Visto lo visto, ISIS ha delegado sus servicios terroristas a los IES o (en su defecto) a los lodazales del ninismo adolescente; vamos, que los adolescentes fanatizados nos tienen rodeados. Es cierto que llevamos unos cuantos años preocupados por los adolescentes: los que ni estudian ni trabajan, los que caen en la explotación de la prostitución, los que agreden a sus padres, los que son captados por el fanatismo yihadista. Parece ser que, a partir de ahora, los policías europeos se van a tener que ver las cara con chiquillos de entre diecisiete y veinticuatro años. Bueno, los israelitas llevan haciéndolo desde hace décadas con los niños palestinos.
La triste realidad es que esto no es ninguna novedad. Desde tiempos de Heródoto hasta ahora mismo, pasando por el Sagrado Batallón de Tebas, son los adolescentes los principales contingentes del ariete del odio. Pero los adolescentes no son una tribu, ni una nación, la adolescencia es una etapa por las que pasamos todos los seres vivos (no exclusivamente los humanos). A sabiendas de que la memoria está muy mal vista, me atrevo a recordar el remplazo del biberón, los auxiliares de artillería naval, etc., cuyas edades oscilaban entre los 10 y los 16 años. No pueden votar, no pueden fumar ni beber, pero pueden ir a la cárcel o a la guerra; y nadie se preocupa si son violados por sátrapas orientales o un presidente de la diputación valenciana.
Pero, insisto, la adolescencia no es una sociedad, ni un país (pido perdón a Peter Pan), ni un Estado; la adolescencia es una etapa de la vida de todos. Es por ello que me produce una enorme perplejidad y zozobra al oírles decir que no entienden a los adolescentes. ¿Es que ellos nunca lo fueron? Yo sí, y me sé los sentimientos de los adolescentes de memoria, porque conozco los míos.
Si no queremos acabar peor de lo que estamos (que ya es decir), recomiendo atender a dos asuntos:
-Poner todos los medios para acabar con la exclusión social.
-Dejar de perpetrar genocidios en países distintos a los nuestros pero que sin sus recursos naturales nosotros no podríamos vivir.
El atentado de Barcelona ha marcado un antes y un después en esto del terrorismo: la adolescencia excluida quiere acabar con todos nosotros.
Croniamental
miércoles, 23 de agosto de 2017
viernes, 18 de agosto de 2017
Legitimidad democrática, garantías democráticas. 3ª Parte de tres.
¿Quién puede hablar de “legitimidad democrática”, o de
“garantías democráticas”, después de haber ganado elección tras elección, a
base de semovientes, cómplices, alcahuetes, chantajes o sencillamente mentiras?
Papeletas en la mano, autobuses repletos, bocadillos y
carpas con comilonas, amenazas infundadas, miedo infligido, promesas
electorales incumplidas después de haberlas hecho con premeditación y alevosía,
víctimas, manipulación de los medios de comunicación, censura informativa,
financiación ilegal/irregular, fomento de las desigualdades, más víctimas, legislación
contra los derechos más fundamentales, más víctimas, víctimas mortales a sus
espaldas, austeridad para las mayorías, más víctimas, privilegios para unas
minorías, más víctimas, redes clientelares, ignorancia inoculada en vena,
estupidez inducida adrede para poder alcanzar así sus espurias metas,
mediocridad instalada para mantenerse en el poder, más víctimas, Ley Mordaza, más
víctimas, LOMCE, Reforma Laboral, corrupción institucionalizada, protección a
los corruptos, más víctimas, manipulación de Poder Judicial, mayorías absolutas
mal gestionadas al más puro estilo de la Asamblea Constituyente del criticado
Maduro, abuso de poder, más víctimas, prepotencia, soberbia y cinismo, Puertas
Giratorias, esclavitud laboral, más víctimas, abandono a los dependientes, más
víctimas, desahucios salvajes, más víctimas, reparto de pisos usurpados a
contribuyentes, más víctimas, Hacienda no es igual para todos, la Justicia
tampoco, más víctimas, ninguneo y desprecio por el Tribunal Constitucional,………….¡Accidentes
con víctimas en donde la responsabilidad es Institucional!..........¡MÁS
VÍCTIMAS!
¿Quién está legitimado para hablar de legitimidad
democrática?
¿Quién puede hablar de garantías democráticas desde la
legitimidad?
¿Quién? ¿Rajoy?
Tititokokoki
sábado, 12 de agosto de 2017
Legitimidad democrática, garantías democráticas. 2ª Parte de tres.
Uno cuando oye hablar a Rajoy de Garantías democráticas, se
le pone los pelos como escarpias. Y cuando le oye hablar de legitimidad
democrática, entonces ya se le caen los cojones al suelo. Y dependiendo de
hacia dónde mire el ínclito, la situación puede llegar a alcanzar las ganas de
emigrar o de que la tierra me trague de una puta vez por todas.
A ver, ¿qué nos tiene que contar Rajoy sobre Venezuela,
además de servirle de parapeto para ocultar sus propios desmanes
antidemocráticos?
Porque, ¿qué garantías democráticas puede ofrecer alguien
que mintió hasta que se quedó harto de tanto mentir, y qué legitimidad
democrática tiene quién protege a los corruptos desde la manipulación del Poder
Judicial o el trasiego que hace con los medios de comunicación? Voy más allá,
¿quién puede ofrecer garantías democráticas en el momento y hora en que lanza
una serie de promesas en campaña electoral a sabiendas de que no las iba a
cumplir? Incluso voy a ir más allá. ¿Quién es capaz, quién tiene el suficiente
cuajo, quién tiene tan poca vergüenza, para alzarse al mayor garante de
legitimidad democrática, después de haber ido dopado a todas las elecciones,
después de haber manejado dinero en B por millones, y después de haber
legislado en contra de su propio pueblo?
Es por esto que insisto en que, cuando hablemos de
“garantías democráticas” o de “legitimidad democrática”, debemos fijarnos bien
en quién lo dice, porque nos podemos encontrar con auténticas aberraciones a la
hora de valorar si quién lo dice lo hace con la verdad, si está legitimado para
decirlo, o si simplemente lo dice porque persigue otros intereses muy lejanos
estos de cualquier sentido o talante democrático, y por supuesto, de cualquier
garantía democrática.
Otra cosas distinta será cuando se descubra fraude electoral
en España a través de un pucherazo monumental que quedará para los anales de la
historia, como el engaño más grande jamás cometido en los últimos doscientos
cincuenta años de la humanidad.
miércoles, 9 de agosto de 2017
Legitimidad democrática, garantías democráticas. 1ª Parte de tres.
¿Qué es “Legitimidad democrática, cuándo se identifica, para
qué sirve, dónde está, con quién?
¿Qué son las “Garantías democráticas”? ¿Quién las posee,
dónde están, para qué sirven?
¿Existe en España la “Legitimidad democrática?
¿Se puede decir que en España hay “Garantías democráticas?
Cuando se oye hablar de ambos conceptos, ya sea por
separado, ya sea conjuntamente y a la vez, tenemos que fijarnos bien quién lo
dice, en qué contexto o situación, por qué lo dice, y para qué, y en qué
momento lo dice. Porque, dependiendo de quién lo diga, de las formas, del
momento o de las circunstancias, podemos deducir si esa persona está
legitimada, si es de fiar o sencillamente si es verdad lo que dice.
¿Tienen la misma legitimidad democrática Maduro, Temer,
Trump o Rajoy, por citar a algunos?
Voy a por otra. ¿Tienen la misma legitimidad democrática
personajes como el Primer Ministro sueco, danés, finlandés o noruego, frente a
los citados con anterioridad?
¿Qué garantías democráticas ofrecen unos frente a otros, o
sea, los primeros contra los segundos?
Si Rajoy dice que Maduro carece de legitimidad democrática,
o que sus actos no tienen garantías democráticas, ¿puede tener el mismo derecho
Maduro de acusar a Rajoy de lo mismo? Por otro lado, si Puigdemont no está
legitimado, según Rajoy, ni ofrece garantía democrática alguna sus anunciados
actos independentistas, a través de un referéndum, ¿puede Puigdemont decir lo
mismo de Rajoy, y ya no solo por su obstrucción, sino por el historial que
presenta el actual Presidente del Gobierno, en relación a su manera de acceder
al poder, de estar en él y de todo lo que concierne al partido al que
representa, o sea, el PP?
Tititokokoki
sábado, 5 de agosto de 2017
TELEGRAMA EN INDIO Y URGENTE
Gobierno venezolano pone urnas para gente votar constituyentes que han de modificar la Constitución de 1999 (en la que se contempla convocatoria para Asamblea Constituyente en sus artículos 348 y sucesivos) para resolver situaciones de conflicto institucional. Oposición venezolana llama al desconocimiento de las elecciones. Medios de comunicación españoles dan voz a la oposición venezolana, vetando cualquier información de primera mano aportada por el gobierno venezolano. Portadas de prensa españolas difunden fotos de violencia que atribuyen al gobierno y se comprueba después la autoría de los opositores; prensa no rectificar. Gobierno español desconoce resultados de las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela y amenaza con no dejar entrar a España a todo aquel que simpatice con el actual gobierno de Venezuela.
Presidente del Gobierno español no saber de cuentas en su partido, pero conocer a fondo las del Gobierno venezolano.
Desde 1898 los gobiernos de Estados Unidos han repetido paradigma dominación y expansión: Guerra contra España, imposición Constitución a los países caribeños, II Gerra Mundial, destrucción de todos los países europeos e imposición a toda Europa doctrina capitalista, destrucción de Irak, Afganistán, Libia y Siria (más primavera árabe, Túnez y Egipto). Hoy toca Venezuela.
El Ejército de Venezuela, en solemne comparecencia pública, ha declarado su incondicional apoyo al Gobierno de Nicolás Maduro y a la Revolución Bolivariana. De tal cosa los medios de comunicación españoles no han dado noticia. España, con su Gobierno del PP, se alinea con el Imperio, tal como hizo Aznar en tiempos.
A Neymar le han obligado los poderes fácticos a abandonar el Barça para conjurar la amenaza secesionista (esto me lo he inventado yo, lo demás, no).
Croniamental
Presidente del Gobierno español no saber de cuentas en su partido, pero conocer a fondo las del Gobierno venezolano.
Desde 1898 los gobiernos de Estados Unidos han repetido paradigma dominación y expansión: Guerra contra España, imposición Constitución a los países caribeños, II Gerra Mundial, destrucción de todos los países europeos e imposición a toda Europa doctrina capitalista, destrucción de Irak, Afganistán, Libia y Siria (más primavera árabe, Túnez y Egipto). Hoy toca Venezuela.
El Ejército de Venezuela, en solemne comparecencia pública, ha declarado su incondicional apoyo al Gobierno de Nicolás Maduro y a la Revolución Bolivariana. De tal cosa los medios de comunicación españoles no han dado noticia. España, con su Gobierno del PP, se alinea con el Imperio, tal como hizo Aznar en tiempos.
A Neymar le han obligado los poderes fácticos a abandonar el Barça para conjurar la amenaza secesionista (esto me lo he inventado yo, lo demás, no).
Croniamental
jueves, 3 de agosto de 2017
OCCIDENTE
Vivimos en un sistema de naturaleza imperialista, de
extensión casi global, llamado Occidente,
de esto pienso que no hay ninguna duda. Un sistema que goza de buena y
mala salud a la vez, según el prisma de datos con el que se analice; de buena y
mala reputación, según el prisma de ideas propias con el que se lo evalúe.
Yo soy un defensor a ultranza de lo que significa Occidente,
lo que al mismo tiempo me hace ser su crítico más feroz. Veo tantos fallos,
tantas injusticias y cosas mejorables en el sistema occidental, que me abruma,
me atora el cerebro y tengo que dejar de pensar en ello. No soy el único, en
realidad esta parece ser la norma que suscita un gran desasosiego entre mis
conciudadanos repartidos por el “Imperio” occidental. Y este foro, un botón
diario de muestra.
Al tener como uno de
sus rasgos definitorios la crítica permanente, los occidentales tienen la
conciencia de lo imperfecto como otro de los rasgos que define su sistema.
Tener conciencia de la propia imperfección, te hace aspirar a mejorar, y
también a la perfección. A la perfección como horizonte que guía el camino para
mejorar, con la ilusión de que acabe llegando en un estado final inmutable. Pero
ninguna situación creada por los asuntos humanos puede permanecer en una inmutabilidad,
y mucho menos perfecta. Occidente lo sabe, y hace de ello su seña de identidad
que le permite sobrevivir, sobreponerse y evolucionar en su cambiante imperfección, a veces
progresista, a veces involucionista, y siempre sujeta a la crítica constante de
los “occidentalitos”.
El siglo XX fue una gran prueba para la supervivencia de Occidente. Los sistemas fascista y comunista lo pusieron en jaque, y no pudieron con él. Hubo armas de por medio e intereses, claro, pero también profunda convicción moral. Hoy parece haber menos de esta convicción, o eso dicen los sesudos intelectuales. Yo no estoy tan seguro de ello. Se habla de los valores occidentales que hay que preservar; por supuesto, pero eso no significa que sean frágiles. La gran fuerza de Occidente es que sus valores, una vez que se experimentan en las propias carnes, no se puede renunciar a ellos por las buenas. Y esta es una gran fuerza, la mayor que existe. En realidad, Occidente es un sistema de "metavalores" que te dice: ten los valores que quieras, ten valores antagónicos a lo occidental, no tengas valores, o incluso discute el significado de lo que es valor. Haz lo que quieras mientras permitas que los demás también lo hagan. Este es el gran valor de Occidente. Esto es Occidente.
El siglo XX fue una gran prueba para la supervivencia de Occidente. Los sistemas fascista y comunista lo pusieron en jaque, y no pudieron con él. Hubo armas de por medio e intereses, claro, pero también profunda convicción moral. Hoy parece haber menos de esta convicción, o eso dicen los sesudos intelectuales. Yo no estoy tan seguro de ello. Se habla de los valores occidentales que hay que preservar; por supuesto, pero eso no significa que sean frágiles. La gran fuerza de Occidente es que sus valores, una vez que se experimentan en las propias carnes, no se puede renunciar a ellos por las buenas. Y esta es una gran fuerza, la mayor que existe. En realidad, Occidente es un sistema de "metavalores" que te dice: ten los valores que quieras, ten valores antagónicos a lo occidental, no tengas valores, o incluso discute el significado de lo que es valor. Haz lo que quieras mientras permitas que los demás también lo hagan. Este es el gran valor de Occidente. Esto es Occidente.
PD: Agradecimientos a
Titito, que despertó a la musa que me hizo escribir este formidable artículo… ¡la
modestia nunca figuró entre mis valores!
Mickdos
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