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Cuando nuestros hijos nos
pregunten ¿pero es que no visteis venir
esto? ¿por qué no hicisteis nada? No quiero quedarme con cara de tonto, y
excusarme diciendo: es que no estaba
claro, es que nadie tomó la iniciativa, es que los demás tampoco hicieron nada.
Ya se me ha quedado cara de
gilipollas cuando Pedro Sánchez “me” ha dejado, como votante de Unidas Podemos,
tirado a la puerta de la Moncloa como el perro fiel dispuesto a morder a la
derecha.
Me gusta la Historia y la
literatura, y sé que puede pasar cuando no damos la cara en el momento debido.
Bertold Brecht: “Primero vinieron a por
los socialistas(...) Luego vinieron a por mí.” La masacre nazi no sólo
supuso la muerte de 50 millones ni el final de una civilización industrial y
culta. El haber dejado tirados a los judíos les hizo entender que nadie iba a dar la cara por ellos, y que su
supervivencia como pueblo dependía de hacerse dueños de las finanzas del mundo,
por eso la mitad de ellos viven en EEUU, ya sin miedo a ser perseguidos.
Los ingleses no se solidarizaron
con los mineros frente a Margareth Thatcher, ni los yanquis con los obreros
empobrecidos en tiempos de Reagan, y eso consolidó el Neoliberalismo cuya
cumbre ha sido la crisis del 2008 y el posterior enriquecimiento de unos pocos
a costa de la inmensa mayoría.
Quiero destacar tres frentes
cercanos, a los que podemos dar nuestra respuesta, limitada, pero eficaz. El primero, el auge de la Derecha. Será
mala, pero no tonta. Ya han visto que no funciona el Trifachito, por lo que se
convertirán en Derecha Bifronte, liquidando al PP que ya está amortizado tras
30 años. Se recupera el bipartidismo PsoE/Ciudadanos, ambos sumisos al IBEX. Pero
con una Ultraderecha deseosa de medrar, que hace que Podemos se perciba como
extrema-izquierda, cuando son unos simples socialdemócratas, ya inofensivos. Aun
así, entiendo que hay que apoyarles, porque es la Izquierda en las
instituciones, y disponemos de un mes para colaborar en sus campañas
municipales, en 12 autonomías y en las elecciones europeas, que es donde se
decide la línea económica de todas las naciones europeas. El parlamento europeo
está controlado por el Neoliberalismo, y la voz de la Izquierda tiene que ser
fuerte allí: “Unidas Podemos cambiar
Europa” lo dice claro. Sé lo mucho que se juega Madrid, lo mismo que afecta
a las demás autonomías: educación, sanidad, servicios sociales, política sobre
sostenibilidad y contaminación. Para mí, Madrid
en Pie es la alternativa de la Izquierda. Puede que no dé fruto inmediato
(es posible que haya mayoría de derechas) pero hay que mostrar y dignificar un
gran espacio de izquierdas, ya que el PsoE se conforma con el centro político.
Mucho más importante es el segundo tema: el cambio climático. Se
lleva décadas planteando el lejano 2020 como punto de no-retorno; el
exsecretario de la ONU lo afirmó en el 2018. Pero ha tenido que ser una niña de
15 años, Greta Thunberg, la que lo haya planteado en la Cumbre del Clima. La
han seguido los jóvenes que han bloqueado durante días la City londinense.
Tengo la convicción de que el
Decrecimiento sereno no es una utopía: se puede reducir el consumo de energía
en el hogar y en los desplazamientos; se puede disminuir el consumo de
plásticos; se pueden reutilizar la ropa, los libros, los juguetes. Se puede
optar progresivamente por una “moneda” de trueque para intercambiar bienes y
servicios: uno pone a disposición de la gente del barrio o del pueblo cosas que
posee o tareas que sabe realizar, y recibe un “vale de tiempo” para solicitar
ayuda cuando la necesite. Es mucho más que ahorrar: supone generar una
verdadera Red Social, una estructura de confianza mutua entre los vecinos: lo
que siempre hubo pero se perdió por el individualismo de esta época. Por una
vez, Internet no sirve para que usen nuestra información personal, sino como
medio ágil para conectar personas reales que desean compartir su tiempo o
algunos bienes infrautilizados.
Un tercer y último frente, pero
lo más esencial porque está en manos de cada uno, es el cambio hacia una actitud positiva. En este enlace se explica la
diferencia entre vivir en el estrés (cortisol) y vivir de forma armónica
(serotonina):
El enfoque que propongo es muy
simple: “Agradecer, disfrutar, compartir, confiar”. Agradecer lo pasado,
sabiendo que los hechos son inmutables, pero que el recuerdo se puede modificar
a nuestro favor, pues reside en nuestra mente de forma subjetiva.
Agradecimiento a las personas que nos han querido, estimulado, enseñado, o
compartido juegos, conversaciones (dénse ustedes
por aludidos) o proyectos.
Disfrutar de lo que somos: de nuestra salud, curiosidad, capacidad
de abrazar y de crear. Apreciar lo que hay a nuestro alrededor, lo poseamos o
no. Participar en el mundo: el trabajo puede ser un fluir entre lo que
recibimos y ofrecemos, no una esclavitud alienante; el ocio puede ser creativo
o relajante, no un acto de consumo compulsivo.
Confiar en los demás, saber que muchos estamos actuando por un
mundo más digno. No crisparnos porque el otro actúe erróneamente, sino hacer
bien nuestra tarea. Una máxima en el
mundo hay un 1% de gilipollas, es obvio que no me voy a librar de encontrármelo.
Una realidad: también hay un 1% de gente
admirable o entrañable, al que uno debe acercarse.
No pretendo dar un sermón o una
receta: es mi hoja de ruta. Sé
perfectamente cómo mi actitud afecta a quienes conviven conmigo; cómo el hogar
se hace acogedor con una sonrisa o se crispa por un gesto desabrido.
Sé que cuidar la salud se basa en
respirar serenamente, alimentarse con equilibrio y realizar ejercicio físico. Y
sé que la enfermedad casi siempre llega por los malos hábitos. Sé que hablar
criticando va minando el humor (PNL, Programación NeuroLingüística) y que
opinar positivamente ayuda a construir y sanar las relaciones.
Sé que tenemos una sola vida, con
un número limitado de días: es nuestra elección disfrutarlos como un humano
sereno y fluido, o consumirlos con una actitud depredadora e insolidaria.
Sé que para cada lector
esto tiene un significado distinto. Pero sé que cada uno sabe qué opción le
hace feliz y cuál no. Somos libres para elegir cómo tomarnos las cosas: con
humor o con rencor.
Creo que en todos los ámbitos de
la vida podemos aportar nuestro granito de arena para hacerla más grata, para
uno, para los demás y para el futuro de nuestros hijos.