jueves, 28 de marzo de 2019

NOSOTROS LOS IGNORANTES



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Y los perdedores, y los fracasados, y los que no van por el raíl marcado por este sistema que basa todo su éxito en la mentira y la indecencia. Nosotros los ignorantes somos un lastre para el sistema y sus cómplices en la miseria y la indecencia.

Somos los que nos enfrentamos, los que no nos conformamos y les plantamos cara. Somos los que repudiamos, los rechazamos, y hasta lo que despreciamos a todos los que participan de alguna manera de este estado de cosas infernales e insufribles.

Ignoramos que se podría vivir mejor siendo un ciego al uso del sistema. El que mira para otro lado, o el que ignora la realidad. Somos los que llevamos acuesta nuestras propias frustraciones.

Es más importante a la hora de sobrevivir, el ser camaleónico, el ser veleta que gira según el viento o las circunstancias. Los que saben hacerlo, viven más o menos bien. Saben capear el temporal y no tienen escrúpulo alguno si lo que hay que hacer para sobrevivir en este maremágnum y en esta vorágine, es cerrar los ojos y tirar hacia adelante. Se adaptan sin ningún tipo de problema.

¿Qué hoy están estos? Pues con estos. ¿Qué mañana los otros? Pues con los otros. Ellos no tienen problema a la hora de estar. Da igual que se ganen el poder con mentiras, da igual si las promesas no se cumplen. Están, y punto. Y lo más frustrante de todo, es que, a cambio, reciben premios, prebendas y algún que otro “regalito”, con cargo al resto.

Los peores del patio, somos los ignorantes. Los tiquismiquis que vemos en los políticos que dicen mentiras y no lo soportamos. Incluso los denunciamos, más o menos públicamente.

Es más. Tienes muchas más posibilidades de llegar a ser alguien, de conseguir muchas cosas, si te arrimas a quienes son corruptos y corrompen todo a su alrededor. ¿Qué hay que tragar sapos y culebras o ruedas de molino? Pues se amplía la capacidad de la garganta, y se traga con lo que haya que tragar, aunque eso que tragues sea tremendamente terrible para algunas personas. No mires, no oigas ni hables. Tira hacia adelante, y no prestes atención a los perdedores fracasados que desde ideologías trasnochadas y nada recomendables, chillan vociferan y claman a los cielos para que España se rompa o para que haya una guerra civil.

España alcanzó un nivel de deterioro brutal. Es tanto que, si a estas alturas a España le quitas la mentira, España se arruina, se destroza por todas partes, porque no se sabe vivir de otra manera. No se concibe vivir de otra manera. Con la mentira, va bien, o al menos eso les parece a muchas personas de este país.

Nosotros los ignorantes, somos la escoria, los paletos del sistema, los palurdos que no hacen más que protestar y que les tocamos los cojones sin razón.

Pero desconocen el verdadero alcance de esta podredumbre. Es bueno, quizá, para el momento, porque ese instante favorece el que las cosas sean así. Pero a medio plazo, o incluso a largo plazo, eso no traerá más que miseria y desolación. Es evidente que la mentira como manera de ser y de estar, acabará por afectar a los que durante toda su vida han alimentado ese estado de cosas indecente y hasta cruel.

Es posible que los ignorantes nos de un ictus, o varios, al haber tenido que aguantar tanta miseria acumulada durante tanto tiempo, pero no les irá distinto a los que sus conciencias un día les avisarán de que lo han estado haciendo fatal durante el mismo tiempo en que los ignorantes acumulaban disgusto tras disgusto y se escandalizaban ante tanta mediocridad y tanta indecencia consentida.

Insisto, ¡ay el día en que España se dé cuenta de la miseria y el engaño!

¡Ay ese día!


Tititokokoki