lunes, 28 de marzo de 2016

¡Malditos sean!

Buenos días de Domingo de Resurrección. 27 de Marzo de 2016, con una hora menos
en el cuerpo porque me la han quitao por el puto morro. Las eléctricas y esas cosas.

Andaba mirando la prensa esta mañana y me encontré esto:

Cartel en ayto. Oleiros. Fuente: La voz de Galicia


http://www.lavozdegalicia.es/...

Supongo que no hará falta traducción. Oleiros es una localidad de A Coruña. Ya me
estoy imaginando la que le va a caer. Pero va siendo hora de que haya gente que, desde
el poder, desde la postura de personas de carácter público, se produzcan denuncias
enfrentadas a las oligarquías mentirosas que meten con calzador el mensaje falso sobre
el asunto de guerras, su tratamiento y su origen.

Particularmente admiro a este tipo de personajes que se atreven a enfrentarse a este
sistema putrefacto, asqueroso e inmundo. Creo que va siendo hora de que empecemos
a despertar, sobre todo aquella parte de la sociedad que, con su silencio aberrante, con
su hipocresía altamente peligrosa, con su terquedad indecente o con su ignorancia
propia o inducida, hacen que el sistema que impera con sus patrañas, mentiras y
falsedades, siga por sus fueros y su libre albedrío.

No es admisible que a día de hoy, con la tecnología a nuestro alcance y con el grado de
conocimiento que hemos alcanzado sobre aquellas cosas que suceden a nuestro alrededor,
aún estemos a estas alturas consintiendo todas las barbaridades que comete este
régimen que ya debería de estar caducando. O mejor dicho, ya debería haber caducado
hace mucho tiempo.

Supongo que ya tendrán preparado un plan B, tal como es costumbre en este sistema
en todos sus ámbitos, y también supongo que conseguirán introducirlo apoyados en la
complicidad de los medios alcahuetes y cómplices, pero de lo que sí estoy seguro es de
que agradezco a aquellas personas capaces de descubrir, de delatar, de denunciar a
toda esta pandilla de cuatreros y pistoleros obscenos y de poner en alerta a una
sociedad que está a punto de alcanzar su más alto grado de aborregamiento, de
mediocridad y de estulticia y/o ignorancia.

Si no se consigue borrar este grado de estupidez supina que consiente que muchas
cosas sucedan, es posible que no alcancemos nunca la calidad de vida que merecemos
y es más posible aún que no consigamos nada de lo que parezca a sentido común,
humanidad y justicia. Y, por supuesto, tampoco se conseguirán alcanzar derechos, libertades
y régimen de igualdad. Por merecimientos propios.

¡Malditos sean!

TititoKokoki