domingo, 8 de enero de 2017

El secuestro de los españoles y su resignación

En efecto; no hay país democrático que esté en la actual situación en la que se encuentra España. Un país secuestrado por una banda. Un país resignado por la presión y la prepotencia de la misma banda.

A partir de aquel instante en que se empezó a descubrir la verdadera dirección que iban a coger las intenciones de quienes accedieron al poder a base de mentiras y de promesas que luego no se cumplieron, España, y sus habitantes, los españoles, comenzaron a verse secuestrados, y a partir de ese mismo momento, comenzó una resignación que ya dura demasiado tiempo y que apunta a durar otro tanto más. La rendición ante tanta barbaridad, por parte de los españoles, no tiene parangón en la historia de ningún país que se rija por un sistema democrático. 

Y no es para menos. La fuerza con que ejercen el poder y la contundencia de sus dictados, hacen que no quede otra opción que la de la resignación ante semejante abuso de autoridad.

Disfrazados de demócratas mantienen la atención de muchas personas que, engañadas por los medios de comunicación, también secuestrados, lanzan las consignas e influyen de tal manera que favorecen lo que responde a los caprichos de los dictadores que secuestraron a este país a base de leyes y de normas que amordazaron y que sujetaron cualquier atisbo de revuelta o de protesta democrática hacia la imposición que implantaron. El miedo es el principal motor de esa resignación, y no deja de ser llamativo que exista tanto silencio ante tanta barbaridad y abuso.

Supieron hacerse con el poder y aprovecharon la oportunidad que pergeñaron previamente, con premeditación y alevosía, incluso con violencia. Y usaron la mentira para ganarse la voluntad de muchos. Después continuaron con ella y la complementaron con el incumplimiento de las promesas lanzadas para hacer que la gente creyera en ellos y en ellas. 

Y cuando las cosas se les pusieron en contra, supieron hacerse con otros socios también silenciados por el chantaje, unos, y por el compadreo otros. Ambos supieron, y quisieron aprovechar la oportunidad para unirse en un frente común que atenta contra todo valor democrático y agrede de manera en exceso violenta a la inteligencia de las personas, a la buena voluntad de muchas y a la dignidad de la mayoría. 

Y todo eso junto apunta a que se perpetuarán en el poder. Volverán a legislar contra el pueblo, de hecho ya lo están haciendo a día de hoy, y parece que pretenden continuar, ahora gracias a los pactos y los acuerdos que no harán otra cosa que mantener el secuestro y aumentar la resignación del pueblo español. Por que, ¿cómo se puede luchar contra todo esto que prepararon precisamente para que así fuera, legislando para favorecer el miedo, la resignación y el rendición?

España entera está resignada, España entera está secuestrada. España se rindió.

¿Y ahora qué? Tan solo queda una esperanza, y muchos españoles que abandonaron toda posibilidad de lucha contra esta patraña, contra este atentado a la Democracia, por parte de los mayores demagogos de la historia de la humanidad, están a la espera de que alguien, quien sea, sea capaz de abrirles los ojos para ver lo que realmente están viviendo. 

Y cuando lo descubran, no habrá nada ni nadie que les impida desprenderse del miedo, olvidar la resignación y dejar de estar rendidos ante la tremenda y bárbara imposición de los sátrapas que ahora mismo gobiernan mintiendo y practicando la más atroz demagogia, dando así por ausente lo que la mayoría de los españoles deseaban y buscaban: la auténtica, la verdadera y la merecida Democracia.

¡Malditos sean!

¡¡¡PAÍS!!!

Lo que podía haber sido, y no fue.