viernes, 1 de mayo de 2020

CORONAVIRUS ¿SILENCIO O MIEDO?: ACCIÓN

¿Cuál es mi intención al escribir esta entrada? Sé que no voy a convencer a nadie, que obtendré un cierto nivel aquiescencia y que nada cambiará. Sólo una cosa sí: lo que tenía dentro, haciendo ruido en mi mente, ahora está fuera y ya no tiene la capacidad de enredarme. En vez de seguir rumiando palabras, las expongo y AHORA me comprometen a ser coherente con estas ideas.

Basta seleccionar y ordenar las aportaciones que uno lee en este Blog para poder escribir infinidad de entradas: Pura metáfora de nuestra vida, que es una selección de hechos a los que damos el significado que consideramos adecuado a nuestro Ego.

Antonio habla del SILENCIO ("el sublime silencio audible para todos y en el más universal de los idiomas"): ese es el regalo que nos ha traído el coronavirus: la ocasión de callar, de pararnos para constatar que la vida no consiste en correr de un tópico a otro: estudiar, trabajar, medrar, divertirse y, agotados, acabar en una caja de pino.

El silencio es sobrecogedor, sé de personas que se han mareado contemplando el cielo nocturno, abrumados por una inmensidad de la que formamos parte, pero no como "reyes de la Creación", sino como seres con el privilegio de ser conscientes de esa belleza y armonía.

El silencio puede ser nuestro aliado: ante tanta palabrería, basta mirarle para que el demagogo quede en evidencia porque se alimenta como sanguijuela de nuestras réplicas. Si no se le sigue el juego de confrontación, se desvanece como los hombres grises de Momo (Michael Ende) que se nutrían del tiempo robado a las personas.

Mucho más exigente es hacer Silencio Interior, porque ahí reina nuestro Ego empeñado en proteger una imagen construida a lo largo de muchos años. Pero es el silencio mental el que nos hace libres.

Matinada hablaba del MIEDO ("el depredador más nocivo del espíritu propio") pero que todos traemos de serie, emoción "negativa" pero que tenemos que afrontar. Nos habla del miedo a la muerte de un ser querido, y a todos se nos estruja el alma al pensar en la posibilidad de la muerte de un hijo: es lo más terrible que uno puede imaginar. Pero no está en nuestra mano: puede ser el coronavirus, un cáncer o un accidente quien nos arrebate a la persona amada (Mi idolatrado hijo Sisí, de Delibes, lo cuenta magistralmente). ¿Cómo no volverse loco, o deprimirse, ante esa fragilidad?

Pues con humildad, asumiendo la impermanencia de todo, y apostando por cuidar cada día a las personas cuando sí están con nosotros, valorando cada instante Presente.

El miedo es una magnífica herramienta evolutiva para la supervivencia: hace que huyamos de lo que pone en peligro nuestra integridad física. Curiosamente, lo que nos salva nos destruye al no saberlo usar: cuando al miedo nos lo llevamos dentro, en el recuerdo, el enemigo permanece en nuestra mente y nos destroza, bloquea y anula.

AHORA "TODO" ES CORONAVIRUS

La respuesta de cada persona puede ser Silencio o Miedo, porque es incuestionable AC/DC: lo que hubo antes ya no será, y lo que haya DESPUÉS está en manos de cada uno (un ejemplo es Matinada, salvando vidas a pesar del "bicho" que acecha).

En otra entrada ya hablé del Solipsismo. Hay una Realidad inabarcable, pero cada uno construye SU MUNDO dentro de su cerebro, y puede decidir "pastilla roja o pastilla azul", ponerse a favor de la Fuerza o pasarse al Lado Oscuro.

Aquí hace acto de presencia el tercer (y último) comentarista, mi adversario MICKDOS. En una cosa tiene razón: uno no es quién para decir a nadie qué tiene que pensar ni cómo comportarse (lo que nunca ha sido mi intención, por otro lado). Pero en otra cosa se confunde: cree que los 7.500 millones de humanos van a asumir seguir sometidos a la dictadura del Dinero. Habrá media humanidad que sólo puede pensar en la mera subsistencia (gracias a la miseria que agrava el capitalismo), pero otra media humanidad, con la barriga llena, podemos decidir hacia dónde movernos.

Mi tesis es así de pueril, sencilla, casi ridícula:
Cada persona puede elegir hacia dónde da cada paso, en cada momento, sabiendo que se mueve entre dos extremos:
– A favor de los Derechos Humanos, en beneficio de la mayoría social,
– O a favor del Dinero, al servicio de cada vez menos individuos, pero más poderosos.

Soy tan simple que defino dos polos de referencia: un movimiento hacia la Izquierda es una apuesta por la Humanidad Civilizada y un movimiento hacia la Derecha supone apoyar el Individualismo del Progreso Consumista y Depredador de personas.

No voy a defender a partidos que se llaman de Izquierdas pero sólo son caricaturas de lo que pretendemos la mayoría, pero sí denuncio a los partidos de Derechas que son monstruos de mentiras al servicio de los dueños del sistema financiero.

Sé que no hay un camino definido para alcanzar la Utopía como dice Galeano


Tengo la certeza de que hacia la Derecha nos espera el abismo que puede acabar con la humanidad: a medio plazo está el Cambio Climático, pero el Colapso Económico en España ya existe y nos espera en cuanto salgamos del confinamiento.

Que cada cual piense en qué dirección le mueve cada una de las decisiones que toma cuando compra, cuando trabaja o cuando opina.


Sentido común