En efecto; no hay país
democrático que esté en la actual situación en la que se encuentra
España. Un país secuestrado por una banda. Un país resignado por
la presión y la prepotencia de la misma banda.
A partir de aquel
instante en que se empezó a descubrir la verdadera dirección que
iban a coger las intenciones de quienes accedieron al poder a base de
mentiras y de promesas que luego no se cumplieron, España, y sus
habitantes, los españoles, comenzaron a verse secuestrados, y a
partir de ese mismo momento, comenzó una resignación que ya dura
demasiado tiempo y que apunta a durar otro tanto más. La rendición
ante tanta barbaridad, por parte de los españoles, no tiene parangón
en la historia de ningún país que se rija por un sistema
democrático.
Y no es para menos. La fuerza con que ejercen el poder
y la contundencia de sus dictados, hacen que no quede otra opción
que la de la resignación ante semejante abuso de autoridad.
Disfrazados de demócratas
mantienen la atención de muchas personas que, engañadas por los
medios de comunicación, también secuestrados, lanzan las consignas
e influyen de tal manera que favorecen lo que responde a los
caprichos de los dictadores que secuestraron a este país a base de
leyes y de normas que amordazaron y que sujetaron cualquier atisbo de
revuelta o de protesta democrática hacia la imposición que
implantaron. El miedo es el principal motor de esa resignación, y no
deja de ser llamativo que exista tanto silencio ante tanta barbaridad
y abuso.
Supieron hacerse con el
poder y aprovecharon la oportunidad que pergeñaron previamente, con
premeditación y alevosía, incluso con violencia. Y usaron la
mentira para ganarse la voluntad de muchos. Después continuaron con
ella y la complementaron con el incumplimiento de las promesas
lanzadas para hacer que la gente creyera en ellos y en ellas.
Y
cuando las cosas se les pusieron en contra, supieron hacerse con
otros socios también silenciados por el chantaje, unos, y por el
compadreo otros. Ambos supieron, y quisieron aprovechar la
oportunidad para unirse en un frente común que atenta contra todo
valor democrático y agrede de manera en exceso violenta a la
inteligencia de las personas, a la buena voluntad de muchas y a la
dignidad de la mayoría.
Y todo eso junto apunta a que se perpetuarán
en el poder. Volverán a legislar contra el pueblo, de hecho ya lo
están haciendo a día de hoy, y parece que pretenden continuar,
ahora gracias a los pactos y los acuerdos que no harán otra cosa que
mantener el secuestro y aumentar la resignación del pueblo español.
Por que, ¿cómo se puede luchar contra todo esto que prepararon
precisamente para que así fuera, legislando para favorecer el miedo,
la resignación y el rendición?
España entera está
resignada, España entera está secuestrada. España se rindió.
¿Y ahora qué? Tan solo
queda una esperanza, y muchos españoles que abandonaron toda
posibilidad de lucha contra esta patraña, contra este atentado a la
Democracia, por parte de los mayores demagogos de la historia de la
humanidad, están a la espera de que alguien, quien sea, sea capaz de
abrirles los ojos para ver lo que realmente están viviendo.
Y cuando
lo descubran, no habrá nada ni nadie que les impida desprenderse del
miedo, olvidar la resignación y dejar de estar rendidos ante la
tremenda y bárbara imposición de los sátrapas que ahora mismo
gobiernan mintiendo y practicando la más atroz demagogia, dando así
por ausente lo que la mayoría de los españoles deseaban y buscaban:
la auténtica, la verdadera y la merecida Democracia.
¡Malditos sean!
¡¡¡PAÍS!!!
Lo que podía haber sido, y no fue.