miércoles, 11 de octubre de 2017

¿QUIÉN NOS GOBIERNA? ¿EN MANOS DE QUIÉN ESTAMOS? (Parte 1)

Entrar en ese debate en profundidad nos llevaría a escribir sin parar desde aquí a la eternidad. Quién nos gobierna, y en manos de quién estamos, tiene unos vericuetos que para sí quisieran muchos columnistas, politólogos, resabiados periodistas o analistas de pro. No es fácil entrar en las entrañas de los que realmente manejan todo esto. Hay que ir mucho más allá de las cabezas visibles y hay que profundizar muy hondo para alcanzar a comprender un mínimo de lo que está pasando en este país. Y en el por qué.

Es por esto que considero que los ciudadanos de a pie nos debemos centrar en lo que está en nuestras manos, en lo que depende de nosotros, y eso lo tenemos ahí, en la cabezas visibles, en los trajes y corbatas que visten a los que vemos y oímos todos días, para nuestro sufrimiento y nuestra inquietud. Y ni siquiera eso, porque a poco que nos paremos a pensar, quizá alcancemos la conclusión de que no todo está en nuestra manos. Posibles pucherazos son un ejemplo de que, por mucho que hagamos, el resultado será siempre el mismo. Y así las cosas, ¿qué hacer, aparte de desquiciarnos, desesperarnos e incluso llegar al desánimo? A esta tesitura ya llegaron muchas personas, y desde el instante en que se dieron cuenta de que poco o nada pueden hacer (o al menos eso es lo que creen), han decidido bajar los brazos, sentarse a ver la vida pasar, tratar de disfrutar sin mirar a los lados (incluso sin mirar al frente) y tirar hacia adelante como puedan. Olvidarse de todo, no meterse en nada, dar todo por perdido, y dejar que ocurra lo que tenga que ocurrir. Esa es una de las mayores desgracias que le puede pasar a un país, y en este estamos es esas.

Y ahí radica una de las razones para pensar en quién nos gobierna y en manos de quién estamos, porque podemos alcanzar a comprender que, quienes deseaban que esto sucediera, lo han conseguido. A partir de ahora, a partir del instante en que se dan cuenta que lo han conseguido, empiezan a hacer lo que les da la gana. Y a partir de ahí, esto.


¡Y lo que te rondaré, morena!

Tititokokoki