domingo, 30 de diciembre de 2018

IGUALES Y POBRES (II)


Propiedad de los recursos naturales y Propiedad de los Hombres: la esclavitud. El latifundio y la mina privados. Ambos fenómenos están íntimamente relacionados, no surgen de manera coetánea por casualidad determinando el modo económico que caracterizará el ascenso de los primeros imperios occidentales: Grecia y especialmente, Roma.

Para una parte mayoritaria de la población, los desposeídos de la tierra, y los poseídos por otros hombres, la lectura es evidente: agudiza la edad oscura de la Pobreza para la abnegada y silente comunidad de productores que nació esperanzada de una vida mejor con la revolución neolítica. Es un hecho innegable: cada vez masas enormes de miserables, se corresponden con mayores masas de recursos materiales que se son capaces de cultivar, fabricar y comerciar, acaparadas por unos pocos ricos obscenos.

Hay no obstante otra lectura: el sentido de la propiedad material corre paralelo al desarrollo del "nomos" griego y la "lex" romana, de la civilización que pone por primera vez al individuo en el centro, que reniega del rebaño humano sin voz ni personalidad ni vida garantizada, a merced del capricho y el ansía desenfrenada de poder y riquezas del sátrapa de turno que por la fuerza de los hechos y las armas, a estas alturas ya era dueño y señor absoluto de aquel excedente agrícola que empezó siendo la aportación de todos para ser repartida entre todos.

Roma y sus legiones de esclavos, la imagen de sus cloacas y su plebe zafia, veleidosa y vaga, pareciera un paso atrás para tomar impulso hacia delante en la lucha contra la pobreza material. 

No tanto. Le debemos mucho en el progreso material de la Humanidad, y no sólo calzadas y acueductos. 
La República del Tíber es admirable en muchos aspectos, aunando lo mejor de una comunidad de iguales con un fuerte sentido de la solidaridad, la construcción, la austeridad, la virtud, la crítica, y la identidad individual, con una vocación permanente, al menos mientras duraron las fuerzas y la cordura, de llevar una vida mejor a la mayor parte posible del mundo conocido.

Por suerte, este elevado sentido espiritual no será olvidado en Occidente ni siquiera en los largos siglos de Altomedievo en que la concepción de tribu y saqueo arbitrario, en alianza con la oscuridad religiosa refractaria de todo lo racional, volverán a prevalecer.

Mickdos

viernes, 21 de diciembre de 2018

IGUALES Y POBRES



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La pobreza siempre ha estado ahí desde que echamos la memoria hacia atrás y por eso parece una condena bíblica. Pero no lo es. De la pobreza se sale, constante y progresivamente, y la propia Historia da testimonio de ello. Podríamos decir que la Historia es el relato de la reducción paulatina de la pobreza primigenia de la Humanidad.

Los grupos humanos nómadas, la tribu, los clanes, no conocían las clases sociales, ricos y pobres. Este es el origen de una sentencia que se da por hecho pero que es errónea: la ausencia de pobreza es la ausencia de clases. No es así. Donde no hay clases, donde la igualdad social reina, la institución económica que por lógica se corresponde es el reparto colectivo de tareas y bienes. Para un reparto colectivo, las clases sociales son superfluas: sencillamente no existen porque no hay necesidad histórica de ello.

Vaya "jauja", podrá pensarse, no hay división entre ricos y pobres, ni peligro de que surja si se mantiene esa forma de vida social ¿Pero significa que todos tienen cubiertas sus necesidades? Ni mucho menos. Un igualitario nivel de bienestar material porque se reparte la riqueza disponible entre todos, no equivale a un digno nivel de estado material bajo cualquier estándar, desde que la "cuestión social" está sobre la mesa. De hecho, así les sucedía a los grupos nómadas, que en cuanto pudieron dejaron de serlo.

El modo económico que se corresponde con esta etapa sin división social es el llamado de autoproducción o autoconsumo, es decir, produces únicamente lo que vas a consumir, sin más horizonte espacial que la cantidad de bienes que puedes transportar, y horizonte temporal del que un alimento perecedero tarda en pudrirse. Y el bienestar material resultante de este modo sólo cabe ser calificado de auténtico y genuino malestar. De precariedad absoluta de la vida y lucha diaria por la supervivencia. Es falsa por tanto esa equivalencia que se suele hacer entre igualdad social y ausencia de pobreza traída por el reparto colectivo.

Sabemos que la revolución neolítica lo cambia todo. La agricultura, el sedentarismo, la acumulación de un excedente, el desarrollo de la tecnología y la división del trabajo, y con ello la aparición del comercio, las ciudades, el Estado ... y las clases sociales. Los ricos y pobres. Un paso cualitativo trascendental del que no hay vuelta atrás. Pero nos quejamos amargamente porque ello significó el fin del reparto colectivo de la autoproducción, de la institución económica que se correspondía, necesariamente, con una sociedad sin clases, sí, pero también de la ausencia de un bienestar material mínimamente digno para nadie.

Mickdos



viernes, 14 de diciembre de 2018

MODERNOS


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Eyaculación precoz, impotencia o disfunción eréctil, sequedad vaginal, insuficiencia en la secreción de flujos, semen inservible, inhibición sexual, problemas de erección, puritanismo atroz, hipocresía y cinismo, enfermedades mentales desconocidas a las que aún no se les puso nombre y apellidos, comportamientos irracionales, actitudes sorprendentes, aptitudes inanes, cánceres multiplicados por mil y cánceres desconocidos por su bestialidad y su carácter terminal con sufrimiento insoportable en su transición, alimentación basura en la que picamos con demasiada fruición y ansia, incluso con adicción, programación basura de la que tragamos con demasiada asiduidad y con cierto grado alto de anhelo y de repetición. La mentira como modo de vida, la mentira de otros soportada, y en muchos casos tolerada y aplaudida, la envidia ya no ni eso, ya pasó a niveles de violencia directa y de agresión con facilidad pasmosa, la violencia, que alcanzó cotas inasumibles para el ser humano, depresión y consumo de antidepresivos como nunca se produjeron, ansiolíticos por un tubo, alcoholismo con adicción, tabaquismo sufriendo síndrome de abstiencia sin saberlo. O sabíendolo pero resignándose.


PUES ES A ESTO A LO QUE LE LLAMAN SOCIEDADES MODERNAS Y AVANZADAS.


Contaminación ambiental sin parangón, alimentos que no son lo que dicen ser, gato por liebre por todos lados, tocomocho, trile y estampitas por todas partes, estafas, timos, engaños y falsificaciones, mafias ya asumidas como organizaciones empresariales, políticas, judiciales e incluso policiales, sociedad aborregada, sociedad estulta, sociedad violenta, agresiva, apática y dividida, caras largas, miradas desconfiadas, gestos desagradables, apariencias, simulaciones o sencillamente hipocresía al más alto nivel, y subiendo.


PUES A ESTO LE LLAMAN PROGRESO, SOCIEDAD SANA, CULTA.......


Democracias adulteradas, justicia inclinada hacia un lado, derechos defenestrados, riqueza mal repartida, o ni siquiera repartida, desigualades que no se dan atajado, o directamente no interesa atajarlas, diferencias de género en pleno siglo XXI, machismo que crece, a la par que también crece su antónimo, el feminismo mal entendido y fatalmente enfocado, manipulación, censura, tergiversación, fake news y bulos, en pleno siglo XXI, redes sociales que solo sirven para embobecer, para atontar y para criar, y crear, más borregos, medios de comunicación que mienten y falsean, tecnologías que en su avance arrasan más que construyen.


ESTO OCURRE EN EL SIGLO XXI.


Políticos falsarios, jueces y fiscales al servicio de sus putos amos, semovientes in crescendo, pelotilleros sumisos, alcahuetes infames, cómplices en la barbarie, unos con conocimiento, otros sin saberlo, corruptos por todas partes, a todas horas, en cualquier momento, oportunistas sin escrúpulos, oportunistas sanguinarios, guerras, inmigración incontable, emigración incalculable e injusta, hambre, pobreza y abandono con los dependientes, abandono con los enfermos, privatizaciones salvajes, recortes a los de siempre, ganancias para los de siempre, el invento de las crisis como el mejor invento del ser humano de todos los siglos y de los que aún quedan por venir, el planeta a punto de reventar, y siguen reventándolo.


AQUÍ EL QUE NO CORRE, VUELA, PORQUE LA VIDA SE HACE CADA VEZ MÁS CORTA, AÚN A PESAR DE LA LONGEVIDAD QUE SE ANUNCIA. Y HAY QUE VIVIRLA COMO SEA. DE AHÍ LA MAYOR PARTE DE LOS MALES DE LA HUMANIDAD. LA ESTUPIDEZ, LA MEDIOCRIDAD, LA ESTULTICIA. CIEGOS QUE NIEGAN LA REALIDAD, AÚN A PESAR DE QUE LOS ESTÁ MATANDO.


ESO SÍ, LENTAMENTE. ES LA MODERNIDAD SIGLO XXI.


¡NI TE ENTERAS!


Tititokokoki

domingo, 9 de diciembre de 2018

Las voces silenciadas


“La abolición del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo.
El hombre empuñó las riendas también en la casa y la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción. Esa baja condición de la mujer,…, ha sido gradualmente retocada, disimulada y, en ciertos lugares, hasta revestida de formas más suaves, pero ni mucho menos ha sido abolida.”
F. Engels: “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”.





Allá por el siglo VI a.C., un tirano llamado Falaris, hizo diseñar un instrumento de tortura, un toro hecho en bronce, con una puerta lateral por la que se introducía a los condenados y se les obligaba a resistir la temperatura que producía una hoguera bajo el toro, como si fuera un horno. Los gritos de la víctima salían por el morro abierto del toro. La característica que quiero resaltar es el hecho de que esos gritos se desfiguraban por medio de un ingenioso sistema de tubos, de tal forma que los alaridos, al salir por la abertura del morro, hacían semejar el sonido armonioso de una trompeta, espectáculo sembrado para silenciar el dolor y el sufrimiento del condenado, desvirtuando sus voces y sus gritos.

Este instrumento de tortura no desapareció, se sofisticó. La forma de silenciar el grito de las víctimas ha sido uno de los objetivos más buscados por dictaduras y sistemas autoritarios, no tanto para evitar el testimonio del delito cometido, pues la mayoría de las veces el sistema judicial protege a quien colabora en la instauración del miedo, sino para asegurar la conservación y normalización de un sistema estructural basado en el dominio de unos sobre otros.

Sobre el silencio sabemos mucho las mujeres, sabemos de la discriminación que hemos sufrido a lo largo de la historia por parte de los sistemas imperantes, la democracia griega no contó con nosotras, la iglesia católica nos consideró serpientes malévolas en sus relatos, creó la Inquisición en el Medievo porque las mujeres albigenses estaban alcanzando cotas de poder en el Languedoc,  la iglesia nos quemó por brujas que amaban al demonio, y nos calificó de voces impuras indignas de cantar en las iglesias (algo que ocurrió hasta bien entrado el siglo XX),  incluso no nos otorgó “alma” hasta el Concilio de Trento, año 1545. Tampoco la Revolución Francesa nos tuvo en cuenta para su declaración de Derechos del Ciudadano, nos siguieron adjudicando el papel doméstico (a Olympe de Gouges la guillotinaron porque lideró a las mujeres luchando por los mismos derechos que los  hombres).

Hombres y mujeres han sido torturados por las dictaduras y regímenes tiranos, pero la mayoría de las mujeres (sirvan de ejemplo las presas de la dictadura uruguaya de los años 70 y 80, o las torturadas por el régimen franquista) fueron condenadas al silencio en el tiempo en el que sus compañeros pudieron dar su testimonio a la sociedad. La causa: el agravante de la tortura sexual y de las violaciones que las dejaron embarazadas, por lo que tuvieron que esperar “a contarlo” cuando sus hijos han crecido y la solidaridad les ha ayudado a hacer públicos sus testimonios. (Quien quiera conocer los detalles, puede leer el Documento de la “Tortura sexual en las cárceles de Uruguay”, donde las mujeres no rompen el silencio y denuncian hasta 2011).

La voz de las mujeres siempre ha estado quebrada. ¿Es que acaso alguien aún piensa que en la historia de la humanidad las mujeres solo han servido para la casa o para el convento? ¿Es que alguien cree todavía que no hubo en la historia pintoras, científicas, médicas, compositoras, que desarrollaron sus trabajos a escondidas y luchando contra las imposiciones de la sociedad que las relegaba al papel de amantísimas y sumisas esposas y madres, y sus obras fueron relegadas al olvido por las instituciones que siempre han regentado los hombres? ¿Quién escondió sus obras? ¿Quién les quebró la voz durante siglos? ¿Quién sigue escondiendo en los almacenes de los museos las pinturas de las mujeres e impidiéndoles los sillones de las Reales Academias?

Esa violencia estructural no la ha eliminado ni la concesión del voto, ni la Carta de Derechos Humanos. Hoy millones de mujeres siguen sufriendo desigualdad, la salida al mundo laboral les ha otorgado un doble trabajo ya que no han podido liberarse del espacio doméstico ni del cuidado exclusivo de la especie, sufren la brecha salarial (obviada por los gobiernos de todo tipo) y el techo de cristal. Siguen  sometidas a violaciones desde niñas, malos tratos psíquicos y físicos, embarazos no deseados, venta de sus cuerpos, esclavitud sexual, trata de blancas, ablación, prostitución… (comparar en igualdad las cifras de agresiones sexuales cometidas por mujeres a las cometidas por varones, es de un total desconocimiento e ignorancia de las cifras reales, solo hay que acudir a la página del Ministerio del Interior).

Y dejo para el final la violencia en el seno de la familia y la violencia de género, vergonzosamente generalizada y normalizada aún en sociedades que se llaman progresistas. Es una violencia estructural que pervive históricamente por una asimetría del poder, resultante de una sociedad patriarcal que otorgaba el poder al varón y le ofrecía la violencia como método al que podía recurrir para sometimiento y obediencia de la mujer. No hay que ignorar que no hace tantos años que en el código penal español se le otorgaba al padre o pareja el derecho pleno sobre las mujeres en determinadas circunstancias.
La terribilidad de esta violencia estructural que aún no se ha eliminado, a pesar de la incorporación de la mujer a la vida pública, es la dificultad para exteriorizarla, porque no es solo una violencia física, es también la imposición que existe detrás del “¿por qué no está la cena?”, “plánchame la camisa”, “con esa transparencia pareces una puta”, “tráeme el café que voy a ver el informativo”, “¿no te da vergüenza venir a estas horas y la casa sin limpiar?”, “acuesta a los niños que no me dejan escuchar la tele”….   ,  que deriva en sentimientos de culpabilidad, sometimiento, auto-secuestro, anulación personal, golpes a los que acaban acostumbrándose y culpándose por ellos, pérdida de identidad,  insultos continuados, golpes que se minimizan, terror muchas veces, y muerte.

¿Cuántas mujeres, de todas las edades, pueden decir que no conocen alguno de los sentimientos expuestos y derivados del trato de dominio por parte de un padre o de una pareja o ex-pareja? ¿Cuántas no lo han contado? ¿Cuántas ya no pueden contarlo?
¿Quiere esto decir que todos los hombres son maltratadores? No, por supuesto. Pero sí exige del hombre que sea capaz de empatizar y comprender que a la violencia general provocada por el sistema capitalista, que afecta a hombres y mujeres, se añade la violencia específica que sufren la mayoría de las mujeres en el seno de las relaciones afectivas de familia y pareja, lo que conlleva la lucha conjunta por una nueva visión de la sociedad que supere la cuestión del poder que la sociedad sigue adjudicando a los hombres.

Uno de los recuerdos de mi infancia más terribles tiene que ver con José “el sindicalista”, que vivía enfrente de mi casa familiar. Debía conocer el toro de Falaris, porque sabía distorsionar los gritos y llantos de “su” mujer cuando la apalizaba. En las primeras horas de la noche, cuando en el barrio ya no había ruidos, a no ser las persianas que se bajaban para proteger las ventanas del frío, llegaba el sindicalista con ganas de bronca, volvía de sus reuniones donde se le consideraba un líder social, y comenzaba a insultar a “su” mujer, porque la encontraba leyendo un libro y no tenía la cena preparada, o porque la sopa estaba fría, o porque estaba muy callada, o porque estaba muy alegre, y dónde habría estado, y qué había hecho, y ya lo sabía él que siempre fue una puta zorra, una vaga, y estaba loca… Todo esto se oía desde mi casa, apenas nos separaban unos cuantos metros. Mucha piedad sentíamos por aquella mujer, pues cada noche se desencadenaba la misma película de terror y cada mañana ella escondía con un pañuelo los moratones de la cara y disimulaba el dolor de su golpeado cuerpo.

 Si iba algún vecino a picar a la puerta para intentar mediar, no le abrían, callaban como si no pasara nada, el silencio olía a terror. Otras veces, el agresor se ponía a silbar, mientras se escuchaban por detrás los llantos de la pobre mujer. Sí, debía conocer el toro de Falaris, porque sabía desvirtuar los alaridos de dolor con sus propias canciones silbadas.
Alguna vez lo detuvieron por ser sindicalista y rojo, pero nunca detuvieron a aquel apaleador por agresión, ni siquiera la mañana en la que sus hijos encontraron a su madre muerta al lado de la cama, día en el que sorprendí a mi infancia comprendiendo que la muerte a veces es una liberación. 
El juez dijo que había sido una parada del corazón, todo el barrio sabíamos que la mató “porque era suya”.

Los gritos y el llanto de aquella mujer sin nombre, que trataba de condenar al silencio el que silbaba, siguen saliendo de muchas gargantas en el interior de las casas. Hoy se las sigue apagando, a pesar de los mantras políticos, con la absoluta y cruel indiferencia de la justicia y con la desconsideración de una parte de la sociedad que es incapaz de generar empatía para comprender qué significa: 
“violencia estructural y normalizada”.
No sufren ya las que han muerto, sufren las que lo están viviendo y no pueden o no saben contarlo.
No calles.   

Nadie

martes, 4 de diciembre de 2018

Desocupados


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¿Podeis creer -si quereis creerme- que no siempre tenemos razón?.

Me hago viejo constatando que no todo lo que en la prensa se escribe es cierto ni siquiera fiable. Aquí en el mentidero igual.

Ocurre que cuando uno disiente en algo,cuestiona algo de nuestras filas,pronto te tildan de revisionista,reaccionario o,por lo menos flojo en tus creencias.
Vamos que haces más daño a tu gente,que beneficio.Y esto no es así.

Unos okupas se protegen rapidamente con la simpatia de familiares y vecinos,si intentan desahuciarles de la vivíenda okupada.(Que yo me niego a escribir "okupada ilegalmente" pues todos TODOS  tenemos derecho a una vivienda tan digna como sea posible. PERO,ESTO EN CONTRA DE QUE UN PARÁSITO SOCIAL SE HAGA CON UNA CASA OKUPANDOLA SIN HACER NI QUERER HACER NINGUN ESFUERZO LABORAL.Escuela SI sanidad SI,UNA PAGA SÍiii !!.

Y el que madruga a las seis de la mañana y cotiza a Hacienda desde los 16 años...a ese que le den porculo. Por gilipollas.

Pues lo dicho; no estoy de acuerdo. O se equipara esta gente chupoptera e insolidaria,o que siga durmiendo en sus barracas construidas por ellos.

No me vale lo de que desarrollan una importante labor de policía, recogiendo
chatarra o vendiendo en los mercadillos. No.No.Con todo el descaro del mundo dicen -gritan- que o me dan una licencia o mañana estoy en la calle vendiendo droga...!!! Inconcebible !!!.
No sé si van en los genes pero,no quieren trabajar ni cotizar. Pero si que reclaman más derechos que cualquiera de nosotros. Si,o SI.

Acaban de lanzar a una pareja okupa a la calle. Trás cuatro años de compras de buenos TVs. Juegos -play station- Móviles para niños de 5 años una furgo un BMV y regalar en la boda de un primo 5.000 euros "no tenían para pagar piso. Yo vivo cerca de algunos y,durante tres o cuatro días van al bingo.
Va el padre dos hijos y un yerno. Amen de varios sobrinos. En total 9 de estos individuos. Ninguno trabaja ni lo ha hecho jamás.Un hijo y el yerno están de okupas. Otros 5 sobrinos y varios parientes son okupas...¿Es justo?.

No ver esto que estoy denunciando es,no querer ver una tremenda verdad y por extensión una grandiosa injusticia que muchos toleran (¿como mal menor?) pero que no ignoran.Hay casi 800.000 votos que no están secuestrados sino que SECUESTRAN A LOS POLITIQUEROS de tres al cuarto incapaces de poner coto a tantos desmanes.

¿Ocupar una vivienda? !Si,por supuesto pero cuando has trabajado o quieres trabajar.La Constitución te ampara,pero que tengas un buen piso porque TU dices que es ley te ampara...!! eso es mentira !! a los parásitos no les debe de proteger ninguna ley.
Los que criticamos siempre lo hacemos contra el juez,el banco o la policia.
Sabemos los de a pie que hay una cierta etnia que tienen que tener razón,si,o sí. Por pelotas,o te rajo. Sus votos están tan en el aire que nadie se atreve con ellos para hacerles ver no sólo QUE NO TIENEN RAZÓN,SINO QUE ADEMÁS SON UNOS SINVERGUENZAS.

No hay trabajo es verdad. ¿pero está archidemostrado QUE NO QUIEREN.
Esa experiencia la he experimentado yo hace tiempo en varias ocasiones.
Uno me cuenta que cobra 600 euros (reconozco que me llevan los demonios. Quién me lo dice tiene 22 años. La novia que adjudicaron 18, y tres hijos ya en el mundo. Se ríe porque este es uno de los que van al bingo tantas veces.

Hecho de menos no haber nacido donde P.H. España da asco por los cuatro costados.
Tenía que decirlo.

Antonio R.L.