Un cordial saludo.
Las cosas que suceden en
España, no son nada buenas para nadie, exceptuando para aquellos
sinvergüenzas que lo protagonizan y para aquellos que se lucran
indecentemente de tales prácticas.
La vida política en este
país afecta muy negativamente a los ciudadanos, los cuales, de una
manera o de otra, en mayor o menor intensidad, viven este episodio
que tocó vivir con sufrimiento y no sin un alto grado de
resignación.
Es terrible, realmente terrible.
Es por esto que deseo
poner, negro sobre blanco, una actitud personal que, creo firmemente,
define el estado de ánimo de muchas personas en nuestro país.
En primer lugar, deseo
destacar el sentimiento negativo que tengo de ser español. Los que
dicen representarme, son indecentes y me dejan quedar mal como
español y como persona.
Soy un trabajador. Entre
el espíritu emprendedor y el quehacer diario, trato de buscarme la
vida todos los días. Y así llevo unos cuantos años esperando, no
sin desgana y desánimo, a la jubilación, la cual no la deseo
mientras tenga fuerzas y ánimos para trabajar.
Pero todo se hace muy
cuesta arriba al ver todos los días que los políticos que dicen
representarme se comportan de manera atroz, salvaje, indecente,
obscena, zafia y de mucha carga de falta de vergüenza.
Así, se hace
muy difícil salir ahí a fuera a la calle a enfrentarse a un mercado
cargado de competencia. Así, se hace muy difícil levantarse de cama
todas las mañanas y también hace costoso acostarse a dormir todas
las noches con ánimo de conciliar un sueño necesario y merecido.
Me
faltan al respeto y me insultan.
Cada vez que escuchas las
barbaridades que ocurren en este país, dan ganas de plantar todo, de
abandonar la ciudad e irte a vivir al monte.
Con ese grado de
desmotivación, es realmente difícil tener una vida tranquila y en
paz. Da ganas de cualquier cosa menos de trabajar con ilusión.
No saben bien el daño
que están haciendo esta gentuza que se maneja con excesiva
prepotencia y con soberbia insultantes. No saben bien el perjuicio
que causan con su chulería y su chabacanería.
Si los políticos
consiguieran ser decentes, quizá los españoles tendríamos una
calidad de vida digna de ser ejemplo, y lo que sería más
interesante, de sentirse español. Y más interesante aún: sentirse
seres humanos respetados y reconocidos por sus políticos.
Esto no puede continuar
así.
O los políticos cambian y se postulan a servir al pueblo,
eliminando a todos aquellos que causan todos estos estragos en sus
conciudadanos, o el futuro que nos espera es el de unos salvajes que
tratan de emular, como única manera de vivir, a aquellos que se
lucran, indecente e ilegalmente, desde sus puestos de privilegio que
no les corresponde y que no merecen. Esto puede ser que acabe en una
hecatombe de consecuencias previsibles y catastróficas.
Esto es insoportable.
Lo
dice un ciudadano normal que cree representar a muchos ciudadanos de
este país que sienten en sus carnes, en su cerebro, las graves
consecuencias que causan los desalmados que copan las más altas
esferas del poder y que no saben, o no quieren saber, hacer las cosas
bien, y que sólo conocen la palabra delinquir aprovechando su paso
por las élites del poder. Personas que no saben hacer buen uso de la
confianza que le depositó el pueblo en urnas, no merece estar ni un
minuto más, en el puesto que ocupa.
Es más, debería ser juzgado,
que pagara la culpa sin ambages y que fuera apartado de todo cargo
público de por vida. Sólo así se conseguirá una sociedad justa,
equilibrada, digna y útil. Lo contrario, sólo generará malestar y
malvivir para una sociedad que desea trabajar en paz, vivir en paz y
sentirse respetada, sobre todo en su inteligencia.
¿Por qué suceden estas
cosas en este país, quién lo consiente y quiénes son sus cómplices
necesarios? Desde el Gobierno, pasando por el Poder Judicial, la
Prensa, determinada clase empresarial y una parte de la sociedad, son
indecentes y llevan a este país a la miseria, la ruina y la
vergüenza. ¡Inútiles, sinvergüenzas! Pónganse a trabajar y
háganlo por el bien de todos.
Así, es difícil todo. A
mi, sinvergüenzas de mierda, me están haciendo mucho daño.
Y Así,
tambiém a muchos millones de españoles. Somos personas,
¡imbéciles!.
Somos seres humanos, ¡estúpidos!
¡Malditos sean!
Tititokokoki