viernes, 17 de julio de 2020

PERSONALIDAD CABEZOTA

Leo en una revista uno de esos mal llamados “test de personalidad" y no deja de admirarme lo similares que en realidad somos todos, tanto que al final llego a pensar que hay una única personalidad humana universal y lo demás son insignificantes variaciones que con frecuencia inflamos para creernos distintos y especiales. Eso, o que mentimos como bellacos. O que nos molesta investigar sobre nuestro verdadero yo. O que nos da pereza. O que tememos descubrir que no existe. Vaya usté a saber.

El caso es ¿qué se responde cuando se le pregunta a alguien sobre cual es su mayor defecto? No me baso en evidencias estadísticas, conste, pero creo acertar si digo que una considerable mayoría de nosotros afirmará lo siguiente: soy… ¡“CABEZOTA”! No falla, os animo a realizar la prueba.

Bien, analicémoslo: cabezota es un término coloquial para designar que una persona es obstinada, intensamente obstinada incluso. Perfecto. Ocurre que el término suena a indulgencia. Lleva a pensar en un defectillo de nada, pura “pecata minuta” hasta graciosa y pizpireta, por tanto perfectamente perdonable. En principio, algo bastante alejado de lo que podríamos definir como una persona que le gusta salirse siempre con la suya en cualquier circunstancia, sin tomar siquiera en consideración las opiniones más o menos razonables de los demás. Y sin embargo, la diferencia no es de sustancia sino de grado.

Vaya, un/a simpático "cabezota" para sí mismo, puede que para los demás sea un intransigente y déspota insufrible ¿qué necesidad entonces de autodefinirse públicamente de esta forma? ¿acaso no hay otros defectos confesables de la propia personalidad, que no dan a entender que eres un Hitler en miniatura? Insisto, haced la prueba: no lo hay.

Lo más divertido es cuando al cabezota se le consulta su mayor virtud: soy… ¡constante! Un momento, hilemos: constante, tenaz, firme, persistente, obstinado… CABEZOTA!!! Bueno, no exageremos, también suele abundar otra respuesta ya clásica: soy muy perfeccionista. Hilemos de nuevo: perfeccionista, escrupuloso, minucioso, tenaz, persistente, obstinado …¡CABEZOTA!.

Y luego están los peores defectos del ser humano, según el cabezota. A saber, y por orden de mención: la mentira, la hipocresía, el egoísmo, el odio, la envidia, el rencor, la avaricia… ¿de todos los seres humanos conocidos y por conocer, alguno se reconoce o reconocerá públicamente así? Nadie, no hace falta ningún test. Pero hay algo aún más gracioso: nadie sabe si la veleidad, o el ser acomodadicio, condescendiente, voluble, amoldable… es un defecto o una virtud, sencillamente parece no existir como rasgo humano autorreconocido y reconocible, ni positivo ni negativo. Si no fuera por el célebre chiste ("doctor, mi mujer dice que no tengo personalidad"… el resto ya lo sabéis)

En resumen, se diría que el simpático Hitler en miniatura considera que un mentiroso o un egoísta es más malvado que un tirano. O peor aún: que esconder de sí mismo los rasgos propios de la personalidad reduciendo virtudes y defectos  –y rebajándolos– a una única caricatura que pensamos inocua, graciosa, y en apariencia digna de toda disculpa, significa que no puedes "atesorar" algo más que eso: un asesino en serie y ladrón de indefensas viejecitas, por ejemplo. Por cabezonería / tesón.

Mickdos