¿Cuántas más pruebas
se necesitarán para decidir, quién tenga que decidirlo, que el PP
es un partido ilegal, que debe estar fuera del poder y de las
Instituciones Públicas y que además de esto, sus dirigentes deben
ser juzgados y apartados de la vida pública de este país e
inhabilitados para ejercer cargos públicos de por vida?
¿Y quién debe
decidirlo? ¿Los jueces, los fiscales, la abogacía, el Poder
Judicial en general?
¿El PSOE?
¿O debemos ser la
ciudadanía con el apoyo de otros partidos políticos contrarios al
PP y al PSOE?
¿Quién debe iniciar,
quién debe tomar la iniciativa?
España entera, si los
medios de comunicación así lo deciden, está al borde del colapso
total, en el mismo borde del abismo. España está a punto de
romperse en mil pedazos.
El PP está siendo el
fatal protagonista de la peor era de la historia del país. Su
cinismo, su hipocresía, su falsedad, su indecencia, están
alcanzando niveles insoportables.
La Democracia se
resquebraja mientras sus peores enemigos, la mentira y la Demagogia,
se elevan cada vez más y ocupan más lugares. Pueden todos contra la
Democracia y ésta, herida de muerte, se tambalea a cada golpe que
recibe de los desgraciados que la maltratan. Se asfixia a cada golpe
de cadera de sus violadores. Se retuerce y muere lentamente a manos
de los salvajes que viven a su costa sin que nadie, absolutamente
nadie, mueva un dedo ante la presencia de semejante ejecución
pública.
En España domina la
corrupción, mandan los que la protegen y predominan los que saquean
al país a base de decretazos, de nombramientos a dedo que secunden a
los que decidieron apostar por este estado de cosas.
España es un erial, una
piara, un país lleno de alimañas, una tierra asolada por los
depredadores que todo lo arrasan. España es el feudo de los que
forman la manada que decidió ocuparla para llevar a cabo sus
tropelías, sus fechorías y sus indecencias.
España es el país en el
que todos quieren ser como sus representantes y forman largas colas
pretendiendo que les llegue su turno para delinquir.
Y esas colas se
manifiestan en el día de elecciones, durante los cuales se les ve
camino de urnas con el papelito en la mano orgullosos de su hazaña.
Y encima se permiten
esquilmar, se dan el lujo de atosigar, se ofrecen a sí mismos el
placer de ahogar al débil, de asfixiar al necesitado, mientras de
llevan la riqueza del país a sus bolsillos, a sus cuentas en
paraísos fiscales, debajo del colchón o escondidos en la viga de
sus casas, de sus mansiones, de sus cortijos.
Desde la financiación
ilegal, pasando por los sobres y los sobresueldos, los pagos en B,
las aportaciones ilegales de empresas, las concesiones a las empresas
amigas y el posterior cobro de tantos por ciento, la participación
en tramas corruptas, el incumplimiento de directrices europeas,
acabaremos por comprobar también que, además de ganar elecciones
con mentiras, y con promesas que a continuación no cumplen, lo hacen
también con trampas, muestran un cinismo insoportable y niegan que
todo aquello de los que se les acusa carece de base legal por falta
de pruebas o por papeles que no dicen nada según ellos.
Y por si no
fuera suficiente, power points sobre cómo financiarse de manera
ilegal sin que el Tribunal de cuentas lo note.
¿Para cuándo será que
el PP sea declarado ilegal? ¿Para cuándo, PSOE?
¡Malditos sean,
papanatas!
Tititokokoki