miércoles, 18 de mayo de 2016

PEDRO SÁNCHEZ, INCAPAZ DE HABLAR DE POLÍTICA, HABLA DE FÚTBOL.

El PSOE, viendo cómo la batalla política la tiene perdida, ha decidido hablar de fútbol. Ya no se plantean la discusión política y quieren llevar al tablero político la discusión futbolera. No teniendo discurso político, el PSOE ha optado por fichar a los Messis y Ronaldos para ver si consiguen un equipo titular para el gobierno que seduzca al personal con el objetivo de llevar a Sánchez a la Moncloa cual Florentino al Bernabéu en días de gloria.
Bueno, a mí esto me parece que podría tener su calado (aunque se trate de una táctica chusca y sin ningún contenido político) si hubieran elegido bien a sus rutilantes fichajes. Pero es que, hasta en esto del fútbol, los dirigentes actuales del PSOE son un auténtico desastre. No se les ocurre nada mejor que fichar a Margarita Robles para, llegado el caso, dirigir el Ministerio de Justicia.
 La jueza que cargó contra el Juez Baltasar Garzón por la ocurrencia que tuvo el cesado magistrado de sentar en el banquillo de los acusados a los dirigentes del GAL. Sí, se dirá que fue ella la que retiró los fondos de aquella organización criminal y que abrió la causa para investigar el secuestro de Segundo Marey. Hombre, hasta ahí podríamos llegar, solo faltaría que no lo hubiera hecho.
 Pero cuando al juez Garzón le dio por investigar la responsabilidad del gobierno de Felipe González en la organización, dirección y financiación del GAL, ay amigo, doña Margarita se echó al monte en defensa de su presidente, arremetiendo contra el juez Garzón de la forma más levantisca que se conoce. Lo triste de esto es que Pedro Sánchez nos va a condenar a una campaña electoral en la que solo se hable del GAL (y luego se meten con Pablo Iglesias por lo que dijo de Felipe González y sus manos manchadas de cal).
El fichaje de Margarita Robles es una provocación que solo nos llevará a lo que acabo de decir, que en la campaña que viene solo se hable de ella y de su defensa del gobierno que, por lo menos, amparó el terrorismo de Estado y el esparramo de los fondos reservados, solaz del gran guerrero Roldán y otros varios que desconocemos.
Después, y por si el fichaje de Margarita Robles nos supiera a poco, ficha al experto de sanidad de Obama, ese presidente que rige (o no) los destinos de un país cuya sanidad (en lo social) es un auténtico desastre; por supuesto, no niego el nivel tecnológico que tienen los centros sanitarios americanos de pago (¡y qué pago!). Un presidente, Obama, que fue premio Novel de la Paz antes de liarla parda en Oriente (el próximo, el medio y el lejano). Y lo elige, por aquello de la cosmética, desechando a un formidable elenco de profesionales de la sanidad como el que tenemos en España.
Ficha, también, a Borrell. Un buen hombre (a mí sí me lo parece) pero que creo que está más que amortizado y nos retrotrae a la época del felipismo.
En fin, que Sánchez, sabiéndose incapaz de desarrollar un discurso político medianamente razonable, decide abrazar el discurso del fútbol. Pues bueno, que le vaya bonito, que va a ser que no. Primero hay que hablar de política y, en última instancia, de las personas más idóneas para llevar a cabo las políticas que a uno le parecen bien. Porque puestos a hablar de fútbol, me temo que Unidos Podemos también le va a ganar al PSOE por goleada.

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