupérrimas e indecentes de vida solo las va a enterrar la sepultura.
El desprecio, la ignominia del hijodalgo español no tiene medida ni límites.
Y así viene siendo desde que España se ha venido construyendo a toque de corneta, a golpe de señoríos y mayorazgos, al amparo de la monarquía, institución que únicamente se justifica en la necesidad de unos pocos de hacer valer sus privilegios robando al resto su dignidad y calidad de vida.
Y la retranca del asunto está en que, para colmo, estos sacrificados estudiantes no han estudiado ni han dado palo al agua en su vida (ni siquiera entienden el inglés, aunque en el lenguaje de las ingles son maestros, malos, pero maestros al fin y al cabo). Su dignidad se circunscribe a una corbata y un buen traje a la medida, a la medida de un cuerpo engordado con la sangre, el sudor y las lágrimas de muchos miles de inocentes. Y, a día de hoy, en este país, no sería de extrañar que estas palabras fueran tomadas por apología del terrorismo, por estos terroristas de cuello blanco.
Croniamental
miércoles, 29 de marzo de 2017
viernes, 24 de marzo de 2017
PODER ADQUISITIVO
Entiendo que la política concreta, los asuntos concretos que desde la política se abordan, se abordan desde y para la entelequia de la “objetividad”. Entelequia es una palabra inventada por Aristóteles, el alumno aventajado de Platón. Platón creó el liceo (donde estudió Aristóteles) y Aristóteles la academia (a pesar del maestro); la cosa es enmendarle la plana a tu maestro o, lo que viene a ser los mismo, matar al padre (cosa más propia de adolescentes que de sabios). La cosa es que el pensamiento de Aristóteles ha resultado mucho más hegemónico que el de Platón (y ya quisiéramos que el de Aristóteles fuera tenido en cuenta alguna vez hoy en día, pues a Platón ya como que lo han matado para siempre). Claro, académico suena mejor que licencioso; timoratos que somos.
Según la RAE (que sus razones tendrá para afirmarlo) la entelequia es una cosa, persona o situación perfecta e ideal que solo existe en la imaginación. Pues eso es lo que le pasa a la “objetividad”, que tiene mucho más que ver con la imaginación que con la realidad. La realidad es subjetiva. Porque, ¿quién decide qué es objetivo o no lo es? Pues, como siempre y en todo, el que tiene la satén por el mango.
Así pues, desde la subjetividad, habrá que ver qué cosa es el poder adquisitivo. No hay que pensar demasiado para saber que es una condición a la que se apela continuamente y se nos exige para reputarnos socialmente. Lo que ocurre es que siempre que se habla de poder adquisitivo se hace referencia a la capacidad de adquirir bienes de consumo. Y, la verdad, el verbo adquirir no es tan constringente. Uno también puede adquirir aliento (aire), color de la tez (poniéndose al sol), gustito (tocándose sus partes nobles), belleza (esbozando una sonrisa), cariño (de los seres que te quieren), destreza (aplicándose en determinadas labores), sabiduría (en el inexorable oficio de vivir). Y ninguna de estas adquisiciones pasan necesariamente por los mercados.
El poder adquisitivo, por tanto, no lo determina el capital dinerario del que dispongas sino el capital que atesoras y que, por lo común, nos viene dado en serie, en nuestra condición humana. Si esto no fuera así, si el poder adquisitivo que todos tenemos por el mero hecho de ser humanos se frustra, es que algo falla. Y no es el ser humano sino su diabólica construcción de la existencia.
La objetividad es la peor de las entelequías, solo desde la subjetividad se puede construir una convivencia razonable y razonada, a partir, evidentemente, de la fraternidad, que no es otra cosa que la convivencia feliz de los sujetos.
Croniamental
Según la RAE (que sus razones tendrá para afirmarlo) la entelequia es una cosa, persona o situación perfecta e ideal que solo existe en la imaginación. Pues eso es lo que le pasa a la “objetividad”, que tiene mucho más que ver con la imaginación que con la realidad. La realidad es subjetiva. Porque, ¿quién decide qué es objetivo o no lo es? Pues, como siempre y en todo, el que tiene la satén por el mango.
Así pues, desde la subjetividad, habrá que ver qué cosa es el poder adquisitivo. No hay que pensar demasiado para saber que es una condición a la que se apela continuamente y se nos exige para reputarnos socialmente. Lo que ocurre es que siempre que se habla de poder adquisitivo se hace referencia a la capacidad de adquirir bienes de consumo. Y, la verdad, el verbo adquirir no es tan constringente. Uno también puede adquirir aliento (aire), color de la tez (poniéndose al sol), gustito (tocándose sus partes nobles), belleza (esbozando una sonrisa), cariño (de los seres que te quieren), destreza (aplicándose en determinadas labores), sabiduría (en el inexorable oficio de vivir). Y ninguna de estas adquisiciones pasan necesariamente por los mercados.
El poder adquisitivo, por tanto, no lo determina el capital dinerario del que dispongas sino el capital que atesoras y que, por lo común, nos viene dado en serie, en nuestra condición humana. Si esto no fuera así, si el poder adquisitivo que todos tenemos por el mero hecho de ser humanos se frustra, es que algo falla. Y no es el ser humano sino su diabólica construcción de la existencia.
La objetividad es la peor de las entelequías, solo desde la subjetividad se puede construir una convivencia razonable y razonada, a partir, evidentemente, de la fraternidad, que no es otra cosa que la convivencia feliz de los sujetos.
Croniamental
sábado, 18 de marzo de 2017
Kit de montaje.
No va a ser fácil aunque lo parezca.
Hay que atender bien a las instrucciones y seguir paso a paso sin saltarse ninguna.
Si no se hace así, es muy probable que quedes mal con la familia, con algún vecino e incluso contigo mismo. Puede ser motivo de divorcio e incluso de suicidio.
En primer lugar nos hacemos con las piezas necesarias para poder crear una buena y leal red clientelar. A base de prebendas, una buena dosis de chantajes y un poco de favores, conseguiremos que las piezas se ensamblen a la perfección.
Ya tenemos la primera parte montada.
A continuación nos haremos con las piezas necesarias para desinformar. Ojo a este apartado, que aunque parece fácil, no lo es. Se precisa tener de mano a la mayor cantidad de elementos que nos procuren la desinformación necesaria para que se nos vea más que bien. Transmitir que todo va bien y que los equivocados y los malotes, son los demás, nos irá bien.
Así que, ojo con este apartado que es muy importante. Cuantos más tornillos y tuercas tengamos, mejor.
Por último, debemos echar mano de algo de chapuza. Montar todo este kit sin hacer uso de algo de amaño, o incluso de trampa, viene muy clarito en las instrucciones. No todo va a ser coser y cantar, hay que hacer algo de ejercicio de manipulación para que el mueble quede al final más que niquelado.
Si hace falta, se pinta sobre la marcha con algo de pintura de esa que oculta los defectos y los arañazos. No busquéis en el manual de instrucciones nada que tenga que ver con pucherazo. Eso no viene ahí por razones obvias, así que tendréis que hacer un ejercicio de imaginación al más alto nivel para hacer el montaje sin que se note que es pucherazo.
De esta manera se conseguirán muchas piezas necesarias, entre ellas el que la marca no se verá pringada y vosotros quedaréis como dioses. Que no se note y que sea difícil que lo noten.
Ahora hará falta coger las últimas piezas y hacerlas coincidir con lo que ya tenéis montado. Pero atención, si no lo hacéis bien, se os puede ir todo al carallo.
Deberéis ocultar los lugares en los que van los tornillos y las tuercas, que no se vean. Eso hace feo y desluce todo el trabajo anterior. Y no os preocupéis. Algunos le llamarán censura, ocultación para que no se vea la realidad. Os dirán que aunque lo ocultéis, mucha gente sabrá que están ahí.
Pero no les hagáis caso, porque de ello dependerá el éxito o el fracaso del montaje, la vistosidad del mueble y vuestra reputación.
Por último, tened en cuenta de que vais a necesitar algo de mano de obra. Y en esto podréis encontrar muy buenos colaboradores entre jueces y fiscales. Parecerá mentira, pero estos en asuntos de ensamblajes y de montajes, saben un huevo. Estudiaron leyes y esas cosas, pero a la hora de encajar unas piezas con otras, son únicos.
Y hay más. Si os vierais en apuros, ahí tendréis siempre prestos a los naranjitos y a una empresa con domicilio en Ferraz.
¡Venga!, manos a la obra y sed fuertes, que hay que montarlo todo antes de que nos pillen con que tenemos que ir a urnas un día de estos. Que los dioses os pillen confesaos y con el montaje hecho.
Sin duda que lo haréis. De ello se encargan las Vírgenes, milagrosas como nadie.
Es importante no dejar puntadas sin hilo.
Hay que atender bien a las instrucciones y seguir paso a paso sin saltarse ninguna.
Si no se hace así, es muy probable que quedes mal con la familia, con algún vecino e incluso contigo mismo. Puede ser motivo de divorcio e incluso de suicidio.
En primer lugar nos hacemos con las piezas necesarias para poder crear una buena y leal red clientelar. A base de prebendas, una buena dosis de chantajes y un poco de favores, conseguiremos que las piezas se ensamblen a la perfección.
Ya tenemos la primera parte montada.
A continuación nos haremos con las piezas necesarias para desinformar. Ojo a este apartado, que aunque parece fácil, no lo es. Se precisa tener de mano a la mayor cantidad de elementos que nos procuren la desinformación necesaria para que se nos vea más que bien. Transmitir que todo va bien y que los equivocados y los malotes, son los demás, nos irá bien.
Así que, ojo con este apartado que es muy importante. Cuantos más tornillos y tuercas tengamos, mejor.
Por último, debemos echar mano de algo de chapuza. Montar todo este kit sin hacer uso de algo de amaño, o incluso de trampa, viene muy clarito en las instrucciones. No todo va a ser coser y cantar, hay que hacer algo de ejercicio de manipulación para que el mueble quede al final más que niquelado.
Si hace falta, se pinta sobre la marcha con algo de pintura de esa que oculta los defectos y los arañazos. No busquéis en el manual de instrucciones nada que tenga que ver con pucherazo. Eso no viene ahí por razones obvias, así que tendréis que hacer un ejercicio de imaginación al más alto nivel para hacer el montaje sin que se note que es pucherazo.
De esta manera se conseguirán muchas piezas necesarias, entre ellas el que la marca no se verá pringada y vosotros quedaréis como dioses. Que no se note y que sea difícil que lo noten.
Ahora hará falta coger las últimas piezas y hacerlas coincidir con lo que ya tenéis montado. Pero atención, si no lo hacéis bien, se os puede ir todo al carallo.
Deberéis ocultar los lugares en los que van los tornillos y las tuercas, que no se vean. Eso hace feo y desluce todo el trabajo anterior. Y no os preocupéis. Algunos le llamarán censura, ocultación para que no se vea la realidad. Os dirán que aunque lo ocultéis, mucha gente sabrá que están ahí.
Pero no les hagáis caso, porque de ello dependerá el éxito o el fracaso del montaje, la vistosidad del mueble y vuestra reputación.
Por último, tened en cuenta de que vais a necesitar algo de mano de obra. Y en esto podréis encontrar muy buenos colaboradores entre jueces y fiscales. Parecerá mentira, pero estos en asuntos de ensamblajes y de montajes, saben un huevo. Estudiaron leyes y esas cosas, pero a la hora de encajar unas piezas con otras, son únicos.
Y hay más. Si os vierais en apuros, ahí tendréis siempre prestos a los naranjitos y a una empresa con domicilio en Ferraz.
¡Venga!, manos a la obra y sed fuertes, que hay que montarlo todo antes de que nos pillen con que tenemos que ir a urnas un día de estos. Que los dioses os pillen confesaos y con el montaje hecho.
Sin duda que lo haréis. De ello se encargan las Vírgenes, milagrosas como nadie.
Es importante no dejar puntadas sin hilo.
miércoles, 15 de marzo de 2017
SOMBRAS DE BOHEMIA
Es de dudoso gusto el susto. No se debe asustar a nadie. Antiguamente se hacía en las esquinas y la gente se reía. Hoy se hace desde los medios de comunicación y la gente ya no ríe, más bien llora. Con lo cual, hoy, el susto se diluye en el llanto, como las lágrimas en la lluvia (que declamaba y clamaba el famoso replicante, con más tristeza que picante).
Es de tristeza que se inunda el erial de nuestra patria, tan sicaria. Espurios monigotes, intrigantes tuercebotas, filoaves de rapiña, pájaros de mal agüero, liendres encastradas en escrotos incautos que devienen piojosos plumillas de lengua alambicada y bífida, marmotas rumiantes de cenicientas nostalgias imperiales. Toda esta grey mató al soberano que en democracia no es rey sino ciudadano. Más de cien son los pueblos deshabitados en la cordillera celtibérica. La peste de la desprotección y el desahucio.
Acabaron con los señoríos para hacer del campesino proletario. Los mayorazgos también cayeron para enriquecer aún más a los ricos. Y las desamortizaciones anticlericales ensoberbecieron al clero, al punto de hacer resucitar la Inquisición, a la vez que se aprovechaba para hacer al rico más rico y al pobre más pobre. Tras un interminable infierno de pronunciamientos castrenses y castrantes, apenas pasado un siglo, nos llevaron a la guerra entre hermanos, para encanallarnos un poco más, para hacernos más siervos, para eliminar de nuestra testuz toda sombra de talento. Y así hasta el siglo presente que nos llevan agarrados por los cojones, pasando la fregona por la memoria. “Tantum ergo”, santo Tomás de Inquina (Quina Santa Catalina que nos daban a los niños para dormirnos, que para adormecernos ya se bastaban solos)..
Croniamental
Es de tristeza que se inunda el erial de nuestra patria, tan sicaria. Espurios monigotes, intrigantes tuercebotas, filoaves de rapiña, pájaros de mal agüero, liendres encastradas en escrotos incautos que devienen piojosos plumillas de lengua alambicada y bífida, marmotas rumiantes de cenicientas nostalgias imperiales. Toda esta grey mató al soberano que en democracia no es rey sino ciudadano. Más de cien son los pueblos deshabitados en la cordillera celtibérica. La peste de la desprotección y el desahucio.
Acabaron con los señoríos para hacer del campesino proletario. Los mayorazgos también cayeron para enriquecer aún más a los ricos. Y las desamortizaciones anticlericales ensoberbecieron al clero, al punto de hacer resucitar la Inquisición, a la vez que se aprovechaba para hacer al rico más rico y al pobre más pobre. Tras un interminable infierno de pronunciamientos castrenses y castrantes, apenas pasado un siglo, nos llevaron a la guerra entre hermanos, para encanallarnos un poco más, para hacernos más siervos, para eliminar de nuestra testuz toda sombra de talento. Y así hasta el siglo presente que nos llevan agarrados por los cojones, pasando la fregona por la memoria. “Tantum ergo”, santo Tomás de Inquina (Quina Santa Catalina que nos daban a los niños para dormirnos, que para adormecernos ya se bastaban solos)..
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sábado, 11 de marzo de 2017
LAS RELACIONES DE PODER
En todas las comunidades humanas se establecen relaciones de poder; poder político, económico, sociológico… Relaciones que confrontan clases sociales, etnias, sexos, religiones, etc. Son estas relaciones de poder las que determinan los cambios políticos y el status quo de cada momento.
Cuando hablamos de sistema nos podemos referir a muchas cosas: al sistema político, pero también al sistema de transportes. Lo que determina la calidad de un régimen político es la hegemonía y cómo es administrada por aquellos que la ostentan. Al grupo hegemónico se le conoce por establishment, anglicismo que viene a significar poder establecido y que no es otra cosa que el grupo que ostenta la hegemonía, es decir, aquel que ha conseguido establecer en el “sentido común” sus propios valores, su propia forma de entender la vida: las relaciones económicas, laborales, lo que es moralmente aceptable y lo que no, etc.
Lógicamente, como sucede en cualquier otro grupo social, el stablishment se vale de las herramientas que tiene a su alcance para mantener su hegemonía. Pero no hay que olvidar que cualquiera de ellas puede cambiar de manos en función de las circunstancias que se den en cada momento dentro de las relaciones de poder. Por ejemplo, la presión de unas mayorías sociales pueden hacer que cambien las relaciones laborales, que surjan nuevos medios de comunicación contrarios a la ideología dominante o, simplemente, que cambie el “sentido común”.
Lo importante, por tanto, no es la capacidad de supervivencia del sistema sino las relaciones de poder, los pesos y contrapesos que actúan en la lucha por la hegemonía.
Croniamental
Cuando hablamos de sistema nos podemos referir a muchas cosas: al sistema político, pero también al sistema de transportes. Lo que determina la calidad de un régimen político es la hegemonía y cómo es administrada por aquellos que la ostentan. Al grupo hegemónico se le conoce por establishment, anglicismo que viene a significar poder establecido y que no es otra cosa que el grupo que ostenta la hegemonía, es decir, aquel que ha conseguido establecer en el “sentido común” sus propios valores, su propia forma de entender la vida: las relaciones económicas, laborales, lo que es moralmente aceptable y lo que no, etc.
Lógicamente, como sucede en cualquier otro grupo social, el stablishment se vale de las herramientas que tiene a su alcance para mantener su hegemonía. Pero no hay que olvidar que cualquiera de ellas puede cambiar de manos en función de las circunstancias que se den en cada momento dentro de las relaciones de poder. Por ejemplo, la presión de unas mayorías sociales pueden hacer que cambien las relaciones laborales, que surjan nuevos medios de comunicación contrarios a la ideología dominante o, simplemente, que cambie el “sentido común”.
Lo importante, por tanto, no es la capacidad de supervivencia del sistema sino las relaciones de poder, los pesos y contrapesos que actúan en la lucha por la hegemonía.
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viernes, 10 de marzo de 2017
El sistema 3
Como decía antes, y tal como está comprobado y todos sabemos, el sistema se dota de diversas herramientas para reforzarse y para consolidarse. Y esas herramientas les da un resultado genial, espectacular, incluso diría que por encima de sus espectativas. No contaban con que todo les fuera a salir tan bien y que les diera el resultado que alcanzaron.
Para amortiguar la indignación, nada mejor que programación basura. Mucha televisión, variedad en su programación, mucho donde elegir y confusión al canto. Fútbol, realities shows, debates que se asemejan a patios de comadres y que enganchan a los morbosos, tertulias que aparenta enriquecedoras pero que en realidad no son más que técnicas de división y enfrentamiento, ya que consiguen el efecto contagio en la gente que los ve, y por fín, telediarios que, haciendo uso de un término vulgar, son en forma de teledelirios, que también provocan a su vez, enfrentamientos y divisiones.
Además, esas técnicas de transmisión de lo que ocurre, consiguen algo más que se escapa a la percepción de muchos, y es que, más que aclarar la porquería que supone este régimen, lo que consigue es adeptos que desean alcanzar lo que otros consiguen, aunque que consiguen sea a base de corrupción. La gente se refugia en la distracción que les proporciona esa manera de entretener. Esta sirve de balsa de salvamento a las personas que se indignan ante las barbaridades que comete el sistema. Ahí nos encontramos con la indignación contenida.
No sale de ahí. La técnicas de confusión y de división también les trae pingües beneficios de cara a tapar sus tropelías. Para la crispación también tienen sus técnicas de contención e incluso de su desaparición casi inmediata. Del mismo modo que aparece, desaparece. Y para ello no se cortan y utilizan todo tipo de medios y de métodos.
La enorme y abusiva publicidad les ayuda, pero tampoco les hacen ascos a la divulgación de fiestas y de eventos festivos para que la gente se agarre a ellos como a clavo ardiendo con tal de apagar sus frustraciones, su indignación y su crispación.
Divulgar como dios manda las fiestas del barrio, gastándose en ello ingentes cantidades de dinero, les trae también beneficios. Saben que la gente busca desesperadamente refugios de distracción, y si además de eso, se dejan en las fiestas sus sueldos, o parte de ellos, mejor que mejor para el sistema.
Por supuesto que la censura también les ayuda, así como la manipulación interesada de la noticia o la tergiversación de la misma.
Y si para ello cuentan con la complicidad de los medios de comunicación, como así es, entonces tenemos a un entramado de difícil destrucción, ya que esa tela de araña tejida para tal fin, la saben utilizar en su beneficio y es muy complicado demostrar sus efectos, salvo a largo, muy largo plazo. Seguramente cuando ya tengan preparado otro sistema que supla al que ya fue descubierto por la sociedad. En ello están, porque de ello dependerá su supervivencia y su predominancia.
Y si con esto no les basta, legislarán para introducir el miedo y para conseguir que esa crispación y esa indignación, sigan estando contenidas.
Tititokokoki
Para amortiguar la indignación, nada mejor que programación basura. Mucha televisión, variedad en su programación, mucho donde elegir y confusión al canto. Fútbol, realities shows, debates que se asemejan a patios de comadres y que enganchan a los morbosos, tertulias que aparenta enriquecedoras pero que en realidad no son más que técnicas de división y enfrentamiento, ya que consiguen el efecto contagio en la gente que los ve, y por fín, telediarios que, haciendo uso de un término vulgar, son en forma de teledelirios, que también provocan a su vez, enfrentamientos y divisiones.
Además, esas técnicas de transmisión de lo que ocurre, consiguen algo más que se escapa a la percepción de muchos, y es que, más que aclarar la porquería que supone este régimen, lo que consigue es adeptos que desean alcanzar lo que otros consiguen, aunque que consiguen sea a base de corrupción. La gente se refugia en la distracción que les proporciona esa manera de entretener. Esta sirve de balsa de salvamento a las personas que se indignan ante las barbaridades que comete el sistema. Ahí nos encontramos con la indignación contenida.
No sale de ahí. La técnicas de confusión y de división también les trae pingües beneficios de cara a tapar sus tropelías. Para la crispación también tienen sus técnicas de contención e incluso de su desaparición casi inmediata. Del mismo modo que aparece, desaparece. Y para ello no se cortan y utilizan todo tipo de medios y de métodos.
La enorme y abusiva publicidad les ayuda, pero tampoco les hacen ascos a la divulgación de fiestas y de eventos festivos para que la gente se agarre a ellos como a clavo ardiendo con tal de apagar sus frustraciones, su indignación y su crispación.
Divulgar como dios manda las fiestas del barrio, gastándose en ello ingentes cantidades de dinero, les trae también beneficios. Saben que la gente busca desesperadamente refugios de distracción, y si además de eso, se dejan en las fiestas sus sueldos, o parte de ellos, mejor que mejor para el sistema.
Por supuesto que la censura también les ayuda, así como la manipulación interesada de la noticia o la tergiversación de la misma.
Y si para ello cuentan con la complicidad de los medios de comunicación, como así es, entonces tenemos a un entramado de difícil destrucción, ya que esa tela de araña tejida para tal fin, la saben utilizar en su beneficio y es muy complicado demostrar sus efectos, salvo a largo, muy largo plazo. Seguramente cuando ya tengan preparado otro sistema que supla al que ya fue descubierto por la sociedad. En ello están, porque de ello dependerá su supervivencia y su predominancia.
Y si con esto no les basta, legislarán para introducir el miedo y para conseguir que esa crispación y esa indignación, sigan estando contenidas.
Tititokokoki
sábado, 4 de marzo de 2017
QUÉ HACER AL BORDE DEL SEPULCRO
A lo largo de mi vida me han preguntado muchas veces qué me gustaría hacer si me dijeran que me quedaba poco tiempo de vida (digamos, cinco o seis partidos del siglo). Si me gustaría viajar por el mundo, disfrutar del sexo como hasta entonces no lo había hecho, comprar aquella cosa que tanto había anhelado hasta entonces, escribir mis memorias… Cuestión con un marcado carácter egocéntrico, pues da a entender que eres tú el único sujeto de tu muerte. Lo que jamás me preguntaron y, sin embargo, es lo que realmente me importa, es qué habré de hacer yo con mis seres queridos, cómo quisiera relacionarme con ellos desde el momento que me comunican mi desahucio hasta mi baja en la nómina de los existentes. ¿Qué debo de hacer, alejarme de ellos para paliar el dolor que les pudiera causarles mi fallecimiento o, por el contrario, prodigarme en toda muestra de cariño para aumentar el dolor de mi pérdida, eso sí, dejando para ellos lo mejor que les podría dejar: un recuerdo feliz, entrañable, un ejemplo de fidelidad que les acompañara todas sus vidas?
Cuando uno es joven e indocumentado, puede que se sienta impelido por una vocación: la poesía, la historia, la filosofía, la ciencia, la música… No calcula si cuando llegue a ejercer su profesión la sociedad lo necesita, aunque a él sí le parezca necesario. Otros, en cambio, lo que anhelan de la vida es un puestazo y un sueldazo.
Yo tiendo a creer que aquel que piensa que su vocación es necesaria, sin considerar premios ni costes, atesora un gran capital humano, no entiende una vida que no sea honorable, jamás se sentirá en la necesidad de zancadillear a nadie, acopiarse de unos bienes que no son suyos, y si algo le atormenta es desperdiciar sus últimos días de vida sin colmar de cariño a sus seres más queridos. Los otros, todo lo contrario.
Croniamental
Cuando uno es joven e indocumentado, puede que se sienta impelido por una vocación: la poesía, la historia, la filosofía, la ciencia, la música… No calcula si cuando llegue a ejercer su profesión la sociedad lo necesita, aunque a él sí le parezca necesario. Otros, en cambio, lo que anhelan de la vida es un puestazo y un sueldazo.
Yo tiendo a creer que aquel que piensa que su vocación es necesaria, sin considerar premios ni costes, atesora un gran capital humano, no entiende una vida que no sea honorable, jamás se sentirá en la necesidad de zancadillear a nadie, acopiarse de unos bienes que no son suyos, y si algo le atormenta es desperdiciar sus últimos días de vida sin colmar de cariño a sus seres más queridos. Los otros, todo lo contrario.
Croniamental
jueves, 2 de marzo de 2017
Las apariencias no engañan. Y Parte 3ª
Pero bien podríamos hacer escrito tras escrito denunciando las atrocidades que se cometen con la Constitución, los palos que recibe a causa de su nula consistencia y la debilidad que presenta frente a los que la agreden constantemente porque conocen la debilidad y la fragmentación social, porque se saben protegidos por los medios de comunicación nada independientes, y porque forman un paredón entre todos ellos de difícil traspaso y denuncia. Por lo tanto, vamos dejarlo en esta tercera parte.
No obstante, el asunto de la Constitución actual, daría para mucho más. Sobre todo si vamos artículo por Artículo analizando su literalidad, escudriñando en las posibles intenciones que tenían quienes la redactaron, y concluyendo que la reforma y actualización, son más que urgentes y necesarias.
Y no es que este sea un experto en el que se pueda depositar tal calificativo, pero a la hora de tener en cuenta voces que coinciden en que la Constitución debe ser cambiada y reformada, nos encontramos con Felipe González quien dijo, hace ya algún tiempo, “si no se reforma la Constitución, puede que se derrumbe todo lo conseguido”. Pues no le falta razón.
Porque, además de los que creemos que se debe modificar de arriba abajo, de izquierda a derecha y de dentro hacia afuera, también están aquellos otros expertos que claman la antigüedad, e incluso la falsedad de la Constitución actual.
Por otro lado, la Constitución recibe el nombre de Carta Magna. Curioso el dato, ya que, también aquí, en la literalidad de su nombre, desobedece el buen fin que representa ese apelativo. Según el origen de la palabra Carta Magna, significa Magna Charta Libertatum, o sea, Carta Magna de las Libertades. No se encuentra ese significado por ninguna parte. Es decir, que desde su composición, hasta su denominación, nuestra Constitución hace aguas por todos lados y presenta grietas en cada rincón y en cada página. ¿Habrá sido otra premeditación de quienes se les conoce por los Padres de la Constitución el eliminar “libertatum”? Si es así, el cómputo de premeditaciones alcanzaría a la casi totalidad de la Constitución, lo que le resta vigencia y validez.
Podemos estar de acuerdo que aquella Constitución era obligado hacerla para facilitar el cambio político de aquella época, pero a día de hoy ya carece de validez e incluso de vigencia.
No parece serio que se nieguen de plano a reformarla. Es por esto que solo cabe pensar en que estamos ante una situación de feudo del siglo XIX, más que en una Democracia del siglo XXI. Si es así, entonces la idea de que la Constitución necesita readaptación y adecuación, sobre todo si de lo que se trata es de recuperarnos del secuestro al que nos tienen sometidos, escudándose vilmente en una Constitución que no quieren modificar y adaptar a los tiempos que corren y las necesidades actuales. Por eso quiero pensar en que tenemos a unos poderes públicos, en especial el apartado político que, además de ser enormemente egoístas, son unos irresponsables, aparte de necios, ignorantes, incompetentes y torpes.
Insisto como final a este escrito: Las apariencias, no engañan. Ahí tenemos a nuestros poderes.
Y sino, observad con qué algarabía se celebra todos los años el Día 6 de Diciembre.
Es lo más diáfano que podemos tener a la hora de saber por qué la protegen tanto y por qué no la cambian.
Tititokokoki
No obstante, el asunto de la Constitución actual, daría para mucho más. Sobre todo si vamos artículo por Artículo analizando su literalidad, escudriñando en las posibles intenciones que tenían quienes la redactaron, y concluyendo que la reforma y actualización, son más que urgentes y necesarias.
Y no es que este sea un experto en el que se pueda depositar tal calificativo, pero a la hora de tener en cuenta voces que coinciden en que la Constitución debe ser cambiada y reformada, nos encontramos con Felipe González quien dijo, hace ya algún tiempo, “si no se reforma la Constitución, puede que se derrumbe todo lo conseguido”. Pues no le falta razón.
Porque, además de los que creemos que se debe modificar de arriba abajo, de izquierda a derecha y de dentro hacia afuera, también están aquellos otros expertos que claman la antigüedad, e incluso la falsedad de la Constitución actual.
Por otro lado, la Constitución recibe el nombre de Carta Magna. Curioso el dato, ya que, también aquí, en la literalidad de su nombre, desobedece el buen fin que representa ese apelativo. Según el origen de la palabra Carta Magna, significa Magna Charta Libertatum, o sea, Carta Magna de las Libertades. No se encuentra ese significado por ninguna parte. Es decir, que desde su composición, hasta su denominación, nuestra Constitución hace aguas por todos lados y presenta grietas en cada rincón y en cada página. ¿Habrá sido otra premeditación de quienes se les conoce por los Padres de la Constitución el eliminar “libertatum”? Si es así, el cómputo de premeditaciones alcanzaría a la casi totalidad de la Constitución, lo que le resta vigencia y validez.
Podemos estar de acuerdo que aquella Constitución era obligado hacerla para facilitar el cambio político de aquella época, pero a día de hoy ya carece de validez e incluso de vigencia.
No parece serio que se nieguen de plano a reformarla. Es por esto que solo cabe pensar en que estamos ante una situación de feudo del siglo XIX, más que en una Democracia del siglo XXI. Si es así, entonces la idea de que la Constitución necesita readaptación y adecuación, sobre todo si de lo que se trata es de recuperarnos del secuestro al que nos tienen sometidos, escudándose vilmente en una Constitución que no quieren modificar y adaptar a los tiempos que corren y las necesidades actuales. Por eso quiero pensar en que tenemos a unos poderes públicos, en especial el apartado político que, además de ser enormemente egoístas, son unos irresponsables, aparte de necios, ignorantes, incompetentes y torpes.
Insisto como final a este escrito: Las apariencias, no engañan. Ahí tenemos a nuestros poderes.
Y sino, observad con qué algarabía se celebra todos los años el Día 6 de Diciembre.
Es lo más diáfano que podemos tener a la hora de saber por qué la protegen tanto y por qué no la cambian.
Tititokokoki
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