lunes, 26 de marzo de 2018

LA PERMANENTE BURBUJA QUE ES ESPAÑA

Vivimos en una burbuja permanente. Esa es nuestra gran esclavitud, esa es nuestra condena.

Una burbuja que ya perdura cuarenta años. Cuarenta y dos, si las cuentas las hacemos desde que la Transición hizo acto de presencia para dejarnos estos lodos fruto de aquellos polvos que nos echaron, y que nos echamos, cuando nos hicimos una monumental paja mental al creer que nos íbamos hacia el paraíso, hacia jauja y bicoca. Cuando creíamos que esto iba a ser el maná.

La hostia fue monumental, la hostia está siendo escalofriante. La hostia es de una dureza descomunal. Ahora nos duele desde el pelo de la cabeza, hasta las uñas de los pies.

¿Y de qué vale ahora lamentarnos? ¿No habría que empezar a pensar mejor en tomar decisiones y en hacer frente a los problemas que tenemos, con soluciones acordes a esos problemas?

No es cosa baladí lo que nos está ocurriendo. Tiene más importancia de la que muchos españoles le dan, y va más lejos de lo que el resto de españoles nos creemos. Esto no conduce a otra cosa que a la burbuja permanente, a la vejiga a punto de reventar permanentemente, a la ampolla que sale del grano que no se supo curar a tiempo y en modo eficiente. Es el glóbulo en el pie que estalla a cada paso que damos, es la pompa de jabón que por su clara y evidente fragilidad acabará por estallar justo delante de las narices. De nuestras narices.

Hemos creado, o mejor dicho, lo han creado así, una enorme burbuja que cada dos por tres se rompe en mil pedazos. Y por cada burbuja que nos estalla, nos crean otra, y otra, y otra. Cuando no es una burbuja inmobiliaria, es una bancaria, y cuando no es una burbuja política, judicial o corrupta, es una burbuja de los ricos. Y cuando no, es una de Florentino o una de autopistas. Y será la de los nuevos ricos la próxima burbuja que nos estallará en todos los morros.

Todos aquellos que se hicieron ricos mientras los demás pagábamos a escote los desmanes de los que gobernaron para que unos pocos se hicieran ricos, nos va a estallar en el momento en que estos nuevos ricos decidan que en España nanai de la china a la hora de pagar impuestos o a la hora de emplear esos dineros en el país. Esa burbuja se deshará como jabón en agua y la espuma que se formará no nos dejará ver el lugar en el que destinarán sus riquezas, ganadas estas a golpe de estafa, de saqueo o de robo directo y delante de nuestras narizotas. No nos dejará ver nada, además de ahogarnos con sus gotitas malignas que salpicarán a los de siempre. La burbuja de los ricos va a ser la siguiente en estallar, y de esa burbuja, harán, los que vengan, su nueva excusa para declarar la herencia como nula o insuficiente, tal como hicieron anteriormente otros con otros. Y la pregunta surgirá de nuevo. Mejor dicho, la hacemos ahora antes del estallido final:

¿Y quién va a pagar esa nueva burbuja? ¿Lo sabéis ya, o esperamos a que estalle para hacernos esa pregunta, y muchas otras más?

La permanente burbuja en la que vivimos, no es más que una fea y obscena ilusión por alcanzar algo inalcanzable, sobre todo si continuamos con estos mismo mimbres o con estas misma manera de hacer. Nunca, así nunca se alcanzarán metas que perseguíamos, y que seguimos tercamente persiguiendo, si no cambiamos la manera de romper con estas burbujas en que nos tienen permanentemente encerrados y ciegos, aislados y petrificados. Así, jamás.
El cuento ya dura demasiado, además des ser aburrido y soez.

¡¡Basta ya, coño, basta ya!!

Tititokokoki

jueves, 22 de marzo de 2018

LA SOCIALDEMOCRACIA DEL SIGLO XXI, Y LA DEMAGOGIA, CONTEMPORÁNEAS


En efecto, la socialdemocracia de este siglo es el instrumento que usan determinados partidos políticos para tratar de atraer la atención de los votantes, pero que no dejan de ser los mismos lobos que los neoliberales, solo que lucen distinto collar. Es lo único que cambia en estos que pretenden eliminar al neoliberalismo para hacerse con las riendas del poder y para seguir haciendo lo mismo que estaban haciendo hasta ese instante, ellos, los neolibelares.

Y en este apartado nos encontraremos con todos y cada uno de los mal llamados Partidos Socialistas de los distintos países de Europa. Salvando excepciones, eso sí, como pueden ser países como Suecia, Noruega, Finlandia, entre otros, que ya lucen en su forma de gestión con una socialdemocracia auténtica, o como mínimo, con tintes de este movimiento político/social.

Concretamente en España, nos encontramos al PSOE (Partido Socialista Obrero Español) que cuenta con la mayor dosis de demagogia contando cuentos sobre la socialdemocracia y soltando arengas cargadas de intenciones sobre socialdemocracia. Pero de ahí a la realidad, va un trecho bastante largo, pues este partido es desde hace tiempo el aldabón necesario de la derecha española y del neoliberalismo imperante. Otro de los que se erigen en socialdemócratas son los de Ciudadanos, y eso hace que la posibilidad de alcanzar dicha ideología, sea cada vez más increíble y nada efectivo. Tan solo se trata de ganar elecciones, pero la socialdemocracia jamás llegará de la mano de esos dos partidos. Nunca. Por lo tanto, son demagogos mentirosos.

Y sí, se puede decir que hay algunos partidos en Europa que apuestan por esta manera de gestionar la política, pero esos no ganan elecciones. En España encontraremos algunos, por ejemplo Unidos Podemos, pero insisto, estos no ganan elecciones. Para desgracia de España, y de Europa.
La socialdemocracia nació como un estilo de gestionar la política orientándola a la justicia social, al reparto justo de la riqueza, y a una Democracia representativa, entre otras cosas que lo diferencian del neoliberalismo, pero en estos instantes es más una entelequia que una realidad palpable o posible. Y si aquellos partidos, como es el caso del PSOE o Ciudadanos, llegaran a ganar elecciones, podríamos comprobar que se volverían a repetir las promesas electorales que en su momento hizo el PP, y que le permitieron hacerse con el poder, se volverían a repetir, solo que esta vez de boca y mano de otros demagogos. Los mal llamados socialdemócratas.

La socialdemocracia pretende hacerse con el poder, pero si lo hace, será dentro de este sistema capitalista, tal como rezan sus preceptos, lo que hará que el fracaso sea estrepitoso y no se alcanzarán los objetivos sociales, de justicia o de Estado de Bienestar, que prometen o dicen perseguir. Es por esto que tan solo cabe pensar en que ganen las elecciones partidos como Ciudadanos con el mensaje socialdemócrata, pero eso no hará otra cosa que no sea prostituir a la socialdemocracia y llevarla a su total destrucción y desaparición.

Pero existen indicios de que algo está cambiando en esta Europa más desunida que nunca, y si bien de un lado aparecen fuerzas políticas de extrema derecha, también es cierto que a la vez asoman aquellos partidos que sí representan a la socialdemocracia, lo que acabará por consolidarse finalmente, aunque no sin serios tropiezos y determinadas zancadillas de los diferentes sistemas financieros y empresariales que no desean que esto se produzca. No en vano, esos colectivos capitalistas apoyan más a los PSOE o a Ciudadanos, lo que redunda en la creencia ya asentada de que esos no son precisamente los dignos y legítimos representantes de la socialdemocracia.

Y si no, que vengan los auténticos socialistas, o los socialdemócratas, y nos lo cuenten.

A partir de aquí, a ver qué hacemos en urnas. Si es que queremos de verdad socialdemocracia.
Pero de la de verdad, ¿eh? No de la otra.

Tititokokoki

lunes, 19 de marzo de 2018

ESPAÑA, ESE CURIOSO PAÍS

“Os digo que vendrán los comunistas y os quitarán vuestras casas”.

Y les votaron, acabando por quitarles sus casas.

“La izquierda no subirá las pensiones. Nosotros sí”.

Y les votaron, comprobando quién les quitaría el poder adquisitivo a sus pensiones.

Y ocurre con todo igual. Les dicen que son el partido de los trabajadores, y reciben el voto. A continuación, precariedad, austeridad y Reforma Laboral, con la consecuente caída en picado de derechos, de sueldos y de calidad de vida.

No sé qué debe ocurrir en este país para que la gente, en su mayoría, deje de creer en los políticos mentirosos y en los bocazas de feria que recorren todo el Estado español en campañas electorales más cercanas al insulto a la inteligencia y a estafas, que a buena praxis y mejor voluntad de servicio.
Hay algo en el ambiente que denota un tufo a estulticia y a ignorancia. No se acaba de entender que la gente no sea más exigente.

Ahora mismo tenemos un dilema. Si a los pensionistas les suben las pensiones, estos les votarán de nuevo, tal como reconocen ellos al decir que pusieron ahí a quienes ahora les ahogan. ¿Y no sería más lógico el que el rechazo fuera unánime y que este sirviera de aprendizaje para quienes cogieran a posterior el bastón de mando? ¿No se merecen acaso un buen escarmiento?

Pues estoy por apostar que nada va a cambiar y que todo seguirá igual que hasta ahora. De hecho, los que gobiernan lo saben y lo que han preparado es el relevo a sus intenciones en las manos de Ciudadanos. Estos serán los que le den continuidad a la patraña que montaron unas cuantas familias poderosas en este país curioso.

¿No es hora de darle un cambio a todo esto comenzando por exigir a la clase política que, además de cumplir sus promesas electorales, cumplan también con aquello para lo que son elegidos, que no es otra cosa que el servicio al pueblo?

De los pensionistas, de las mujeres, de los parados o los afectados por la privatización de la Sanidad depende todo esto. Depende también de los que queremos más y mejor Democracia, de los que queremos que la libertad de expresión sea eso, libertad de expresión. Depende de los que se han visto atacados en sus derechos, y depende también de aquellos que se han quedado sin derechos, como por ejemplo, los discapacitados, los dependientes o los que precisan de ayuda para poder llegar a fin de mes.

Dependerá de lo que decidan aquellos que viven en precario mientras ven que los poderosos, los adinerados o los que más tienen, ahora tienen más. Dependerá de los que consideren un atentado a su dignidad el hecho de que se rescaten empresas mientras ellos no tienen para darle de comer al menos dos veces al día a sus hijos. Dependerá de lo que decidan quienes están viendo que estamos ante un Estado fascista y retrógrado, represor y practicante de políticas de miedo y de censura. Si es así, y la gente de este curioso país lo ve, podemos estar ante una nueva y prometedora era, y podremos llegar a ser un país referente por su curiosa manera de elegir a los políticos que después nos gobernarán. Pero si no es así, que creo que no lo será, entonces segurimos siendo lo que hasta ahora nos ha identificado: ESPAÑA, UN PAÍS CURIOSO.

ESPAÑA, ESE CURIOSO PAÍS.
¡¡¡Patético!!!

Tititokokoki

jueves, 15 de marzo de 2018

LOS PILARES DEL CONSENSO


A requerimiento del comentarista Titito, hablemos de cosas importantes y aburridas. Por ejemplo, de Sanidad y Educación, los dos grandes servicios públicos de toda Democracia moderna.

Son los dos pilares principales sobre los que se asienta el Estado de Bienestar y el principio motor de este, la igualdad de oportunidades. Porque sin salud ni formación, la igualdad de derechos no es real ni efectiva, no es posible que quien no puede pagarse de su propio bolsillo estas prestaciones tenga iguales oportunidades en la vida que quien sí puede. El consenso en Occidente sobre esto es tan grande que ni los partidos xenóbofos de extrema derecha se atreven a cuestionarlo. Es lo que se ha denominado el consenso socialdemócrata.

Las partidas presupuestarias han sufrido recortes por la crisis, pero el consenso es tan sólido que lo previsible es que cuando las arcas públicas vuelvan a estar razonablemente saneadas, las partidas recuperen el nivel pre-crisis e incluso vayan aumentando poco a poco, año tras año. El consenso lo va a reclamar, a exigir, cualesquiera que sea el partido o ideología en el gobierno. Al contrario de lo que se dice, no está en peligro la educación y la sanidad pública; no pueden estarlo, puesto que entre la ciudadanía nadie lo quiere, y no se atisba en el horizonte un movimiento en su contra.

Con el consenso político asegurado a medio y largo plazo, los medios financieros se buscan y se pueden y deben encontrar. Los ingresos del Estado dependen de la actividad económica: trabajo y capital son sus dos factores. El Estado por sí mismo no tiene recursos, sino que se los proporcionan dichos factores. A través de impuestos o deuda que deberán amortizar los factores con los excedentes que generan por su actividad, sosteniendo así los pilares de los dos grandes servicios públicos. Por tanto, por debajo de los dos pilares del consenso, tenemos otros dos equilibrando todo el sistema. Trabajo y capital son los pilares invisibles pero reales que hacen posible la igualdad de oportunidades, o mejor dicho, la única oportunidad de avanzar hacia esa oportunidad. No hay otro camino que se conozca.

La Sanidad española tiene poco o nada que envidiar a las mejores del mundo. Magníficos profesionales, medios materiales excelentes, una red razonablemente densa de centros y recursos para llegar a todo el territorio. Hay quejas, sí, por los tiempos de espera para recibir atención, que serían menores con mayor cantidad y calidad en medios humanos y materiales. Incremento en la calidad y cantidad de medios que también es razonable irá a más, y no a menos, a medio plazo, por todo lo apuntado anteriormente.

La Educación es políticamente pilar más sensible, siempre sujeto a la controversia del adoctrinamiento y el continuo cambio en las leyes que regula la materia, así como las diferentes filosofías de escuela que existen, y deben aprender a coexistir. Pero al margen de la polémica política, la Educación pública garantiza que todo ciudadano recibe una formación gratuita y obligatoria hasta los 16 años, sí o sí, en un marco muy dinámico de continuo esfuerzo, revisión y mejora de la comunidad educativa para atender todas las necesidades y potenciar las capacidades del alumno. Y esto no va a cambiar, yo diría que nunca, en países de raigambre cultural occidental. Los pilares del consenso no son los Pilares de la Tierra, pero casi.

Mickdos

domingo, 11 de marzo de 2018

¿Y QUIÉN PAGA TODO ESTO?


Según diversas fuentes fiables, los directivos de los diferentes y más fuertes bancos de este país se embolsaron alrededor de 70 millones de euros de vellón durante 2017. A eso hay que añadirle otros 11 millones que se fueron a sus planes privados de pensión, pagados esos sí, por los mismos beneficios que salieron de esos bancos.

 De otro lado, las eléctricas. Los directivos de estas empresas se llevaron a sus bolsillos nada menos que 13,7 millones de euros del ala. En el caso de los bancos, el suculento botín se lo reparten entre los cinco principales bancos del país, pero si nos vamos al conjunto de la banca, la cifra alcanza más de 225 millones entre los más de 125 directivos actuales.

Para el caso de las eléctricas, el botín se lo reparten entre las tres principales, o sea, Fenosa, Iberdrola y Endesa. Y de un lado, es decir, la banca, ese insulto a la inteligencia, esa aberración, esa humillación, nace y crece después de haber sido rescatados por más de 50 mil millones del ala de vellón, y sin haber devuelto ni un euro. En el caso de las eléctricas, el botín se lo reparten después de haber subido la luz un 10% este año, y un 70% acumulado en los últimos seis/siete años.

 Y al lado de todo esto, hay víctimas. Unas mortales, otras sufriendo en vida los embistes y los embustes de unos fanáticos irreformables que abusan de la gente de bien de este país sin ruborizarse lo más mínimo y sin dar señales de arrepentimiento o de culpabilidad. Menos aún de un mínimo sentido de la responsabilidad y de lógica sobre humanidad. Son bestias pardas, son los monstruos depredadores sin escrúpulo alguno y sin el más mínimo sentido de la decencia.  Y de todo esto ya sabemos tres cosas.

Una es quién cojones paga todo esto. La otra es quién hostias lo consiente. La tercera es que sabemos quiénes son los principales beneficiarios. Y en esta última nos encontramos con los dos casos últimos a la vez.
O sea, que las puertas giratorias de esas empresas son las que se abren a aquellos que les consintieron hacer lo que hacen, por lo que salen beneficiados y con ciertos elevados y desproporcionados privilegios, a la vez que los otros beneficiarios, los empresarios de esas entidades, que abren sus puertas a quienes antes les dieron prebendas para conseguir los beneficios que ahora tienen, también salen beneficiados. Mientras, a los demás se nos queda una cara de gilipollas que no tiene parangón en la historia de la humanidad de este planeta al completo, pues lo pagamos todo de nuestros bolsillos, y en silencio.

De una parte la Reforma Laboral llena de esclavitud, gracias a la cual se llevan enormes beneficios los otros. Del otro, el recibo de la luz, las distintas estafas bancarias, preferentes mediante, hipotecas después, comisiones indecentes por delante, y desahucios que no paran, con las manos de los banqueros esperando las llaves que caerán en sus manos para después hacer negocios más indecentes aún, y acumulando más víctimas en vida, al margen de algún que otro suicidio, disfrazado este de violencia de género o de desequilibrios mentales puntuales y aislados.

Y a continuación nos dicen que empecemos a ahorrar para nuestras pensiones futuras y para le educación de nuestros hijos. Y no les basta con eso, que también deciden que los pensionistas no deben cobrar más del 0,25%, o que las mujeres no tiene los mismos derechos que los hombres, a la hora de ser iguales ante la ley y en la nómina.

 Y ahora dime, ¿quién cojones paga todo esto? 
Los votantes tiene la palabra.
A ver si la ejercen. A ver.

 ADENDA: Y ponle encima a las gasísticas, a las autopistas, a los combustibles, a las telefónicas, el agua, etc, y multiplícalo por la Ley Mordaza, a ver qué te sale.

  Tititokokoki

domingo, 4 de marzo de 2018

INACCIÓN POLÍTICA FRENTE AL CONFORMISMO SOCIAL

Los españoles necesitamos un buen revolcón. Nos hace falta un recocido. Necesitamos un hervor.
La inacción política da mucho juego, aunque la lógica y la razón deberían desenmascarar tal zafiedad y volverse a favor de las personas, del pueblo.

Un ejemplo son los pensionistas. Si les suben sus pensiones de aquí a unos días, todo se quedará de nuevo en silencio. No habrá solidaridad con el resto de los españoles. Ocurriría lo mismo si el sector afectado fuera otro, por ejemplo los funcionarios. El silencio regresaría, mientras otros sectores de actividad, o sociales, sufren en sus carnes los embates de quienes gobiernan desde la inacción.

Incluso les da juego para llevar a cabo sus indecentes patrañas. Crean el problema ellos mismos, y a continuación les dan una solución. A partir de aquí, el silencio y el conformismo.

Y no debería ser así, sobre todo si nos atenemos a la lógica que se desprende de los derechos. Estos deben ser preservados por la clase política dominante, en lugar de que sean exigidos a golpe de manifestación para que sean preservados. No es así, o no debería ser así, si los políticos tuvieran vocación por el servicio al pueblo y supieran administrar el bien común, el Estado de Bienestar, sin necesidad de esperar la reacción y la protesta.

La buena administración de lo común debe estar por encima de todo. Lo que es justo, lo que es de derecho, debe ser ejecutado de inmediato sin esperar a ver si hay reacción. Mucho menos decente es jugar con la demagogia y crear el problema adrede para a continuación dar la solución. Cuando debería ser que los políticos tomaran decisiones justas, es más bien al contrario, y lo único que saben practicar es la manipulación, la demagogia y la maniobra sucia.

Es por esto que deberíamos ser más exigentes con la clase política y no deberíamos conformarnos con que tengamos que protestar por sectores, por colectivos, para que se nos oiga. Desde las urnas hasta la formación del Gobierno y la ejecución de sus labores, debemos ser más exigentes y más contundentes en la exigencia. En el momento en que las urnas dan un mensaje, fruto este de unas promesas electorales, estas se deben cumplir a rajatabla, sin fisuras, y los políticos que se erigieron al poder, deben tener entre ceja y ceja el evitar la protesta, pues en su hoja de ruta estarán siempre aquellas cuestiones que suponen vida digna de los ciudadanos, y cumplimiento de promesas electorales, así como legislar acorde a los derechos inalienables e indiscutibles. Eso jamás un político debería ponerlo en cuestión, pues por encima de sus intereses de partido, siempre estarán los generales. No podemos conformarnos con que nos den un regalito a mitad de legislatura, porque  así se lo hemos exigido,  o una prebenda a modo de promesa en campaña electoral, de motu propio con el fin de llamar nuestra atención y llevarse al bolsillo gratuitamente nuestro voto.

Frente a la inacción política, se precisa de acción social, y no el conformismo del que hacemos gala cuando nos ofrecen una migajas para silenciarnos. Precisamente eso debería abrirnos los ojos para ver que la inacción política no la queremos ni la necesitamos. Menos aún la mentira o la demagogia.

¿O es que necesitamos un hervor? ¿A estas alturas? ¡Venga ya!

Si aún no hemos aprendido, apaga y vamos.

Tititokokoki